EnglishEn la campaña por la alcaldía de Bogotá, cuyas elecciones serán el próximo 25 de octubre, participa la primera candidatura libertaria en la historia de Colombia.
El candidato, Daniel Raisbeck, historiador, académico y autor de columnas en estas mismas páginas, no solo se ha destacado por su juventud sino también por su seriedad, rigurosidad, conocimiento de los temas y, claro está, por las ideas que defiende. Seriedad ante su labor porque también le ha dado espacio al humor, algo novedoso en la acartonada política colombiana.
Para mí, Daniel ya ganó. Los libertarios colombianos ya ganamos. Un trabajo dedicado, sin maquinarias políticas, basado en ideas y no en politiquería, que han adelantado el candidato y su comprometido grupo de colaboradores voluntarios está consolidando una verdadera nueva forma de hacer política.
Muchas personas que no eran conscientes de su preferencia por las ideas de la libertad están siendo atraídas por esta campaña. Daniel Raisbeck ha sido el candidato con mayor fuerza en las redes sociales, lo que demuestra, además, que su fuerte está también en las generaciones más jóvenes – no solo en edad, sino en la valoración por lo diferente, lo alternativo, lo innovador.
En consecuencia, la primera campaña libertaria en la historia del país ha obtenido sucesivos logros. Primero, logró reunir más de las firmas exigidas para inscribirse. Segundo, a pesar de algunas trabas iniciales, Daniel ha sido invitado a cada vez más espacios a presentar sus ideas en los medios de comunicación masivos. Tercero, de no ser incluido en las encuestas, ya no solo se menciona su nombre sino que también reporta porcentajes de 1% o 2%. Cuarto, recientemente finalizó de manera exitosa la primera recolección de fondos por donaciones individuales a través del uso de tecnología.
Mientras los demás candidatos siguen en la lógica de engañar al público, Daniel Raisbeck ha basado sus propuestas en una filosofía política consistente
Con estos resultados, no hay lugar para el pesimismo. Las ideas de la libertad llegaron para quedarse en Colombia. Muy pronto, Daniel y seguramente otros libertarios con un gusto por la política comenzarán a ser elegidos para cargos públicos.
Debo confesar que yo consideraba que este tipo de cambios solo se podían alcanzar a través del cambio de ideas, desde la academia y el debate. Ahora veo que es un trabajo conjunto. En este sentido, los libertarios debemos reconocer y agradecer la valentía y el coraje que han demostrado Daniel y su grupo de colaboradores.
Es valentía y coraje enfrentar las maquinarias políticas tradicionales en Colombia. No debió haber sido fácil alcanzar ninguno de los objetivos que he señalado. Muchos menos, como sabemos los libertarios, es fácil presentar las ideas, muchas veces contraintuitivas y por lo tanto, difíciles de transmitir y explicar, mucho más en un escenario de discusión política, caracterizado por la superficialidad y las promesas incumplibles.
Es posible que esto sea lo más novedoso y refrescante de la campaña del Movimiento Libertario. Mientras los demás candidatos siguen en la lógica de engañar al público, de prometerles lo divino y lo humano y de todo basarlo en una muy limitada –casi inexistente– reflexión sobre la razón de ser del Estado, Daniel Raisbeck ha basado sus propuestas –no promesas– en una filosofía política consistente y las ha integrado a una sincera y juiciosa investigación sobre las realidades puntuales de una ciudad como Bogotá.
La mezcla lograda por Raisbeck era necesaria, urgente, precisamente, en Bogotá, donde la elección sucesiva de Gobiernos populistas de izquierda no han generado sino destrucción en lo poco que se había logrado en un ya lejano pasado.
Las propuestas de Daniel, además, han planteado la dinámica del debate, otro logro. Hoy los candidatos, a excepción de Francisco Santos del Centro Democrático, comparten la visión sobre la necesidad de la legalización de la droga. Seguramente, será oportunismo. O tal vez antes no lo decían por temor, otra muestra de la valentía de Raisbeck, que mencioné arriba.
Lo mismo sucede con las nuevas tecnologías, como Uber. La insistencia del candidato libertario llevó a que el tema se abordara. De igual forma, Daniel fue el único capaz de plantear su rechazo a una eventual consulta popular que hubiera preguntado sobre la prohibición de las corridas de toros. Es decir, el libertario fue el único candidato que defendió los derechos de las minorías ante la voracidad de las mayorías, expresión del tan utilizado discurso políticamente correcto pero peligroso para la libertad.
Lo único que no comparto de Daniel es el mostrarse como un candidato no político. La política la deben hacer los políticos. Lo importante es cómo se hace. Por ello, él es el político del futuro; el político que propone basado en ideas y no en cálculos oportunistas; el político que hace propuestas para la gente y no para profundizar su poder.
Mientras tanto, los ciudadanos tenemos una nueva oportunidad de cambiar realmente la forma de hacer política en Colombia. Tanto que decimos que no queremos a los mismos… pues bien, mi voto será para Daniel Raisbeck.