
Dominar el mundo. Esa es la razón de ser de todos los imperios. Desde el persa y el romano hasta el español y el británico. Todos tienen el mismo propósito: la hegemonía global. Sin embargo, también tienen un destino común: todos los imperios caen. El sistema internacional que lidera Estados Unidos desde la Guerra Fría parece estar cumpliendo su ciclo. China lo sabe y asecha cada vez más cerca, en su vecino del norte: Canadá.
El Servicio de Inteligencia de Seguridad de Canadá (CSIS, por sus siglas en inglés) advirtió esta semana que el régimen chino utiliza habitualmente funcionarios de seguridad estatal encubiertos y “agentes de confianza” o apoderados, para atacar a miembros de la comunidad china en ese país, en un esfuerzo por silenciar a los críticos del presidente Xi Jinping, incluyendo amenazas de represalias contra sus familiares en China, según reseñó The Globe and Mail.
La agencia federal de espionaje agregó que estas actividades ilegales en Canadá son parte de una campaña global de intimidación, que constituyen una amenaza para la soberanía de este país y la seguridad de los canadienses. Este viernes, el primer ministro, Justin Trudeau, aseguró que China ha “intensificado” esta práctica en los últimos años, lo que calificó como “inaceptable” en una sociedad democrática.
“Durante varios años hemos observado que los actores extranjeros ejercen influencia sobre los miembros de su diáspora en Canadá. Desafortunadamente, esto se ha intensificado recientemente”, respondió Trudeau en una rueda de prensa cuando se le preguntó sobre la advertencia que hizo esta semana la agencia de espionaje canadiense, según publicó National Newswatch.
La Operación Fox Hunt
Canadá ha sido históricamente un país de inmigrantes. De acuerdo con cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU), de los 37 millones de habitantes que tiene el segundo país más extenso del mundo, 7,9 millones son inmigrantes, lo que representa poco más de 21 % de la población total. Los chinos representan 8,6 % de los inmigrantes en Canadá, superados por muy poco solo por la población procedente de la India, con 8,9 %.
En sus esfuerzos por lograr la dominación mundial, China se ha propuesto silenciar a su enorme diáspora. Por su cercanía con el enemigo a vencer, Canadá se ha convertido en el blanco. The Globe and Mail indica que según la información ofrecida por la agencia de inteligencia federal, uno de los esfuerzos más destacados de Pekín en esta materia se lleva a cabo a través de la Operación Fox Hunt.
Información oficial asevera que el Ministerio de Seguridad Pública de Pekín lanzó en 2014 una campaña anticorrupción que –siguiendo las órdenes de Xi Jinping– tenía como objetivo perseguir en el exterior a ciudadanos ricos y miembros corruptos del Partido Comunista Chino que huyeron del país con grandes fortunas. Como en todo régimen comunista, los objetivos reales eran otros.
El director del FBI, Christopher Wray, dijo en julio que el principal objetivo de la Operación Fox Hunt en la actualidad es reprimir a la disidencia en la diáspora china. El 28 de octubre, el FBI acusó a ocho personas, incluidos tres ciudadanos chinos, de conspirar para actuar como “agentes ilegales de la República Popular China” como parte de la Operación Fox Hunt.
Los cargos por este caso se derivaron de un complot frustrado que comenzó en 2016, cuyo propósito era obligar a un residente estadounidense y ciudadano chino identificado como John Doe a regresar a China con su familia, amenazando a su esposa e hija en Estados Unidos y a otros parientes que aún se encuentran en China, advirtió el gobierno estadounidense.
Intimidación china: un procedimiento común
El servicio de inteligencia canadiense está planteando ahora la misma situación pero a mayor escala. Las denuncias reseñadas por The Globe and Mail indican que China está utilizando amenazas e intimidaciones contra miembros de la comunidad china en Canadá, similares a las tácticas utilizadas por la Operación Fox Hunt.
Posteriormente, el exdirector del CSIS, Richard Fadden, quien también se desempeñó como asesor de seguridad nacional de los primeros ministros Stephen Harper y Justin Trudeau, dijo que “las autoridades chinas son muy activas, muy sofisticadas. Tienen recursos casi ilimitados y, en particular, la diáspora china en Canadá es bastante grande”.
El diario canadiense incluye además la declaración del abogado de inmigración localizado en Vancouver, Richard Kurland, quien advierte que la intimidación de China en suelo canadiense se ha convertido en un “procedimiento común”. Explica que en Columbia Británica, la provincia más occidental de Canadá, utilizan hermanos para intimidar en nombre del Gobierno de Pekín.
La pequeña China
Un artículo publicado en el diario hispano de Canadá, La Portada, hace referencia a Columbia Británica como “la pequeña China”. El trabajo periodístico titulado: Asiáticos, una comunidad que se “apodera” de Canadá, comienza con el dato anecdótico de que a Vancouver se le conoce ahora como “Hongcouver”. Esto, debido a que se considera la ciudad donde viven más asiáticos por fuera de sus países en el mundo.
En particular, el artículo precisa que en la ciudad de Richmond, en Columbia Británica, 50 % de sus residentes son chinos. Añade el dato de que a Vancouver ingresan cada año 12.400 chinos y uno de cada cinco ciudadanos de esta ciudad habla mandarín o cantonés.
“Lavarle el cerebro” a los canadienses
El diario Toronto Sun publicó el pasado martes una noticia sobre una solicitud ante el gobierno federal para que apruebe una legislación que detenga el flujo de propaganda del Partido Comunista Chino en Canadá. Víctor Ho, exeditor del Sing Tao Daily, el diario en chino más grande de Canadá, alertó a los parlamentarios que hay extranjeros en el país usando “políticas de identidad” para “lavarle el cerebro” a los canadienses.
“Nuestro gobierno debería investigar como agentes extranjeros o diplomáticos están realizando tal interferencia”, dijo Ho ante el Comité Especial de la Cámara Baja sobre las relaciones entre Canadá y China.
En efecto, Richard Fadden, el exdirector de la inteligencia canadiense, citado por The Globe and Mail, agrega en su declaración que los agentes chinos de la Operación Fox Hunt llegan a Canadá bajo la figura de diplomáticos o haciéndose pasar por turistas, empresarios o estudiantes.
Silenciar críticas sobre Hong Kong
En su afán por imponer su visión única en el mundo, tal como lo hace dentro del país, el régimen chino ha mostrado particular preocupación por ocultar la verdad sobre la represión y las violaciones a los derechos humanos y a la libertad de expresión en Hong Kong.
Violando el principio denominado «un país, dos sistemas», desde Pekín se ha implementado la polémica Ley de Seguridad Nacional que –según ha denunciado la oposición– atenta contra la independencia parcial de la que goza la excolonia británica.
Neutralizar a los activistas canadienses que se manifiestan en defensa de las libertades en Hong Kong parece ser uno de los principales objetivos de los agentes de la Operación Fox Hunt. Así lo expresó Víctor Ho en su intervención ante los parlamentarios, según informó el Toronto Sun.
China quiere dominar el mundo
La presencia de China en Latinoamérica también se ha fortalecido significativamente en la última década. Las inversiones multimillonarias en la región así lo confirman. Sin embargo, las intenciones de Pekín van más allá de las relaciones comerciales y América Latina no es su prioridad.
¿Qué quiere China realmente? China quiere dominar el mundo, así lo afirma el historiador estadounidense Hal Brands en un artículo publicado el pasado 20 de mayo en Bloomberg, en el que agrega que para lograrlo China necesita que caiga el imperio norteamericano.
Con Joe Biden o con Donald Trump, China se acerca a su objetivo. No obstante, la férrea posición del republicano ya es bien conocida. La del demócrata sigue siendo una incógnita y las comprometedoras relaciones de su hijo Hunter Biden con empresarios chinos vinculados con el Partido Comunista podrían acelerar la caída.