La Organización Mundial de la Salud (OMS) se prepara para la futura fase de vacunación contra el coronavirus (COVID-19), pero no tiene muchas esperanzas en la inmunidad colectiva. Su director, Tedros Adhanom Ghebreyesus, anunció este martes que la OMS envió una misiva a los 194 países miembros de la institución, en la que los insta a garantizar un «reparto justo» de las dosis cuando estén disponibles, reseña Efe.
Una vez que la OMS haya identificado que una candidata a vacuna ha superado todas las pruebas, propondrá a los países que la vacunación se haga en dos fases. En la primera etapa estiman que cada país cubra al 20 % de la población. La prioridad la tendrán los grupos de riesgo, como trabajadores de la sanidad y sociales, mayores de 65 años y personas con enfermedades crónicas. En la segunda fase se tomará en cuenta la vulnerabilidad de cada país.
Inmunidad colectiva insuficiente
Sin embargo, la OMS pide no poner muchas esperanzas en que la inmunidad colectiva permitirá frenar el virus. Advierte además que el mundo está lejos de alcanzar la protección contra la COVID-19.
María von Kerkhove, responsable de la célula creada en la OMS para luchar contra la pandemia, dijo que menos del 10 % de la población mundial tiene evidencias de anticuerpos contra el SARS-CoV-2.
Para Mike Ryan, director del Departamento de Emergencias de la OMS, «estamos lejos de una inmunidad colectiva» ante la ausencia de una vacuna. Agregó que esto ocurrirá cuando gran parte de una comunidad desarrolle una inmunidad frente a la enfermedad.
«Hay muchas preguntas en el aire, mucho trabajo científico por delante, pero lo que podemos decir es que no estamos cerca del nivel de inmunidad requerido para detener esta enfermedad».
Recordó además que para que se produzca una inmunidad colectiva tendría que haberse contaminado entre el 60 % y el 80 % de la población. Sin embargo, siempre queda abierta la interrogante sobre la duración de esa protección.
Contradicciones de la OMS
La OMS ha sido centro de críticas por las contradicciones en el manejo de la actual crisis sanitaria y por su respaldo a la dictadura china para ocultar información sobre la COVID-19. Todo comenzó con imprecisiones en cuanto al número de contagiados cuando se conoció la existencia del nuevo virus. A esto habría que agregarle que la OMS aseguraba que las posibilidades de que el virus saliera de la zona donde se originó eran escasas.
Otra gran falla de la OMS fue señalar que no había pruebas concluyentes de que el coronavirus se transmitiera entre personas. Al poco tiempo, un vocero distinto indicó que era posible que se produjera una «transmisión limitada entre humanos». La OMS cometió un gran error al sugerir medidas «habituales» para los viajeros, desaconsejando así las restricciones que posteriormente fueron necesarias. Y quizás la mayor equivocación de la organización fue recomendar el uso de mascarillas solo para personas enfermas y personal sanitario.