English El último informe del Intercambio Comercial Argentino, en donde se publican los datos de la balanza comercial, continúa mostrando lo que se viene observando hace ya muchos meses. Tanto las importaciones como las exportaciones siguen obteniendo variaciones anuales negativas. De mayo 2013 a mayo 2014 las exportaciones se derrumbaron un 16%, mientras que las importaciones en el mismo periodo experimentaron una caída del 17%. En lo que va del año, el deterioro de las exportaciones e importaciones son de 11,8% y 7,9% interanuales respectivamente. Cabe preguntarse el por qué de la desaceleración en estas dos variables.
La raíz del problema está en el cepo a las importaciones establecido a finales del 2011. ¿Qué venía sucediendo? Pues el resultado de la balanza comercial, elevado en años anteriores, iba disminuyendo, y esto preocupó al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Esta preocupación llevó al gobierno a trabar las importaciones en el intento de volver a tener una balanza comercial favorable. Sin embargo, en teoría esto es imposible. Es de suma importancia comprender que exportaciones e importaciones se relacionan, ya que para poder importar es preciso exportar: es por eso que en el largo plazo las dos variables tienden a igualarse. La oferta genera la demanda.
En cada acto de intercambio, una persona ofrece un bien o servicio para recibir algo a cambio. Si la persona “A” le da un bien “X” a la persona “B”, y ésta a cambio le ofrece un bien “Y”, entonces podemos ver claramente que “A” exporta “X” pero importa “Y”. En términos de bienes, exportaciones e importaciones son idénticas, con lo cual trabar las importaciones, por definición, implica trabar las exportaciones. En cuanto se introduce el dinero en el análisis, éste solo funciona como medio de intercambio y no cambia la esencia del problema. La diferencia es que uno puede endeudarse y generar desbalances. Sin embargo, esto no quita que exportaciones e importaciones son dos caras de una misma moneda y terminarán por moverse en una misma dirección. El siguiente gráfico muestra claramente este punto para Argentina. Se toma la variación anual del promedio móvil de 12 meses con el objetivo de eliminar la estacionalidad.
Puede observarse que desde que se introdujeron trabas a las importaciones, tanto importaciones como exportaciones comenzaron a disminuir. Como resultado, lo único que se logró es disminuir la cantidad de transacciones que hacen los individuos entre diferentes países. Esto no es bueno, ya que el libre intercambio —ya sea dentro o fuera de las fronteras— beneficia a los participantes del mismo. La medida tomada por la presidente Cristina Kirchner no solo redujo la cantidad de transacciones internacionales, sino que además compromete la producción local.
Al intentar que las importaciones sean caras para reducirlas, la presidente se olvida que Argentina, para poder producir a nivel local, necesita de productos de otros países. Si por ejemplo, el dueño de una Pyme precisaba importar algunos artefactos de otro país para usarlos en su proceso productivo, la traba a las importaciones le impedirá directamente realizar su producción a nivel local. Esto se traduce en atacar a la industria nacional, lo cual contradice frontalmente el discurso político que suele oírse cuando hablan funcionarios oficialistas.
Hace ya varios meses que Argentina no cumple con las normas internacionales del comercio internacional, escudándose en el proteccionismo. No es casualidad que la Organización Mundial del Comercio (OMC) considere que Argentina violó las normas comerciales con el objetivo de trabar las importaciones. Según la OMC, “Los socios afirman que desde el año 2008, Argentina ha ampliado la lista de sujetos a licencia de importación no automáticas, lo que retrasa la entrada de los ordenadores portátiles, electrodomésticos, maquinaria y equipo, automóviles y piezas de automóviles, productos químicos, textiles y prendas de vestir, entre otros. Y se quejan de que el país no respeta el procedimiento máximo para dar la licencia dentro de los 60 días. Otros no reciben la luz verde para vender sus productos ni explicaciones”.
En Argentina, el gobierno se defiende diciendo que no viola las normas internacionales del comercio y lleva adelante estas trabas con la creencia de que favorecerá la balanza comercial. Sin embargo, como se observó en el gráfico de más arriba, tanto exportaciones como importaciones cayeron. Los países que más crecieron lo hicieron a través de expandir el comercio internacional, no poniéndole trabas. La teoría de la sustitución de importaciones debería haber quedado obsoleta en el momento que se demostró cómo todos los países en los últimos 200 años mejoraron su situación gracias al comercio, destruyendo el mito de que la economía es un juego de suma cero.