España sigue haciendo caso omiso a las amenazas de “sanciones devastadoras” de Estados Unidos por mantener negocios con la dictadura venezolana. Aunque el régimen sigue adelante con el fraude electoral del 6 de diciembre, pese a la exigencia de la Unión Europea de aplazar la fecha, el gobierno de Pedro Sánchez apuesta por comprarle más petróleo a Nicolás Maduro que a Donald Trump. Adicionalmente, la multinacional energética española Repsol descartó esta semana la posibilidad de abandonar sus operaciones en Venezuela.
Cifras de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores) revelan que España compró en septiembre 292.000 toneladas de crudo a Venezuela, mientras que de Estados Unidos importó tan solo 92.000 toneladas. Estos números indican que el gobierno socialista español prefirió comprarle 200.000 toneladas más a Caracas que a Washington.
La venta de petróleo estadounidense a España se ha venido reduciendo en los últimos tres meses. En julio la adquisición fue de 512.000 toneladas; en agosto bajó a 367.000 y en septiembre se desplomó a 92.000. En contraste, Venezuela pasó de cero a 292.000 toneladas entre agosto y septiembre.
Repsol no suelta a Maduro
Para la multinacional energética española Repsol, Venezuela sigue siendo un gran aliado que no está dispuesto a abandonar. Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, informó el jueves que la compañía prevé reducir sus operaciones en 14 países, excluyendo a Venezuela y Libia de esta lista.
En declaraciones ofrecidas en una rueda de prensa virtual, reseñadas por El Nacional, Imaz presentó su plan estratégico 2021-2025, en el que se contempla una inversión por 18300 millones de euros, de los cuales 7700 se quedarán en España.
La compañía con presencia en 20 países aclaró que tienen previsto reducir su presencia en 14 de estas naciones. Sin ofrecer mayores detalles, descartó la posibilidad de abandonar Venezuela.
“Sanciones devastadoras”
El Gobierno estadounidense mantiene una batalla con Repsol y otras petroleras europeas, como la italiana Eni, como parte de la presión al régimen venezolano. Washington ha llegado incluso a exigirle a Repsol que acabe con el sistema de pago que mantiene con la estatal petrolera venezolana PDVSA si no quiere ser objeto de «sanciones devastadoras», advirtió en abril el enviado especial para Venezuela e Irán, Elliott Abrams, de acuerdo con declaraciones recogidas por EFE.
Repsol ha limitado la relación con PDVSA al cobro de una enorme deuda que ha acumulado Venezuela. La empresa ha insistido en que cumple con todas las leyes internacionales y le ha restado importancia a las advertencias de la Casa Blanca.
El medio español OK Diario precisó en un reciente trabajo de investigación que la petrolera española ha bajado la exposición en el país sudamericano de 2273 millones de euros en 2016 a tan solo 300 millones en 2020.
España desafía a EEUU
La advertencia de Washington parecía estar surtiendo efecto. En octubre de 2019, cuando se ventiló por primera vez que el Departamento del Tesoro evaluaba imponer sanciones a España, la importación de crudo venezolano se ubicaba en 172.000 toneladas. En abril de 2020, cuando Elliott Abrams lanzó la contundente amenaza, la cifra había descendido a 76000 toneladas.
Sin embargo, desde el mes siguiente la compra de petróleo venezolano comenzó nuevamente a subir. La cifra dio un salto de entre abril y mayo de 76000 a 231.000 toneladas. Desde entonces se ha mantenido estable en torno a estos niveles, con un pico de 383.000 toneladas registrado en julio, según las estadísticas de Cores.