
El fundador del partido izquierdista español, Juan Carlos Monedero, abrazó “por aquí y por allá” a integrantes de la tolda sin consentimiento, las llamaba en la madrugada y se sobrepasó con “baboseo”. Todo ello se escucha en un mensaje de audio filtrado del periodista Sergio Grégori, excolaborador de Pablo Iglesias en el Canal Red, en el cual relata el acoso sexual a dos mujeres.
En la grabación, enviada a la militante feminista Raquel Ogando a través de un chat de WhatsApp en noviembre, Grégori asegura que conoce el acoso de Monedero, que incluyó comportamientos insistentes y tocamientos sin autorización. “Me contó cosas muy fuertes de Juan Carlos (…). Cosas qué, como las contó, suenan a agresión sexual”, señala en el audio difundido por ABC.
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Él lo sabía “desde hace tiempo”, pero decidió mantener una relación cordial con Monedero “sabiendo los cadáveres que tenía en el armario”. Grégori se declara indignado en el audio. “A mí me duele, porque es mi amiga”, dice. Incluso, asegura que “hay más mujeres que habrían sido víctimas de Monedero”.
Entre evidencias e investigaciones
Su testimonio sobre el acoso de Monedero trasciende después de que la eurodiputada de Podemos, Lola Sánchez Caldentey, revelara en su red social X que el fundador de Podemos la “empotró contra la pared” para invitarla “a su casa”. Una actitud de “salido” que más tarde repitió con “otra compañera”.
Las revelaciones complican a la izquierda española, considerando que el exdiputado de Sumar, Íñigo Errejón, está en investigación por la presunta agresión sexual a la actriz Elisa Mouliaá. Sobre las pesquisas, el titular el Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, Adolfo Carretero, ordenó analizar los móviles de ambos pero limitándose “única y exclusivamente” a las conversaciones entre ellos, “sin que pueda aportarse cualquier otra conversación o dato en forma alguna”.
Ambos casos sepultan la narrativa feminista de la izquierda. En el caso de Podemos, la organización se desploma no sólo con el escándalo de acoso de Monedero sino por también la polémica que crece tras el tenso debate entre el dirigente de la tolda morada, Pablo Iglesias, y la profesora de Filosofía del Derecho en la Universidad de Granada, Tasia Aránguez, sobre la participación de personas trans en el deporte femenino, en el programa 59 segundos de TVE hace una semana.
Iglesias en el medio
Iglesias calificó de “gentuza”, “tránsfobas, “fascistas” y hasta “nazis” a quienes defienden la competición basada en categorías biológicas. En el set, el exvicepresidente segundo del gobierno español, planteó que “la Ley Trans dice que la discriminación a las personas LGTBI no es aceptable. Decir que una mujer trans no es una mujer es violencia y no se debería permitir en un medio público. Toda esta mierda del deporte es una maldita excusa».
Aránguez lo rebatió. Le recordó “violencia es decir a una mujer que lleva toda la vida preparándose para competir al máximo nivel en el deporte tenga que enfrentarse a un varón biológico con el que no tiene posibilidad de ganar”. Esa situación, “vulnera el juego limpio y vulnera la igualdad de oportunidades de las mujeres”.
Por sus palabras, la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres presentó ya un reclamo ante la Defensora de la Audiencia por Iglesias refutar la “autodeterminación de género” con “insultos al feminismo y trato desigual”. Tildaron su posición “misoginia” y “matonismo”, informó The Objective.
En el documento consignado indican que “lamentablemente, no hubo debate”. Lo atribuyeron al plantear en el comienzo del programa, de manera tendenciosa, que la defensa de la especificidad de las categorías deportivas para mujeres es discriminatoria. Una denuncia que engrosa el historial de desencuentros con el movimiento que creyó en el Podemos que Monedero ahora enloda con los relatos de sus víctimas de acoso.