Las sociedades están cada vez más infectadas de socialismo, en su mayoría demandan con mayor fuerza los famosos Estados de bienestar, impulsados por Keynes y su fantasiosa teoría general. Está teoría que no pasa una revisión seria de un estudiante de primer año, es la enseñada por todas las facultades de economía de los países y así, no es tan difícil entender la predominancia del socialismo.
Hay cierto aspecto, lamentablemente, que es de origen antropológico en que los ciudadanos ven en el Estado una especie de salvador o la solución a todos sus problemas. Sin importar la evidencia científica, por alguna razón quieren que el Estado suministre la salud, educación, pensiones, infraestructura, transporte, etc.
Y así con un sesgo ideológico desde la academia se instala la idea de que el socialismo es bueno. Si lo dice Keynes, una vaca sagrada de la economía moderna, entonces el socialismo debe ser bueno.
Keynes plantea como regla general que la crisis del 30 se da porque la sociedad consume muy poco e invierte muy poco. Es decir, con solo una observación parcial de desocupación plantea una teoría general y ya comienza a incorporar el aumento del gasto para generar pleno empleo.
Para argumentar esta tesis dirá o crecerá la propensión marginal al consumo decreciente y el multiplicador keynesiano. Teoría basada en un aumento del gasto generará un aumento de riqueza para toda la sociedad.
El único ser humano del planeta que plantea que se puede aumentar la inversión sin aumentar el ahorro, es Keynes. Esto lo logra de manera mágica con el multiplicador keynesiano.
Es decir, el único problema de que no exista pleno empleo es el exceso de ahorro. Y para eso, aumentando el gasto en inversión, lo cual para él no solo multiplica el gasto, mágicamente multiplica la producción y de paso deja a todos los factores de producción utilizados. Sin afectar ninguna de las otras producciones existentes, ni modificar precios de factores productivos, es algo realmente de locos.
Con este argumento, los países endeudados o con exceso de gasto deberían estar preocupados de qué hacer con tanta riqueza generada, cuando en realidad están preocupados de pagar el endeudamiento. Y muchísimo más preocupados de los nuevos impuestos.
Es importante ver que Keynes es un planificador central de manual. Él, a través de la teoría general, busca controlar la economía por medio del aumento del gasto. También muestra un claro sesgo totalitario, está por el control de la natalidad, el control de ahorro privado y varios otros aspectos contrarios a la libertad.
Las teorías hay que sacarlas de la pizarra y llevarlas a la realidad, acá la teoría general de Keynes se cae a pedazos, los resultados están a la vista.
Sería adecuado sacar los libros de Keynes y los neokeynesianos de la Academia e incorporar los libros de Menger, Mises, Hayek, Locke y tantos otros autores, que efectivamente han incorporado avances a la ciencia económica.