España está viviendo su peor crisis sanitaria y económica desde la Guerra Civil con el peor Gobierno en democracia. Y, lo peor, es que los españoles parecen estar dormidos frente a un gobierno socialcomunista con deseos de controlar todas las esferas de la sociedad. No entienden que la libertad, del mismo modo que se posee, bien puede desaparecer si no la defendemos. No es un lujo ilimitado. Debemos defenderla. Máxime cuando estamos siendo gobernados por socialistas y comunistas que desde muchos años atrás han pervertido el significado de tal palabra y dieron lugar a una “nueva libertad” basada en la igualdad material, de ingresos y de valores. Es decir, todo lo contrario al original significado de “vivir y dejar vivir” de la palabra.
Hugo Pereira, bajo este contexto, nos comenta que la nueva encuesta de mayo arrojada por el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) es una burda manipulación de la realidad. Mientras que múltiples encuestas independientes publicadas por varios medios de comunicación daban a conocer que PSOE y Podemos caerían en votos en favor del PP (algo que es completamente lógico teniendo en cuenta la negligente gestión que está ejerciendo el Gobierno de España ante la crisis del coronavirus); el CIS, empero, decía todo lo contrario: que se acrecentaría la diferencia entre PSOE y PP. Algo que es radicalmente imposible y que denota que el CIS está al servicio del Gobierno y no de los españoles.
Asimismo, Pereira nos comenta la manipulación de los informes que está llevando a cabo Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Tres informes publicados por el Gobierno sobre los contagios de coronavirus que se produjeron durante los días 7 y 8 de marzo arrojan datos sustancialmente diferentes. Cada informe incluye una cifra diferente sobre los contagios que se produjeron en los días 7 y 8 de marzo; fecha a partir de la cual, con la celebración del Día de la Mujer, se produjo un aumento exponencial de los contagiados y muertos.
Estamos viviendo una etapa dramática y que constituirá un capítulo importantísimo en la Historia de España. El problema es que, de no despertar los españoles, quizás esta historia se cuente bajo una única perspectiva: la que imponga el Gobierno.