EnglishMientras la atención del público se enfoca en la anexión de Crimea a Rusia, ¿no sería este un momento apropiado para discutir la anexión de la Bahía cubana de Guantánamo a Estados Unidos?
Sí, lo sé, los imperialistas e intervencionistas dicen que la Bahía de Guantánamo no es realmente una anexión, sino un arrendamiento de propiedad entre el gobierno de Cuba, como arrendador, y el de Estados Unidos, como arrendatario.
Pero el hecho es que el acuerdo de arrendamiento no es más que un engaño. Después de todo, ¿cuántos contratos de arrendamiento perpetuos existen en el mundo aparte de este? Ninguno. Bajo el acuerdo de la Bahía de Guantánamo, el arrendatario (el gobierno de EE.UU.) tiene permitido permanecer en la propiedad arrendada para siempre. ¿Cómo se diferencia esto en los hechos de una anexión?
Y el pago anual por esta propiedad estratégica es la gran suma de US$4.085 por año. Sí, leíste bien: Cuatro mil ochenta y cinco dólares por año. Sin aumento por inflación. El mismo pago para siempre.
¿No te gustaría tener un alquiler como ese? O sea, siempre que seas el arrendatario, no el arrendador. No nos olvidemos de que estamos hablado de 117 kilómetros cuadrados de tierra y mar en una isla caribeña.
Pero la historia no termina aquí. En realidad el acuerdo original de 1903 pedía un pago anual de $2.000 en monedas de oro. Cuando se firmó el acuerdo de arrendamiento, las monedas de oro eran todavía la moneda oficial de Estados Unidos, como lo establecía la Constitución.
Pero en 1933, el Presidente Franklin Roosevelt decretó, sin ni siquiera respetar la formalidad de una enmienda constitucional, que la moneda oficial de Estados Unidos dejaría de ser la moneda de oro y pasarían a serlo los billetes y notas irredimibles del gobierno de Estados Unidos.
Eso le proporcionó a Roosevelt la excusa de hacer una modificación al contrato, anulando el requerimiento de las monedas de oro y cambiando el pago anual a $4.085. Los economistas estiman que con la devaluación anual del dólar causada por la Reserva Federal, el pago actual debería rondar los US$52.000 por año. Otro ejemplo clásico de cómo el gobierno de Estados Unidos se beneficia del sistema de dinero fiduciario establecido por Franklin D. Roosevelt.
Por supuesto, los imperialistas e intervencionistas me dirán “pero Jacob, un arrendamiento es un arrendamiento. Cuando las dos partes del contrato aceptan mutuamente los términos, ¿qué puede haber de malo en eso? ¿Cómo puede ser eso considerado una anexión, cuando es realmente un contrato de arrendamiento?
Porque para ser realmente válido, un acuerdo requiere del consentimiento voluntario. El arrendamiento de la Bahía de Guantánamo fue adquirido a la fuerza: La fuerza del gobierno de Estados Unidos impuesta contra un pequeño y empobrecido país del tercer mundo.

Para entender cómo pasó esto debemos remontarnos a la guerra española-americana de 1898. La guerra que constituyó la fatídica conversión de Estados Unidos en un imperio. Cuba, junto a Filipinas, peleaban por su independencia del imperio español.
El gobierno de Estados Unidos intervino en el conflicto, aparentemente para ayudar a Cuba y Filipinas a ganar su independencia. Pero esa aparente intención resultó ser un fraude cuando los cubanos y filipinos descubrieron que el gobierno de Estados Unidos pretendía que sus países lo aceptaran como su nuevo jefe, sustituyendo al gobierno español.
Cuando los filipinos se negaron, el gobierno estadounidense se lanzó a matar a cientos de miles de ellos para establecer su control imperialista sobre Filipinas.
Para evitar esa pérdida masiva de vidas, los cubanos decidieron darle al gobierno de Estados Unidos lo que pedía: El control sobre los asuntos cubanos y los derechos de arrendamiento en la bahía de Guantánamo. Eso fue lo que dio lugar a la infame Enmienda Platt que Estados Unidos solicitó introducir en la Constitución de Cuba. Sus términos permitían que Estados Unidos interviniera unilateralmente en los asuntos cubanos cuando quisiera y decretaba negociaciones para incluir bases militares del país norteamericano en la isla, incluida la de Guantánamo. Esos términos fueron descritos en el Tratado de Relaciones con Cuba de 1903.
En 1934, el acuerdo fue modificado para eliminar a la autoridad de Estados Unidos sobre el control de los asuntos de Cuba, pero desafortunadamente también reafirmó el contrato de Guantánamo y extendió su duración hasta el infinito.
¿Fue la modificación de 1934 realizada bajo consenso? ¿Cómo podría serlo cuando era el gobierno norteamericano el que aprobaba qué cubanos podían mandar en la isla? En 1934 el presidente cubano era Fulgencio Batista, que fue un modelo absolutamente perfecto de títere de Estados Unidos, que seguía fiel y lealmente las órdenes que le daban los oficiales estadounidenses.
No debería sorprender a nadie que el gobierno de los Estados Unidos apoyara generosamente al régimen de Batista con dinero y armamento, similar a lo que están haciendo hoy día con los tiranos militares que gobiernan Egipto.
Tampoco debería sorprender a nadie que los cubanos derrocaran a Batista —que fue el más cruel, brutal y corrupto dictador de la historia cubana— con su revolución de 1959 que trajo a Fidel Castro al poder. Desde el momento en que Castro pidió absoluta independencia de Cuba respecto a Estados Unidos, se eliminó abruptamente la ayuda exterior del país norteamericano a la isla. También fue el comienzo de la larga obsesión de la CIA y el Pentágono con el derrocamiento de Castro y sus intentos de sustituirlo con otro títere como Batista.
Es hora de que Estados Unidos limpie su sórdido pasado. Es hora de que el gobierno de Estados Unidos abandone su anexión de la Bahía de Guantánamo. Por derecho, la bahía le pertenece a Cuba, no a Estados Unidos.
Este artículo fue originalmente publicado en The Future of Freedom Foundation