Lamentablemente los chilenos no estamos a la altura de su excelencia Gabriel Boric, quien es mesías, y como somos unos idiotas votamos “Rechazo” a una constitución política que nos llevaría al desarrollo. ( Según Boric y su 38 %).
Boric, intelectualmente es de la media tirando para abajo, pero se da el lujo de tratar de lentos a sus compatriotas. No fue capaz de terminar una carrera universitaria. Y de emprender o trabajar, mejor ni hablar.
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Él tuvo un contundente triunfo electoral y una gran oportunidad de hacer un buen gobierno. Pero llevó el amiguismo a límites insospechados, con una improvisación y falta de profesionalismo nunca antes vista.
Nombró a su polola (novia) primera dama, y se creó un ministerio a su medida, y puso a todos sus amigos y los amigos de sus amigos en subsecretarias, ministerios, embajadas, etc.
Esto es tan evidente que hasta los mismos medios se refieren al impresentable embajador de Chile en España como “el amigo de Boric”.
Como son todos amigos y no poseen las competencias para los cargos en que los puso el buen amigo Boric, comienzan los errores y horrores. Papelón de Urrejola en Cancillería, papelón de Velasco como embajador de España, papelón de Maya Fernández en el Ministerio de Defensa, papelones constantes de Izkia y el último papelón de Constanza Martínez, delegada presidencial encargada de comprobar los protocolos de seguridad en el concierto de Daddy Yankee. Es de público conocimiento como terminó.
Y mientras el iluminado Boric va tan rápido, no va a la Araucanía, que es un completo desastre. Tampoco va al norte, otro desastre más. Y habita en La Moneda, pero no hace nada y el costo lo están pagando millones de chilenos. Sigue transmitiendo con la nueva constitución o proceso constituyente, nada más.
Gabriel Boric debe entender que perdió el plebiscito y comenzar a gobernar. Pero en serio. Y sacar a todos sus amigos de cargos públicos.
Sus prioridades son preocuparse de la delincuencia, desempleo, inversión, crecimiento, salud y tantas otras prioridades. Ya está con 29 % de aprobación y lleva sólo siete meses en el cargo.
Paradójicamente, el autodenominado adelantado está resultando ser lento, demasiado lento. En mi opinión, Gabriel Boric es muy lento para los chilenos y no a la inversa.