La Tercera Guerra Mundial ha sido una amenaza latente casi desde el final de la segunda. La Guerra Fría, la guerra de Corea o la crisis de los misiles en Cuba mantuvieron en vilo a la humanidad ante el temor de que escalaran a un conflicto militar de talla global. Estos temores no han desaparecido. El posible empleo de armas distintas a las convencionales eleva incluso la incertidumbre. Un nuevo informe que sugiere que el coronavirus que salió de China pudo haber sido un arma biológica creada para el escenario de una Tercera Guerra Mundial enciende nuevamente las alarmas.
Desde hace seis años, científicos chinos se han estado preparando para una Tercera Guerra Mundial librada con armas biológicas y genéticas, incluido el coronavirus, señala un documento al que tuvo acceso el Departamento de Estado de EE. UU., publicado este sábado por el Daily Mail.
China has been preparing for Third World War with biological weapons for last six years, US investigators say https://t.co/5WNnKrkqiT
— Daily Mail US (@DailyMail) May 8, 2021
“El arma principal para la victoria”
“Si quieres la paz, prepárate para la guerra”, reza una de las frases del romano Flavio Vegecio Renato (383 – 450), contenida en su obra “De re militari”, escrita en latín y traducida en español como “Acerca de asuntos militares”. Esto es justo lo que estarían haciendo los chinos, pero buscando garantizar tener en su poder “el arma principal para la victoria” en un eventual nuevo conflicto bélico mundial, sostiene el documento.
El diario The Australian agrega detalles del informe que habría sido elaborado por científicos y funcionarios de salud del Ejército Popular de Liberación chino, entre los que se incluye un apartado en el que se examina la manipulación de enfermedades para fabricar armas “de una manera nunca antes vista” y describe las condiciones perfectas para lanzar un arma biológica y documenta el impacto que tendría en “el sistema médico del enemigo”.
La información revelada este sábado no constituye una afirmación de que el COVID-19 que ha contagiado a 157 millones de personas en el mundo y ha matado a 3,2 millones sea un arma biológica lanzada por el régimen chino, pero sí sostiene que Pekín consideró desde 2015 el potencial militar de los coronavirus del SARS, lo que eleva los temores sobre esta tesis.
Biden prohibió referirse al COVID-19 como “virus chino”
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue uno de los que sugirió en múltiples ocasiones esta hipótesis y no dudaba en referirse al COVID-19 como el “virus chino”. Pero con la llegada del demócrata Joe Biden a la Casa Blanca las cosas cambiaron.
El nuevo presidente estadounidense, quien ha evitado confrontar al régimen de Pekín e incluso describió en una entrevista que Xi Jinping como un político “brillante”, prohibió vincular a China con el COVID-19, pidiendo el cese de la proliferación de nombres como «virus chino» o «virus de Wuhan», porque –a su juicio– estimula el racismo en EE. UU.
La OMS pidió más pruebas
Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) había negado inicialmente la hipótesis de que el COVID-19 hubiera salido de un laboratorio chino, como sugería Trump, en el informe final presentado a finales de marzo tras la visita de una delegación de este organismo a China a comienzos de año, hubo un cambio sobre esta posibilidad.
Tras la presentación de dicho informe, el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió seguir investigando el origen del virus e insistió en la necesidad de recabar más pruebas para cada una de las hipótesis, sin descartar ninguna. «Permítanme decir claramente que, en lo que respecta a la OMS, todas las hipótesis permanecen sobre la mesa», concluyó.