EnglishEl escritor y poeta argentino Jorge Luis Borges fue invitado una vez a dictar una conferencia en la Universidad San Marcos de Lima. Entonces era anciano y ciego, y Perú estaba bajo una dictadura militar considerada “progresista”. Borges, un liberal clásico, había sido franco contra el autoritarismo militar peruano, como algunos de nosotros somos inflexibles contra la dictadura totalitaria cubana.
En el salón de conferencias de la Universidad, Borges fue acosado por estridentes estudiantes “progresistas” protestando ásperamente por su presencia. Cuando los insolentes, cansados de insultarlo, finalmente hicieron silencio, un estudiante le preguntó: “Señor Borges, ¿cómo es posible que un hombre tan culto e inteligente como usted se empeñe en oponerse al curso de la Historia?
Borges le respondió serenamente: “Oiga, joven, ¿no sabe usted que los caballeros solo defendemos causas perdidas?
Esta anécdota de Borges vino vívidamente a mi mente mientras reflexionaba sobre el viaje del Presidente Obama a Cuba, y como pronunciarse por la libertad y la democracia en Cuba es hoy una lucha quijotesca.
Por casi seis décadas los cubanos opuestos al régimen de Castro basaron su lucha en el principio fundamental de una Cuba libre. La libertad fue siempre el foco conceptual. Ese foco, sin embargo, ha sido reemplazado ahora por uno nuevo, de lazos diplomáticos y económicos con la dictadura castrista. El cambio en la política de EE.UU. no es presentado por sus partidarios como un abandono del principio de libertad. En vez de eso, defienden la nueva política como “más realista”, dado que una Cuba libre parece ser una causa perdida.
Para entender plenamente el daño a la aspiración de libertad infligido por este rediseño de la política de EEUU, es necesario comprender el importantísimo papel de la focalización (anchoring) en negociaciones. Como sabe cualquier negociador experimentado, una focalización inicial establece un punto de referencia alrededor del cual se centrará la negociación.
El Premio Nobel Profesor Daniel Kahneman fue uno de los primeros en estudiar la focalización. Explica que focalizar es una inclinación cognoscitiva que describe nuestra tendencia a depender fuertemente de la primera pieza de información ofrecida. Una vez que una focalización se establece, la utilizamos para hacer la mayoría de los juicios subsiguientes. Por ejemplo, el precio de oferta de una casa focaliza el valor (real o no) de esa casa, y la mayoría de las ofertas de compra lo utilizan como punto de partida.
Los estudios muestran que una vez que un foco negociador se establece, el proceso de ofertas y contraofertas tiende a moverse básicamente alrededor de ese foco. Es decir, el punto de partida afecta fuertemente el rango de posibles contraofertas. El general Raúl Castro ha establecido magistralmente un foco-trampa para Estados Unidos, focalizando contundente y repetidamente la posición de Cuba en, la eliminación de las sanciones económicas de EE.UU., la devolución de la Base Naval de Guantánamo, y el reclamo de billones de dólares de indemnizaciones a Cuba por supuestos daños causados por el embargo de EEUU.
Obsérvese cómo el discurso de la nueva política gira exclusivamente en negociaciones sobre temas comerciales y diplomáticos y no escuchamos reclamaciones sobre libertades políticas. Cuando más, escuchamos que Estados Unidos continuará trayendo a la mesa el tópico de los derechos humanos. El general Castro focalizó las negociaciones, y nuestros representantes han fracasado en entender la trampa en que están, o ajustarse consecuentemente.
El consejo del Profesor Kahneman es: “…si usted cree que la otra parte ha hecho una propuesta indignante, no debe responder con una contraoferta igualmente indignante… Mejor monte una escena, retírese o amenace con hacerlo, y deje claro (para usted mismo y para la otra parte) que no continuará negociando con tal propuesta sobre la mesa”.
No veo evidencia de que los negociadores de EE.UU. estén preparados para seguir el consejo del profesor Kahneman, y retomar al foco de la libertad de manera que todas las discusiones giren alrededor de las libertades. De hecho, los negociadores de EEUU parecen determinados a acomodarse al general Castro en cada etapa.
La libertad no puede emerger de un proceso que evita mencionarla.
La causa de una Cuba libre no está perdida para siempre. Sin embargo, puede ser que, parafraseando a Borges, solamente damas y caballeros defendemos causas perdidas.