La Corte Suprema de los Estados Unidos, conformada por nueve jueces con cargo de por vida, es la corte mas poderosa del mundo, no está sujeta a ningún otro poder local o supranacional, no está atada por ningún tratado internacional, sólo aplican la “Ley de la Tierra,” (Law of the Land) de los Estados Unidos. El presidente de los Estados Unidos tiene la potestad de nombrar a los jueces, los que previa entrevista, son confirmados por el Senado. El presidente Joe Biden, después del anuncio de retiro del juez supremo Stephen Bryer, declaró que su sucesor tenía que ser mujer y negra, marginando a todas las mujeres no negras y a los varones afroamericanos y demás. No era necesaria la declaración de Biden, lo pudo hacer en silencio. Nadie se atrevió a acusar a Biden por discriminación, pues es lo que hizo, discriminar a los demás potenciales candidatos por motivos de raza y sexo.
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La ahora confirmada juez supremo de los Estados Unidos, Ketanji Brown Jackson, educada en la escuela de Derecho de Harvard, hija de padre abogado y madre directora de escuela, no es precisamente una mujer oprimida, ni mucho menos creció en pobreza, su biografía demuestra todo lo contrario. Clase media alta, privilegiada y brillante. Casada, con hijos, tiene una familia, factor de extrema importancia en Estados Unidos. Ketanji fue antes juez federal en Washington, DC, nominada por Barack Obama. Es una buena candidata sin necesidad de mencionar el color de piel y sexo, menos clasismo social, pero Biden lo hizo.
Durante la serie de entrevistas en el Senado de los Estados Unidos —previas a la confirmación de la juez supremo Ketanji Brown— la senadora republicana, Marsha Blackburn, formuló la pregunta:
– ¿Puede Ud., proveer la definición de la palabra mujer?
-Ketanji Brown: “No puedo en este contexto, no soy bióloga”.
La juez esta casada con un varón, médico, y tienen dos hijas de 17 y 21 años. Tengo que aclarar que el esposo es varón, pues en estos tiempos de posmodernidad, en donde para muchos todo es relativo y la verdad es difusa, el matrimonio no es únicamente entre hombre y mujer, y para ser mas exacto, el matrimonio no es únicamente entre varón y mujer biológica, puede ser también entre mujer declarado ser varón por orden judicial u hombre declarado mujer por el decreto de un juez, con el testimonio de un experto biólogo, que afirma que un varón puede ser mujer y competir contra mujeres, usar los baños de mujeres e inclusive ser enviado a una cárcel de féminas. El esposo de la juez es blanco, y no creo tenga ningún problema en definir lo que es una mujer, su esposa sí, y hay que considerar que tienen hijas.
La respuesta de la juez a esta pregunta especifica hay que interpretarla como el fin de la posmodernidad, el desenlace del paradigma de la democracia liberal que protege el derecho a ser feliz y libre, en donde el poder emana del pueblo. Esta libertad ha destruido al hombre, lo ha relativizado, el varón y la mujer como verdad absoluta, como dogma de fe y ley natural ya no existe dentro del sistema de estado liberal.
En 2015, la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos reconoció el matrimonio entre personas del mismo sexo, y ordenó que se reconociera en todos los estados de la Unión, la ley del hombre se imponía a la ley de Dios, al dogma, a la ley natural y, sobretodo, al sentido común. El Estado creó un nuevo derecho, suprimiendo otros, destruyendo el dogma del matrimonio que acompañó al hombre desde su creación, y le ayudó a sobrevivir entre las tempestades mas oscuras y salvajes. Pero ahora, el estado de democracia liberal abre una frontera más: la redefinición legal de hombre y mujer, que dentro de poco redefinirá el concepto mismo de vida humana. ¿Qué es un ser humano? Será la nueva discusión legal cuando el transhumanismo reclame derechos.