Álvaro Uribe Vélez sigue siendo el político colombiano más influyente del siglo XXI. No conoce la derrota. Ganó la Presidencia en 2002 y la reelección en 2006, pero además llevó a la Casa de Nariño a sus dos sucesores, y llegó al Congreso como el senador más votado de la historia. Es sin duda el mayor estorbo para la izquierda que se ha enquistado en casi todos los países de la región pero no ha podido acceder al poder en Colombia. Esa izquierda que seduce a jóvenes en las universidades con ideas progresistas pero que ahora parece estar llevando su guerra ideológica a un nivel más bajo y deplorable. Y es que en pleno proceso judicial contra Uribe se han reportado casos de adoctrinamiento escolar para sembrar odio contra el expresidente.
Esta semana se desató una polémica en las redes sociales a raíz de una publicación del abogado y columnista Jaime Arizabaleta en su cuenta en Twitter, en la que denunciaba que una profesora de nombre Sandra Milena Caicedo, quien labora en la institución educativa Libardo Madrid de la ciudad de Cali, había puesto a sus alumnos de noveno grado una tarea con nueve preguntas de carácter político con un sesgo ideológico evidente.
La actividad enmarcada dentro de un taller de la asignatura de ciencias sociales giraba en torno a los “falsos positivos” y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Entre las polémicas preguntas destacan dos que evidencian la intención de adoctrinamiento: “¿Quiénes fueron los encargados de planear, ordenar, ejecutar y llevar a cabo los falsos positivos?” Y más adelante se induce la respuesta con otra interrogante: “¿Cuál es la responsabilidad del expresidente Álvaro Uribe Vélez en el tema de los falsos positivos?”.
Una profesora llamada Sandra Milena Caicedo de la institución educativa Libardo Madrid de la ciudad de Cali, puso esta tarea a los alumnos de 9 grado.
Secuestran la educación unos tipos que en lugar de enseñar, se han dedicado a la politiquería.
Hay que denunciarlos pic.twitter.com/RqKwFZzxhS
— Jaime Arizabaleta ?? (@jarizabaletaf) April 8, 2021
Reacciones en las redes
Las reacciones no se hicieron esperar. Por un lado hubo un mar de críticas a la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) por no haber tomado cartas en el asunto. Y por otro lado, hubo quienes prefirieron ignorar el mensaje y atacar el mensajero. Evidentemente fueron estos personajes de la izquierda colombiana interesados en que este adoctrinamiento surta efecto para –tarde o temprano– hacerse con el poder sin Uribe en el medio y con el apoyo del “pueblo” en las urnas. Ese pueblo que la izquierda acostumbra a manipular para ganar elecciones y atornillarse eternamente en el poder. Venezuela y Nicaragua son los más palpables e irrefutables ejemplos.
Con la etiqueta #JaimeEstamosContigo expresaron su apoyo en las redes a Jaime Arizabaleta personalidades como la directora de la revista Semana, Vicky Dávila; el excandidato a la Alcaldía de Bogotá, Miguel Uribe Turbay; y la senadora por el Centro Democrático, Paloma Valencia. Esto a raíz de los ataques que Arizabaleta recibió en las redes por parte de la izquierda que quiere ver avanzar este plan de adoctrinamiento.
Otro caso en Bogotá
Pero el caso de adoctrinamiento escolar para afectar la imagen de Uribe denunciado por Arizabaleta no es el único. Este fin de semana, la representante a la Cámara por el Centro Democrático, Margarita Restrepo, presentó en su cuenta de Twitter una tarea con similares características puesta por un profesor a los alumnos del Colegio Julio Garavito Armero IED, de Bogotá.
Entre las preguntas se incluye la siguiente: “¿Qué piensa sobre el acuerdo de paz y la necesidad de no más guerra…”, esto, teniendo en cuenta varios factores que se enumeran de inmediato, entre ellos uno que el profesor llama “la política ‘litros de sangre’ en cabeza del presidente de esa época, reelegido por voto popular”, en una clara alusión a Álvaro Uribe.
Padres de familia preocupados por lo que le están enseñando a sus hijos, me envían este taller. Acá vemos cómo el "profesor" se inventa una política que jamás existió en la era Uribe: "litros de sangre"
Esto es aterrador ¿Cuántas mentiras más le están enseñando a nuestros niños? pic.twitter.com/Y9xdD2q0lU— Margarita Restrepo ?? (@MargaritaRepo) April 10, 2021
La hipocresía de Petro
Como era de esperarse, el más interesado en mermar la influencia del mayor fenómeno electoral colombiano no se quedó callado. El senador de extrema izquierda y excandidato presidencial, Gustavo Petro, le dio la vuelta al escándalo para atacar a Jaime Arizabaleta por presuntamente “perseguir a una profesora” y “vulnerar” la libertad de cátedra, la cual seguramente no estaría defendiendo si entre las preguntas se hubiese incluido una relacionada con los muertos de la guerrilla del M-19, a la que Petro pertenecía.
Dice llamarse Jaime Arizabaleta y, a través de redes, persigue a una profesora porque puso un tarea sobre la ejecución de jóvenes por parte del Estado
Es @jarizabaletaf un activista de redes de extrema derecha y está vulnerando la libertad de cátedra por su ceguera fanática. https://t.co/UIFbRhrvh5
— Gustavo Petro (@petrogustavo) April 9, 2021
Vale recordar que Gustavo Petro compitió por la Presidencia de Colombia en 2018 y fue derrotado por Iván Duque, candidato catapultado por el expresidente Uribe. El Foro de Sao Paulo –agrupado ahora en el Grupo de Puebla– sigue con la mira puesta en Colombia, y para las elecciones de 2022 apostará nuevamente por el exguerrillero Gustavo Petro.
Sin armas ni votos
Sacar del medio al expresidente Álvaro Uribe es vital para los objetivos de la izquierda de hacerse con el poder, y para eso agota todas las vías, incluyendo el adoctrinamiento. La política de la Seguridad Democrática de Uribe no solo arrinconó a los grupos guerrilleros sino que además les dejó claro que por la vía de las armas no lo lograrán.
El camino electoral ha sido cuesta arriba para la izquierda con Álvaro Uribe como el gran portaviones. Una encuesta de Invamer Gallup publicada a finales de noviembre de 2020 arrojó que Álvaro Uribe sigue siendo el expresidente de Colombia con más favorabilidad. Pero a eso se le suma que gracias a su habilidad, carisma y arduo trabajo, ha logrado poner dos presidentes (2010 y 2018). Aunque posteriormente se distanció, Juan Manuel Santos llegó a la presidencia de la mano de Uribe. También el actual presidente Iván Duque llegó al poder impulsado por el apoyo de Uribe y su partido, el Centro Democrático.
Atajo jurídico y adoctrinamiento
La prioridad de la izquierda es neutralizar a Uribe para evitar que esto se repita en 2022. Para eso ataca dos frentes en paralelo: el atajo jurídico y el adoctrinamiento. Y esto último, mostrando su rostro más deplorable al intentar adoctrinar a niños y adolescentes –tal vez pensado en que serán los futuros votantes en 2026– ocurre justo en medio de un proceso judicial contra el expresidente, impulsado por el senador del izquierdista Polo Democrático, Iván Cepeda. Sin entrar a emitir juicio sobre los detalles de la investigación ni adelantar un veredicto que solo le corresponde al sistema judicial colombiano, es evidente que se trata de un proceso plagado de irregularidades desde sus inicios con un objetivo claro.
Dentro de la complejidad y los matices ideológicos entre los distintos partidos, la figura de Álvaro Uribe permite –de cierto modo– simplificar la política colombiana entre quienes lo aman y quienes lo odian. Y esta maniobra de adoctrinar a los jóvenes en las escuelas solo busca aumentar el odio hacia Uribe para fracturar a futuro el muro de contención que se ha interpuesto en el camino de la izquierda.