EnglishEn mi última columna, traté sobre la historia con respecto a la zona fronteriza de los Estados Unidos conocida como la “zona libre de Constitución”. Esta política, que tiene sus raíces en la xenofobia y que se deriva de las restricciones para la inmigración, la prohibición de las sustancias asociadas con los inmigrantes, y todo lo referente a la “guerra contra las drogas”, ha dado como resultado la pérdida de la dignidad humana, la libertad de circulación y del derecho a la privacidad en los pasos fronterizos.
Desde la creación del Departamento de Seguridad Nacional en 2002, la “guerra contra el terror” ha sido un pretexto para justificar un mayor nivel de vigilancia a lo largo de la frontera. Sin embargo, aún así, de acuerdo con un informe Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno en 2009, el objetivo de los funcionarios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos es el de prohibir sólo el 30 por ciento del tráfico en los puertos de entrada. Esta es la justificación basada en la necesidad de un “tercer nivel” de seguridad en el interior del país así como la expansión y la proliferación de presunciones en los puestos de control internos.
A medida que aparecen más y más puntos de control internos dentro de las zonas libre de Constitución, en lugares como California, Arizona, Texas e incluso los estados del norte de New York y Maine, un público desconfiado de la transgresión y del estado de vigilancia policial, se da cuenta, y no todos están de acuerdo con ello.
Como Se Puede Ver en YouTube
A pesar de los videos colgados en el “actualmente de moda YouTube” por los medios de comunicación locales cercanos a la frontera (y por lo tanto profundamente inculcados por “pensamiento del pueblo fronterizo” ), periodistas serios y profesores de Derecho han reconocido al rechazo del control del activismo como una forma legítima de desobediencia civil.
Hace unos meses, un video titulado “top de las negativas en los puntos de control fronterizos” (colocado líneas abajo) fue viral en YouTube y captó la atención de varios medios de comunicación, incluyendo el Texas Observer, Reason, el Huffington Post y ABC News. El video incluye una recopilación de grabaciones tomadas de todo el país por los activistas que rechazan el control fronterizo, entre los que me incluyo (sí, soy yo, pueden verme en el minuto 5:35 del video; y, el video completo está disponible aquí).
Un error frecuente, después de ver este video, es el de asumir que todas, o la mayoría de las grabaciones son recientes, -esta es de alguna manera la última tendencia r en YouTube-. Los críticos no parecen darse cuenta de que, a diferencia de un video de Harlem Shake o uno estilo Gangnam, negarse a cooperar con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), es un asunto serio y tiene sus consecuencias.
Quizás nadie lo sabe mejor que Terri Bressi, al ser un pionero, arrestados por desobediencia en un punto de control fronterizo, mismo que ha estado entrando y saliendo de la Corte desde 2007 como resultado de su activismo. Pastor Steve Anderson, quien junto con Bressi aparece en el vídeo en referencia, también enfrenta graves consecuencias debido a sus acciones. Los agentes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) no sólo aplacar detuvieron a Anderson en 2008, por negarse a cooperar con los agentes de la Patrulla Fronteriza; sino que, también lo golpearon brutalmente y le dieron descargas para aplacar sus esfuerzos.
Sin embargo, a pesar de las consecuencias, ambos siguen en sus esfuerzos por resistir, grabar e informar. En el último año, los actos de desobediencia civil en estos puestos de control así como los vídeos de YouTube han aumentado considerablemente y, los medios de comunicación no son los únicos que han tomado conciencia al respecto.
Las Patrullas Fronterizas Aplican Mano Dura
En marzo de este año, Oscar Omar Figueredo, un ciudadano estadounidense, originario de Nueva York, fue detenido en un punto de control en Brownsville, Texas, cerca del Aeropuerto Internacional Brownsville/South Padre Island. Su caso ha recibido una gran cantidad de atención de los medios de comunicación y al ser entrevistado por Amy Goodman en Democracy Now, Figueredo explicó que sus acciones estaban destinadas a “cuestionar la autoridad que la Patrulla Fronteriza tiene para hostigar y obligar a la gente a contestar a las preguntas que no tienen que responder cuando están viajando dentro de 60 a 100 millas de la zona fronteriza en los Estados Unidos.”
En el mes de mayo, Cosme Cortez Jr, se negó a cooperar con los agentes de la Patrulla Fronteriza en un puesto de control, al norte de Laredo, Texas, y fue acusado y arrestado de la misma forma.
Recientemente, en el pasado mes de julio, otro hombre, esta vez en un puesto de control en California, fue arrestado por hacer literalmente, nada. Robert Trudell, nativo de Arizona, fue detenid en un puesto de control en la autopista Interestatal 8, en Pine Valley, California. Se sentó tranquilamente en su carro, grabando y fotografiando el encuentro, sin pronunciar palabra. Hizo caso omiso de las peticiones de los agentes de que bajara la ventana de su auto y respondiera a ciertas preguntas. Varios minutos más tarde, los agentes rompieron la ventana de su vehículo, forzándolo a salir del mismo y esposándolo.
Según Trudell, fue retenido durante más de nueve horas (de las cuales seis permaneció con esposas) y más tarde se le puso de pie, su auto, cámaras, computadoras, teléfono y gafas fueron pasron a ser “bienes decomisados.”
Sería ingenuo pensar que el Departamento de Seguridad Nacional no se ha dado cuenta del repentino aumento de desobediencia civil que ocurre al interior de los puntos de control fronterizo, o que los agentes no se avergüencen por los videos que circulan en internet con negativas exitosas. Es evidente que ha habido un esfuerzo concertado por parte del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP), para reprimir a los activistas tratan de ejercer sus derechos y desafían a la autoridad y la legalidad de los puestos de control.
Libertad en Juego
Si cualquier cambio significativo ocurre como resultado de estos actos de desobediencia civil, las detenciones y la comparecencia ante los Tribunales son necesarias. Ya, las acciones de los mencionados activistas han tenido un efecto apreciable en la conciencia de la opinión pública y han puesto de manifiesto a la Patrulla Fronteriza mediante su autoridad.
Fue después de que la detención de Figueredo, de hecho, que la Patrulla Fronteriza ha tenido que admitir públicamente que no existe ninguna ley que exija responder a ninguna de las preguntas relativas a su estatus de ciudadanía, o cualquier otra cosa, en un puesto de control.
El Supervisor de Operaciones del sector de Rio Grande Valle Sector, Enrique Mendiola dice:
“Mientras la persona no esté legalmente requerida a responder a las preguntas, ” ¿es usted un ciudadano de los Estados Unidos y/o hacia dónde se dirige [ ?]” no le será permitido continuar, hasta que la inspección del agente confirme que la persona interrogada se encuentra legalmente en los Estados Unidos.”
Si la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos de América (CBP) reconoce y admite libremente que ninguna ley exige a un individuo responder a sus preguntas, entonces, ¿por qué actúan tan agresivamente en contra de aquellos que se niegan? ¿Se trata realmente de “seguridad fronteriza” o de una agencia autorizada a flexionar sus músculos y ejercer control?
No hay que olvidar que históricamente los controles internos fronterizos han sido un clásico distintivo de un estado totalitario. Me gustaría saber si existe un ejemplo de una “sociedad libre” a lo largo de la historia, en cualquier parte del mundo, donde a los controles internos se les ha permitido prosperar.