El mundo democrático repudió masivamente la usurpación del poder en Venezuela por parte de Nicolás Maduro.
Estados Unidos, la Unión Europea, los 14 países que integran el Grupo de Lima y la Organización de Estados Americanos (OEA) han acordado no reconocer este nuevo mandato por considerarlo “ilegítimo”, ya que viola la propia constitución venezolana y no emergió de elecciones que satisfagan los cánones democráticos.
El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, afirmó que “Estados Unidos no reconocerá la toma de posesión ilegítima de la dictadura de Maduro. Continuaremos aumentando su presión sobre el régimen corrupto, respaldando la Asamblea Nacional democrática, y exigiendo democracia y libertad en Venezuela”.
La Unión Europea, a través de Federica Mogherini –Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común-, emitió una declaración lamentando “que se hiciese caso omiso de su llamamiento para que se celebren nuevas elecciones presidenciales de conformidad con las normas democráticas internacionalmente reconocidas y el orden constitucional venezolano y que el presidente Maduro emprenda hoy un nuevo mandato sobre la base de elecciones no democráticas”.
El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) había convocado a una sesión extraordinaria a realizarse el 10 de enero de 2019, en caso de que Maduro persistiera en su intención de “asumir” un segundo mandato.
Dado que se produjo tal circunstancia, la OEA aprobó ese mismo día una moción presentada por Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, EE.UU., Perú y Paraguay para “no reconocer la legitimidad” del cargo de Maduro y llamó a que se celebraran nuevas elecciones “en una fecha cercana” con observación internacional. Asimismo se decidió que dicha resolución sería transmitida “inmediatamente” al secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.
En la votación, 19 naciones votaron a favor, 6 en contra, hubo 8 abstenciones y una ausencia.
La comunidad democrática internacional exteriorizó su rechazo a la usurpación del poder por parte de Maduro, ausentándose de la ceremonia de juramentación del cargo. Los que enviaron representantes fueron aquellos cuyas credenciales republicanas son nulas o dudosas. Entre ellos estuvieron cuatro presidentes latinoamericanos: Evo Morales (Bolivia), Miguel Díaz-Canel (Cuba), Salvador Sánchez (El Salvador) y Daniel Ortega (Nicaragua). Rusia, Turquía e Irán también enviaron delegados.
Este diagnóstico de la situación política venezolana no admite discrepancias. Por lo menos no, sobre la base de la buena fe y los principios democráticos.
Por eso es tan chocante la actitud del gobierno uruguayo. Fue uno de los dos países latinoamericanos (el otro fue México) que estuvo presente en la ceremonia de asunción a través de José Luis Remedi, encargado de negocios de la embajada en Caracas. Además, fue uno de los que se abstuvieron de votar la resolución de la OEA.
Uruguay es un país democrático. En este sentido, The Economist lo ubicó como una de las 20 democracias plenas del mundo en su Democracy Index 2018 de reciente publicación.
Entonces, ¿cuál podrá ser la explicación de tal disonancia?
Lo primero que urge aclarar, es que no es “Uruguay” quien apoya a la dictadura venezolana sino el gobernante Frente Amplio.
Ayuda a clarificar la situación si recordamos que el presidente Tabaré Vázquez hizo carrera durante la dictadura militar uruguaya (1973 y 1985). Incluso, mandó en 1981 un telegrama de felicitación al Teniente General (R) Gregorio Álvarez cuando asumió como presidente de facto.
Otra muestra del carácter de Vázquez –que va en sintonía con su forma ambigua de comportarse con respecto a Venezuela– es que no admite francamente que se acomodó durante la dictadura militar: en su curriculum vitae hay una “laguna” correspondiente a ese período.
Con respecto a los tupamaros y los comunistas, su proyecto siempre ha sido –y sigue siendo- instalar en Uruguay un régimen parecido al cubano. Por eso no asombra que poco después de la juramentación de Maduro, los tupamaros emitieron un comunicado saludando al “nuevo y legítimo gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, electo el pasado 20 de Mayo 2018”.
Además, se presume que el apoyo de parte del gobierno uruguayo al régimen chavista, es porque le “debería favores” o porque habría de por medio “negocios turbios“. Esto se aplicaría especialmente a los tupamaros.
Pero los venezolanos deben saber que Uruguay es mucho más que el Frente Amplio. Desde la oposición y la sociedad civil se han levantado múltiples voces solidarias con el pueblo caribeño, que han condenado tanto a la dictadura chavista como a la actitud servil de nuestros actuales y circunstanciales gobernantes.
A nivel político se manifestaron las principales figuras y partidos de la oposición.
Luis Lacalle Pou -precandidato presidencial por el Partido Nacional –quien tiene grandes chances de ser el próximo presidente de la república, criticó la postura del gobierno con respecto a Venezuela. Expresó que con la posición asumida por la administración Vázquez, “Uruguay queda una vez más en un grupo selecto del países que no condenan y que aceptan este régimen”.
Agregó que “ya no queda la menor duda de que hay compromisos mucho más allá de los ideológicos y políticos, hay compromisos que prohíben e inhiben al Frente Amplio a ser contundentes respecto a este gobierno de Venezuela”. Indicó asimismo que existieron “negocios entre particulares, amparados, estimulados, dirigidos por el gobierno del Frente Amplio en el cual hay vinculaciones de personas cercanas al gobierno, que hacen que estemos atados de pies y manos”.
“Lamentablemente el pueblo uruguayo, que es representado por su presidente y su canciller, va a quedar una vez más mal parado y estamos convencidos de que la voz del gobierno no es la voz de la nación oriental, de los uruguayos”, aseveró. Considera que es “vergonzoso y triste que por unos pocos que han hecho negocios estemos atados y no podamos decir las cosas”.
“Tenemos la convicción que ha habido irregularidades y direccionamiento por parte del gobierno del Frente Amplio, por determinados particulares, que también deberán ser aclarados […] Algún día sabremos el porqué de esta triste posición del Frente Amplio a través del gobierno que no representa el sentir popular”, expresó.
Por su parte el presidente de la Cámara de Representantes, Jorge Gandini, escribió en Twitter un mensaje de apoyo a Juan Guaidó, el flamante presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela:
“Pertenezco al Partido Nacional, quien ha rechazado la vergonzosa renovación ilegítima del mando del dictador Maduro, y la no menos cuestionable posición del gobierno de mi país, atado al vuestro vaya a saber por qué razones no públicas. Y así lo expreso porque la mejor tradición democrática nacional, y la política exterior que honró y distinguió ante el mundo al Uruguay durante décadas, son contrarias a esta práctica que ubica a mi país entre unos pocos que anteponen las amistades ideológicas a los intereses nacionales.”
Subrayó que “vergüenza sentimos muchos cuando los demócratas uruguayos mantenemos vigente la deuda de gratitud y reconocimiento con Venezuela que rompió relaciones con Uruguay” cuando nos tocó a nosotros sufrir el yugo dictatorial. En aquel entonces, “Venezuela honró los mejores principios rompiendo relaciones diplomáticas, los mismos a los que hoy Uruguay da la espalda”.
Desde filas del Partido Colorado, el senador Pedro Bordaberry consideró “inexplicable” que Uruguay “no condene a Maduro” y el precandidato Ernesto Talvi, preguntó: “¿a santo de qué el gobierno uruguayo reconoce a Maduro? Echa por la borda nuestras tradiciones republicanas, no honra tratados interamericanos que nos obligan a defender la democracia y los derechos humanos.”
A su vez, el Partido Independiente emitió una declaración donde califica a Maduro de usurpador del poder y dictador.
Un editorial del diario El País sintetiza el sentir de los demócratas uruguayos:
“¿Qué es lo que lleva al gobierno uruguayo a seguir siendo cómplice de una dictadura asesina que destruyó a su país? Sería pensar demasiado mal de nuestros gobernantes atribuirles intenciones autoritarias y que festejen la muerte y la desolación de Venezuela. Evidentemente también saben lo que sucede allí tan bien como cualquiera, así que no es que ignoren los suplicios de los venezolanos. Solo resta pensar que hay otros intereses, que no son políticos, que entonces son espurios y deben estar vinculados a los oscuros negocios con la satrapía caribeña.
Desde Uruguay solo podemos pedirle disculpas al pueblo venezolano por la indigna actitud del gobierno que hoy tiene nuestro país.”
Es importante que lo venezolanos tengan claro que no es “Uruguay” sino el gobernante Frente Amplio quien está asumiendo tan aberrante posición. Los demócratas, estamos de su lado y apoyando en todo aquello que está a nuestro alcance.