El asunto de la evasión de los aportes a la seguridad social saltó cuando Graciela Valdivieso, secretaria del ex diputado oficialista y ex presidente del Sodre Jorge Orrico, intentó iniciar los trámites jubilatorios. Al ir al Banco de Previsión Social (BPS) con toda la documentación pertinente, se topó con la sorpresa de que no le habían realizado los aportes por la función que cumplía desde 1996.
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En el BPS le preguntaron dónde había trabajado y respondió que en Asamblea Uruguay, que es el sector político liderado por el Ministro de Economía Danilo Astori, al que Orrico pertenece. Fue en ese momento que le informaron que no figuraban a su nombre aportes realizados por Asamblea Uruguay; únicamente estaban los correspondientes a su labor en el Sodre donde estaba presupuestada. Eso significaría que ese grupo político no abonó por 20 años sus aportes jubilatorios.
A raíz de la situación descubierta, el BPS inició una investigación administrativa para determinar responsabilidades en un caso que involucra a uno de los principales sectores del gobernante Frente Amplio. El organismo ya dictaminó que hubo omisión en los aportes de la secretaria de Orrico; ahora analiza quién es el culpable.
Los recibos de sueldo entregados a Valdivieso dicen: “recibí haberes de Asamblea Uruguay”. En ellos no constan aportes al BPS. Además, Valdivieso detalló que al principio recibía el pago de sus salarios en el despacho de Astori, de manos de la pareja y secretaria del jerarca Claudia Hugo; más tarde, mediante un depósito en el Banco República. Esa era la forma habitual de pagarles el sueldo a los secretarios de todos los legisladores del sector.
El BPS citó a Asamblea Uruguay para que aclarase la situación y concurrió Claudia Hugo. La pareja de Astori declaró que el responsable del pago de los aportes a la previsión social es Orrico. En consecuencia, citan al entonces presidente del Sodre.
Orrico afirmó en un medio de comunicación lo siguiente: “El BPS me llama. Voy, declaro, me preguntan cómo era el régimen y les dije que cuando ingresamos como diputados firmamos una renuncia de nuestros haberes por partidas de secretaría, una de las que cobran los legisladores, que entre otras cosas es para pagar los salarios de los secretarios, en favor de Asamblea Uruguay (…) Los legisladores tienen en sus ingresos varios rubros uno es el sueldo y hay una serie de partidas entre las cuales está la de secretaría. Esa partida [U$S 4.200] cuando los diputados de Asamblea Uruguay asumimos la renunciamos a favor de Asamblea o sea que Asamblea cobra enteramente y con ese rubro, entre otras cosas, se les paga a los secretarios. Asamblea Uruguay administra absolutamente toda la partida y paga a los secretarios, muchos de los cuales están regularizados en el BPS y otros no sé” (…) O sea que si alguien incumplió con los aportes fue el sector político y no yo”.
Valdivieso apoyó la postura de Orrico, enfatizando que su salario era pagado directamente por Asamblea Uruguay. Expresó que “Mi jefe, Jorge Orrico, nunca manejó la partida de salarios, nunca la tuvo entre sus manos porque se la daba a Asamblea Uruguay que era la que pagaba los sueldos a los funcionarios. Es más, él nunca vio un recibo mío de sueldo, ni sabía lo que yo cobraba”.
Al tomar estado público la situación, el astorismo reaccionó emitiendo un comunicado donde se expresa: “este no es un tema para discutir a través de los medios de comunicación; es un reclamo netamente administrativo que se resolverá en el ámbito que corresponde, o sea el BPS”. Además, como escarmiento se le pidió la renuncia al Sodre.
Por su parte Hugo ratificó que la encargada de hacer los aportes es Asamblea Uruguay, pero especificó que lo hace siguiendo los criterios que fija el legislador, que es quien dispone cuánto, cómo y a quién se le abona un salario.
Como si esa declaración no fuera suficientemente grave, porque es una admisión explícita de culpabilidad, también describe la forma en que se maneja ese sector político frente a sus obligaciones tributarias. Así mismo, la pareja de Astori explicó que Valdivieso “era jubilada cuando ingresó” al Parlamento y el propio Orrico –que en ese entonces era diputado– dispuso que cobrara “un extra” a modo de viático sin aportes. Según Hugo, así se mantuvo todos esos años y nunca el diputado ordenó otra cosa para la funcionaria, quien al ingresar “nunca tuvo interés en estar aportando a BPS”.
Varias cosas quedan claras de la situación planteada:
-Que a los gobernantes no les gusta que los ciudadanos estén informados de asuntos de indudable interés público que los perjudique, y se sienten inclinados a hacer cualquier cosa para evitarlo.
-Que en la “granja” Uruguay todos son iguales, pero algunos son más iguales que otros. O sea, algunos gobernantes consideran que tienen patente de corso.
-Que la asistente directa y pareja del ministro de Economía y Finanzas afirme ligera de cuerpo que tienen empleados “en negro” porque esas personas no tienen interés en estar aportando al BPS, es una muestra palpable del cinismo que caracteriza a la mayoría de los políticos.
Sin embargo lo peor de todo –y muy sintomático- es que al tomar estado público esta noticia, la oposición podría haberse hecho una fiesta cayéndole con todo al Ministro de Economía. Pero el silencio y las pocas “olas” que levantaron fueron elocuentes. La gente notó que era un tema que los legisladores querían que pasara lo más desapercibido posible. Probablemente, porque de escarbar a fondo varios quedarían salpicados con ese “barro”.
Lo relatado es una muestra de las razones por las cuales los uruguayos están cada vez más desencantados con la democracia. Y explica por qué los partidos políticos tienen cada vez menos prestigio. Según una reciente encuesta, es la institución menos valorada y a la que los ciudadanos le tienen menos confianza.
La conjunción de ambos factores presagia un futuro tenebroso para Uruguay.