Los componentes de un Estado democrático son elecciones, el respeto por los derechos individuales, la separación e independencia de poderes, la sujeción de todos ante la ley y la alternabilidad del poder. En Venezuela existen elecciones, pero no han sido justas, los derechos individuales son vulnerados por el gobierno, no existe independencia de poderes y el oficialismo está por encima de la ley. Entonces no está equivocado quien afirma que Venezuela no es una democracia.
Reymi Ferreira en su artículo La telenovela venezolana (ED, 21/02/14) confunde democracia con elecciones. Efectivamente en Venezuela hay elecciones, pero no es una democracia. Bajo el argumento de Ferreira, el dictador Fidel Castro, quien ganó todas sus elecciones, sería un demócrata. También Hitler ganó elecciones. Pero incluso asumiendo que Maduro haya ganado limpiamente (lo cual es cuestionable), no lo hace un demócrata. El proteger los derechos ciudadanos y aplicar las leyes por igual es un requisito indispensable de un demócrata y ni Chávez ni Maduro cumplieron con ello. El hecho que una mayoría de venezolanos, apoye la vulneración de los derechos civiles y políticos de una minoría, no es un justificativo moral ni jurídico. Un abuso sigue siendo un abuso, aunque todos (menos la víctima) estén de acuerdo en cometerlo.
Ferreira con una simpleza bárbara equipara las protestas de España, Grecia y Brasil con las de Venezuela. En estos países los protestantes pedían el mantenimiento de los beneficios propios de un Estado de Bienestar, pero sus ciudadanos no sufrieron la vulneración de los derechos más básicos, como el derecho a la protesta, a la libre expresión, al debido proceso, como sí sucede en Venezuela. En esos países ningún periodista fue expulsado por el Gobierno ni hubo canales de televisión clausurados. E incluso en lo económico, tampoco llegó a faltar papel higiénico en los mercados. La protesta venezolana pide la restitución de derechos civiles y políticos que ningún gobierno tiene derecho a quitar.
Ferreira, para defender los credenciales democráticos del chavismo dice que Chávez nunca sacó tanques a la calle. Tampoco lo hizo Hitler quien legalizó sus abusos mediante leyes como las de Núremberg y utilizó sus camisas pardas para causar terror entre los disidentes de manera similar a los “colectivos” armados chavistas.
Reymi Ferreira critica la “prensa light” y la información superficial. Nada es más superficial que asegurar que Venezuela es una democracia solo porque hay elecciones.
El artículo original se encuentra publicado en el blog del autor.