Persistente. Así se define Antonio Ledezma. Una persistencia que lo mantuvo en la primera línea de la batalla política hasta que se vio obligado al exilio. En más de tres décadas de servicio, el destacado político venezolano se desempeñó como diputado y senador del extinto Congreso de la República. Fue gobernador del antiguo Distrito Federal, alcalde del municipio Libertador de la capital y alcalde mayor del Distrito Metropolitano de Caracas. Su experiencia en la administración pública le ha dado la autoridad para levantar su voz. Lo hace para fustigar al régimen chavista pero también para reprender a la oposición.
En entrevista concedida a PanAm Post, Antonio Ledezma reiteró la necesidad liberar a Venezuela de la dictadura para poder hablar de elecciones libres, a propósito de la reciente publicación del diario ABC, en la que se afirma que “Maduro ofrecerá elecciones regionales libres a cambio de seguir hasta 2025”. El momento fue propicio para hacer un llamado a no caer en la tentación de negociar con un régimen violador de derechos humanos a cambio de pequeñas parcelas de poder en las que ya ni siquiera se puede ejercer autoridad.
“Yo respeto muchos los liderazgos locales. Yo vengo de ser parte de ese elenco de liderazgos locales. Fui alcalde, fui gobernador, fui diputado por mi estado natal. Pero en este momento los gobernadores –por ejemplo– terminan siendo opacados por la figura esa insólita de los llamados protectores. Y hay gobernadores que quedan como jefes de personal porque terminan es pagando la nómina cuando les bajan los recursos. El verdadero objetivo tiene que ser primero la libertad de Venezuela para hablar de elecciones presidenciales libres”.
En este sentido, el exalcalde metropolitano de Caracas clama por “un gobierno interino con un objetivo muy definido”. Su propuesta apunta a la conformación de un gobierno de transición “que se podrá comenzar a desarrollar cuando se desaloje la narcotiranía de los poderes que está usurpando”. Sin embargo, para eso –insiste– debe lograrse primero la liberación de Venezuela.
“Para poder hablar con propiedad de posibles elecciones libres primero tenemos que recuperar la libertad de Venezuela. Como se le quiera llamar: cese de la usurpación, desalojo de la tiranía, intervención humanitaria”.
¿Para qué sirvió la consulta de Guaidó?
No podía pasar por alto la consulta popular que promovió Juan Guaidó en diciembre pasado como alternativa a las fraudulentas elecciones parlamentarias celebradas por el régimen. Han pasado dos meses y no se sabe para qué sirvió ese nuevo plebiscito. Antonio Ledezma le encontró una utilidad. Al mismo tiempo espera que no sea para justificar la participación en un proceso electoral regional con el régimen en el poder.
“La consulta ha servido para que confirmemos que este régimen no sale ni con diálogo falso, ni con negociaciones falsas, ni con consultas que no tengan una razón de ser, que para mí es el cese de la usurpación. Lo que no podemos es hacer consultas para terminar promoviendo elecciones regionales”.
¿Vamos bien?
Surge una inevitable pregunta: ¿Entonces no vamos bien? Aquí suelta una metáfora propia de su natal tierra llanera. “Yo creo que tenemos que apurar el paso y asegurar la ruta. Porque usted puede ir muy apurado y puede creer que va muy bien, pero si no tiene una ruta definida y una brújula en la mano, por más baqueano que sea, o lo muerde una serpiente, una cascabel que salga de un mogote, de una cuneta, o terminará extraviado en ese laberinto”.
Frente a las renuncias que han estado a la orden del día en el Gobierno interino era necesario conocer su diagnóstico. Por mencionar solo algunos nombres: Tamara Sujú, Vanessa Neumann, Humberto Calderón Berti, Ricardo Villasmil, Luisa Palacios, Luis Pacheco son algunos de los que han abandonado el barco. Ante este escenario es válido preguntar: ¿Se está desmoronando el Gobierno interino?
“Yo veo esas decisiones personales como advertencias a tomar en cuenta. Algo tiene que estar sucediendo para que usted me hable de esa cascada de renuncias. Lo importante es que tanto los que han renunciado como los que se mantienen nos pongamos de acuerdo en lograr lo que realmente le interesa a unos y otros que es la libertad de Venezuela”.
Corrupción, infiltrados y golpe de timón
La corrupción, ese cáncer que ha carcomido a la sociedad venezolana no ha sido exclusiva del chavismo. No en vano Transparencia Internacional ubica a Venezuela entre los países más corruptos del mundo en su índice 2020. Del régimen no se esperaban rectificaciones pero el interinato tampoco logró combatir este flagelo. Al contrario, sumó casos de irregularidades administrativas a la larga lista que el chavismo acumulaba.
Para Ledezma se trata de personajes que se habían “infiltrado”, recordando así el caso de los diputados “alacranes”, que habiendo sido electos dentro de la coalición opositora utilizaron la Comisión de Contraloría para actos de corrupción que incluyeron la emisión de cartas de buena conducta a empresarios vinculados al régimen, entre ellos el testaferro de Maduro, el colombiano Álex Saab, preso en Cabo Verde y a la espera de su extradición a Estados Unidos. No responsabiliza directamente a Guaidó, pero advierte que esto no se puede repetir.
“No tiene Juan Guaidó que cargar con la cruz de los pecados de uno u otro colaborador que haya sido señalado en presuntas comisiones de hecho irregulares. Cada quien que asuma su responsabilidad”.
¿Se han cometido errores? “Desde luego que se han cometido error” ¿Hace falta un cambio en el liderazgo opositor? “Creo que para mí lo clave en este momento es ver cómo enmendamos la plana, cómo los que han tenido la responsabilidad de conducir la estrategia producen un golpe de timón, un giro. Y pudiéramos hablar de ahora en delante de la instalación de un eje de conducción, de un comando de resistencia, de un eje conductual de la lucha opositora, con fe de erratas. Con esto quiero decir que tiene que ser libre de infiltrados”.
El dirigente opositor insiste en este punto. “Tenemos que ver cómo nos protegemos de esas infiltraciones que el régimen puso en marcha para crear problemas, como en efecto los ha creado en el escenario opositor”.
Pero evidentemente, cuando se habla de corrupción, el chavismo es el indiscutible ganador. “Podemos caracterizar esta era de Chávez y Maduro como la letrina de la corrupción”, sostiene Ledezma, recordando que el monto sustraído durante la llamada “revolución bolivariana” oscila entre 400.000 y 600.000 millones de dólares.
¿Organismos internacionales le lavan la cara al régimen?
A esto habría que sumarle la larga lista de denuncias por violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad. Destaca en este caso el informe presentado el año pasado por la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Michelle Bachelet, en el que se responsabiliza directamente a Maduro y sus ministros. Además, recuerda el expediente que reposa en la Corte Penal Internacional (CPI) contra el régimen.
En ambos casos lamenta los obstáculos que han representado la fiscal saliente de la CPI, Fatou Bensouda, y recientemente la relatora especial de la ONU que visitó Venezuela, Alena Douhan.
“Este relámpago informe de esta ciudadana, que de una u otra manera tiene como una relación ideológica con este esperpento que martiriza a los venezolanos, no va a eclipsar ni va a estar por encima del informe muy bien sustentado como el que presentó la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, la señora Bachelet, o como las denuncias formuladas en la Corte Penal Internacional por el señor Luis Almagro, secretario general de la OEA”.
Todo indica que el régimen necesita lavarse la cara frente a la comunidad internacional. ¿Lo está consiguiendo? “No se puede lavar la cara con agua sucia, cuando hay detenciones arbitrarias, torturas, crímenes de lesa humanidad”.
Ledezma recalca que es “mentira” que en Venezuela no haya comida por las sanciones. “No están prohibidos los ingresos de alimentos ni de medicinas. ¿Cómo se explica que digan que no hay gasolina por las sanciones? Irán tiene sanciones impuestas por EE. UU. y le vende gasolina a Maduro”.
No es una tarea fácil. El destacado político venezolano recuerda que la cúpula que se encuentra en el Palacio de Miraflores es una “asociación criminal” que tiene muchos socios. Sugiere que incluso en los organismos multilaterales cuenta con algunos apoyos individuales. Esos socios que mencionan formarían parte del “Foro de Sao Paulo o del Grupo de Puebla”. Agrega que “tienen intereses en común y se ayudan unos con otros”.
¿La solución?
Antonio Ledezma insiste en la invocación del TIAR y la doctrina de Responsabilidad para Proteger (R2P). “Todas las dimensiones que dan pie a la activación del concepto de responsabilidad para proteger se pudieran aplicar en Venezuela”.
El papel que ha jugado Estados Unidos ha sido clave. Desde la administración de George W. Bush considera que ha habido una línea dura contra el chavismo pero admite que Donald Trump “arreció la mecha”. Entonces, ¿se perdió una oportunidad de oro? “Fue una gran oportunidad pero no podemos perder la esperanza”.
Aunque la oposición parece haber vuelto al punto de partida, Ledezma concluye que aún hay mucho por hacer pero todo pasa por la rectificación. “Hay que hacer un gran esfuerzo que implica tener autocrítica, tener capacidad para rectificar y tener voluntad para poder establecer un nuevo eje de conducción de la resistencia venezolana con algunas características, vale decir, que sea inclusivo y no sectario, y que tenga una estrategia con objetivos políticos”.
Priorizar los intereses colectivos ha sido sin duda lo que más falta ha hecho en la oposición. Por eso su recomendación final va en este sentido. “Primero liberemos a Venezuela y después vemos cómo cada quien defiende sus proyectos grupales o personales, lo cual va a requerir que transcurra mucho tiempo”.