Empieza un nuevo año y Ecuador aún no define de manera clara sus políticas económicas. Recientemente se quitaron los subsidios a la gasolina y el combustible -excepto para el transporte público-, y con ello el Estado ecuatoriano se ahorraría más de 500 millones de dólares. Sin duda, ésta es una medida necesaria ante la situación financiera que vive el país, pero se da a medias.
La eliminación de estos subsidios es un golpe a la clase media, y sin otras medidas que lo acompañen encarecerán la vida de millones de personas. A su vez, las previsiones del Banco Central del Ecuador establecieron una desaceleración económica en el 2018 y se prevé un lento crecimiento para este año. ¿Es este recorte de gasto lo único que necesita el país para salir de su situación económica? La respuesta clara es no.
Este recorte presupuestario debe estar acompañado de otras medidas como la eliminación del ICE -Impuesto a los Consumos Especiales- para los vehículos, la anulación de varios aranceles a los repuestos vehiculares y la derogatoria del impuesto verde que se paga en cada matriculación vehicular. En el contexto actual, ya no hay excusa para los elevados impuestos que tienen los carros en el país, que hacen que su adquisición sea uno de los precios más altos en Sudamérica. Si se aplican las disposiciones sugeridas se estaría alivianando la carga que el nuevo precio de la gasolina tiene en el bolsillo de las familias ecuatorianas. El gobierno ecuatoriano tiene que apuntar a devolverle oxígeno a la clase media y no hacer políticas que se queden a medio camino.
Además, el país necesita crear facilidades e incentivos para atraer inversión extranjera, y para que las empresas que actualmente se encuentran aquí puedan ampliar sus operaciones. Estos incentivos nacerán a partir de una adecuada reforma tributaria en la que se expongan disposiciones como la eliminación al Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) o la eliminación total del Anticipo del Impuesto a la Renta. De esta forma, se incentivan nuevas inversiones y se genera mejor liquidez.
A su vez, el país necesita comenzar a explotar las opciones que le ofrecen los mercados internacionales. El gobierno debe agilizar el proceso de adhesión como miembro de la Alianza del Pacífico, y buscar un tratado comercial con Estados Unidos. Es bueno recordar que a mayor libertad comercial hay mayores inversiones y consecuentemente más plazas de trabajo, lo que mejorará las condiciones de muchos ecuatorianos.
Gracias al despilfarro económico que se vivió durante la década pasada, esta eliminación de subsidios era una medida que debía tomarse. No obstante, debe venir acompañada de más resoluciones. El gobierno debe dejar de tomar políticas económicas tibias. Ecuador necesita curarse de la enfermedad no de más banditas para detener un poco la herida. En este 2019, el gobierno debe arriesgarse a realizar la operación completa. Ya es tiempo de que llegue mayor inversión y con ello se genere empleo para los millones de ecuatorianos que lo necesitan. Ecuador necesita apertura comercial y menos impuestos que asfixien al comercio.