Uno de los fenómenos que más se confunde en los debates en los que se discute la supremacía de la libertad en el proceso de creación de riqueza (esto es, de satisfacción de necesidades y deseos de los individuos) es el de la concepción del capitalismo en su acepción cataláctica y la práctica, evidente, en muchos países, que se ha denominado capitalismo de amigotes.
No es este último modelo el que se defiende cuando se afirma que el capitalismo es superior a cualquier otro en el eterno camino a la prosperidad. Es el capitalismo como lo explicaron, cada uno con sus particularidades, autores como Ludwig Von Mises y Friedrich A. Hayek y no el totalitarismo, o el capitalismo de amigotes el que lleva a una sociedad a ser más próspera.
Para aclarar esta confusión se encuentra la edición más reciente de la prestigiosa revista The Economist. En ésta, se presenta el índice de capitalismo de amigotes, que surge del cálculo del peso que tiene la riqueza de billonarios, cuya fortuna se ha originado en sectores generalmente asociados con este tipo de capitalismo, y del Producto Bruto Interno de sus países. La nación que se ubique en los primeros lugares de la escala contará un resultado más alto y eso querrá decir que ese país tiene una mayor incidencia del capitalismo de amigotes.
Los sectores que la revista ubica en esta categoría son, de manera general, los juegos de azar, defensa, infraestructura, sectores extractivos, telecomunicaciones y banca. La medición considera 23 países: los cinco más desarrollados, los diez más grandes de los países en desarrollo y ocho más donde se percibe que presentan un problema de capitalismo de amigotes.
A pesar de las limitaciones que la misma revista identifica en la medición del índice (no mide todos los sectores que son y no en todos los países los sectores mencionados tienen las mismas características regulatorias y de relación con el Estado), el resultado sí tiene una capacidad de interpretación. Por un lado, es evidente que los países menos desarrollados son los que más dependen de estos sectores. Por el otro, no sorprenden la mayoría de hallazgos. Países como Rusia, Malaysia, Ucrania, México o India son los que presentan mayor incidencia de este tipo de capitalismo. Por el contrario, Alemania, Corea del Sur, Japón, Francia o Estados Unidos son los que presentan el menor nivel.
Es interesante indagar sobre los resultados de Hong Kong y de Singapur. El primero se ubica, dentro de este grupo, como el país más dependiente del capitalismo de amigotes. El segundo, se ubica en el quinto lugar. Por su parte, también debe profundizarse el hecho de que China y Polonia, como países en desarrollo, tengan una mejor ubicación que Estados Unidos. Cerca de este país también se encuentran Brasil y Argentina (Estados Unidos se ubica en el puesto 17, mientras que Brasil está en el 13 y Argentina en el 11). ¿Será que las políticas de los gobiernos de George W. Bush y de Barack Obama han sido tan nefastas en el modelo económico de este país que han logrado calificar peor que China?
A través de mediciones como este índice podemos explicar el fenómeno del capitalismo de amigotes y dónde se desarrollan con mayor frecuencia. Es importante poder definir este concepto para poder mostrar claramente sus efectos negativos y la diferencia que separa a éste con el capitalismo, único modelo para la generación del verdadero desarrollo.