Ron Paul: el derecho de rebelión y el apoyo extranjero
Ron Paul está de acuerdo con el porte de armas incluso como mecanismo disuasorio frente a los gobiernos. Un pueblo armado podría alzarse en rebelión frente al tirano nacional de turno que quisiera imponerse. Claramente un pueblo desarmado queda a merced de la represión estatal.
En eso estamos de acuerdo, el problema empieza precisamente cuando al pueblo se le ha desarmado lentamente, y cuando algunos empiezan a entender la posibilidad de la rebelión tienen que acudir a agentes externos para armarse, ahí la postura de Ron Paul podría ser inconsistente.
Está bien que el pueblo tenga armas para ejercer su derecho de rebelión, pero ¿está mal que el pueblo consiga armas de un actor externo? ¿y si puede conseguir armas de un actor externo puede recibir también apoyo de personas de otros países? ¿y si pueden ir extranjeros a apoyar a los rebeldes pueden esos extranjeros tener apoyo de sus gobiernos en el apoyo de esa rebelión?
Obviamente en ese camino se puede ir en otra vía, ¿pueden gobiernos de otros países promover rebeliones en un país argumentando que el régimen de ese país no cumple un estándar moral mínimo? Todas las quintacolumnas que a modo de guerrillas patrocinaron los países comunistas estaban actuando en ese contexto.
Las FARC en Colombia seguían la línea Moscú, con mayor o menor grado de autonomía, y obviamente el ELN que sigue la línea de La Habana. Esas y otras guerrillas pro-comunistas argumentaban que las democracias eran incompletas, dirigidas por oligarquías explotadoras y que era un deber de los gobiernos correctos apoyar con entrenamiento, armamento, inteligencia e incluso personal para avanzar en la cruzada ideológica. Conflictos, muertos y tragedias que no se habrían dado si rebeldes en un país no involucraran apoyos de otros países.
Ahora bien, no es un tema nuevo, ¿habría existido Estados Unidos si los padres fundadores no hubieran buscado apoyo de los enemigos de Inglaterra? Por mucho menos de lo que pasa en Venezuela se alzaron en armas contra la corona británica George Washington y sus aliados. Incluso contaron en sus filas con extranjeros, uno de hecho un venezolano de tamaño continental: Francisco Miranda.
La mezquindad del interés petrolero
Paul, con la experiencia maravillosa que ha acumulado en Washington sabe que los intereses económicos fomentan aventuras militares en todo el planeta. Y es importante nunca perderlo de vista. Los gobiernos extranjeros apoyan rebeliones en los países no solamente o quizás casi nunca por afinidades ideológicas, lo hacen en general por los mucho más tangibles intereses económicos.
De hecho, el interés de fomentar el que una facción política termine convertida en gobierno generalmente va de la mano de acceder a un recurso natural o alguna facilidad comercial. Se puede argumentar que por ejemplo el apoyo de Cuba al régimen socialista no es solamente un apoyo de afinidad ideológica, claramente los millones de barriles de petróleo que ha recibido tienen un efecto profundo en la dependencia que la isla tiene de que se mantenga el régimen en Venezuela.
Porque se entiende que Ron Paul siempre esté alerta a que los políticos estadounidenses vayan de la mano de corporaciones para acceder con ventaja tras botines geológicos en el campo petrolero. ¿Pero a fuerza de tener un martillo no estará el excandidato presidencial confundiendo un clavo con un tornillo? Ron Paul no puede estimar en todo lugar y en todo tiempo como principal interés el tema petrolero porque puede caer en la trampa mental de tener un sesgo que le haga perder un cambio profundo de condiciones. O peor aún que se le acuse a él de tener demasiado interés por el tema petrolero.
¿Ron Paul puede señalar todo proyecto de intervención militar estadounidense como la búsqueda de una ventaja petrolera pero no podría decirse también que su oposición permanente podría estar basado en mantener el status quo de la industria? Detesto desarrollar esta línea de argumentación porque admiro profundamente a Ron Paul pero dado que él hace el señalamiento vale la pena profundizar en la otra vía.
¿No estará un político de un estado petrolero interesado en que se mantenga los precios del petróleo alto y por lo tanto no intentará evitar que cambie la matriz de oferta petrolera? Si Ron Paul puede acusar a otros de que su interés por la intervención es el petróleo no se puede decir que su interés por la no intervención es precisamente el petróleo.
De hecho, lo que demuestra que desafortunadamente el Dr Paul ha reflexionado poco y se ha informado menos de la situación venezolana es que no se ha dado cuenta que si hubiera una razón para que los países no intervinieran es precisamente para no abrir el grifo de la producción venezolana. No le interesaría por esa razón a EEUU que vive un auge gracias al fracking, ni mucho menos a Colombia que depende tanto fiscalmente del precio del petróleo. No, alguien tiene que explicarle a Ron Paul que si algo demuestra que la solidaridad libertaria internacional va más allá de lo económico es justamente el notorio y contradictorio efecto en ese tema que el esgrime como motivo principal de una acción militar a gran escala.
Y es una lástima que no pueda tomar distancia y mirar con ojos precisos una situación tan delicada, porque en el esfuerzo de extrapolar afirmaciones proyectando acusaciones no se avanza en debates más profundos. Por ejemplo, la pasividad de la comunidad internacional con Venezuela, y en particular de EEUU, tiene que ver clarísimamente con la desafortunada intervención en Irak y como precisamente los errores cometidos en ese país se están pagando con creces en el mismo continente americano. Ron Paul debería entender que la situación venezolana refuerza su argumento para haberse opuesto a la intervención en Irak pero que eso no implica que frente a la situación venezolana la decisión sea la pasividad.
¿Para Ron Paul mejor guerra binacional que intervención multilateral?
En América Latina tenemos que avanzar en el debate con EEUU frente al tipo de supremacía que ha ejercido en el continente, sin duda. El sentimiento antiestadounidense en Colombia arraigó fuertemente a principios del siglo XX por la separación de Panamá y la arrogancia política de un Theodore Roosevelt afirmando que la había tomado. El gobierno de EEUU hizo su trabajo en la primera mitad de ese siglo para alimentar un rechazo que fue común a todo el espectro político, conservadores, liberales y socialistas.
Sin evadir el que otras potencias animaban ese espíritu antiyanqui, desde la Alemania de preguerras en los circuitos más conservadores hasta la URSS después de la revolución, lo cierto es que gran parte de los impulsos de “sustitución de importaciones” e incluso los brotes comunistas se alimentaron de torpeza diplomática, para no hablar de lo que hizo en la región el que el departamento de estado promoviera la constitución de bancos centrales y crear monedas “soberanas” que generarán dependencia a los préstamos de Wall Street. La historia de fracasos financieros, monetarios y económicos en nuestros países también tiene relación con la “ayuda técnica” de Washington incluida la Alianza del Progreso.
De hecho, sin duda no hay mayor intervención militar en el continente que la que se hace con excusa de la guerra contra las drogas, y por lo mismo a todos los libertarios nos debe preocupar el aumento desproporcionado del aparato militar estadounidense especialmente cuando ese elemento está presente, en el caso de Venezuela está indiscutiblemente ligado. Pero también y por lo mismo debemos cuidarnos de ser doctrinales y no dogmáticos. Vincular en una reflexión principal de prudencia sobre una acción militar que no desencadene un aumento de la intromisión coactiva gubernamental en el continente.
Por eso al reconocer el rechazo de personas como Ron Paul y otros posibles aliados tanto en Estados Unidos como en otros países y reconocer también que existen razones de peso para que el liderazgo militar de las fuerzas estadounidenses puedan crear condiciones indeseables no tanto en la operación como tal, en la que sin duda serían avasalladoras, sino y sobre todo en la reconstrucción posterior, quizás a lo que nos estén llevando sea a una situación más de guerra binacional que a uno de intervención multinacional. Quizás sea lo mejor. Quizás. Pero sin duda Mr Paul no será por petróleo… aunque tampoco será gratis… pero más costosa que la inacción imposible.