El día para saber quién sucederá al presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, prácticamente, llegó. Este domingo, será el balotaje entre el candidato del Frente Amplio, Yamandú Orsi y el abanderado del Partido Blanco, Álvaro Delgado. ¿Quién se perfila como el vencedor de la contienda? Las encuestas arrojan un empate técnico en la víspera de la cita comicial donde el voto nulo y los indecisos definirán la tendencia que marcará si la nación de la “garra charrúa” sigue la senda de la democracia o vira a la izquierda.
El tema de la inseguridad se toma el remate de la campaña de los aspirantes al Ejecutivo debido a la ola crímenes violentos vinculados al narcotráfico que elevaron la tasa de homicidios de 10,87 por cada 100.000 habitantes en 2023, casi el doble que en 2005. En sus discursos, Delgado y Orsi prometen acciones para este y demás problemáticas del país que los mantienen en una final reñida. Los sondeos, así lo proyectan.
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La encuestadora Factum divulgó una estimación final que sitúa al izquierdista Orsi por encima de Delgado por tan sólo 0,5 % pero aclara que el número podría estar “dentro de los márgenes de error estadístico”. Además la empresa precisa que el sondeo ubica a Orsi con el 47,1 % frente a una proyección para el candidato del Partido Nacional de 46,6%.
Sin escenario seguro
Pese a los números estrecho para el balotaje en Uruguay, Factum recuerda que “hay que considerar que el 12,4 % de los electores no tienen un voto decidido o fuerte hacia alguna de las opciones, por lo que el área de disputa se enmarca en el alto porcentaje de votantes con voto débil”.
Sin embargo, el candidato de la izquierda no puede cantar victoria cuando 3,5% de quienes manifiestan inclinación por su opción también señalan que podrían cambiar su voto a última hora. Entre los que votarían por Delgado, un 4,1% estaría en condiciones de cambiar su elección.
Las esperanzas de Delgado para ganar el balotaje, en el cual no es necesario superar el 50% de los sufragios, como se requiere en la primera vuelta, sino que una mayoría simple. se concentran en el traspaso de los votantes que respaldaron a otros candidatos presidenciales de su sector en la primera vuelta. En sus cálculos, destaca la posible suma del apoyo que recibió Andrés Ojeda, candidato del Partido Colorado -tolda aliada del gobierno de Lacalle Pou- en la jornada del pasado 27 de octubre donde obtuvo 16% de los votos.
También es probable que los votantes de Cabildo Abierto (2,5%) y el Partido Independiente (1,7%), que también integran la “coalición republicana” en el poder se decanten por su nombre después de los líderes de estas organizaciones exhortar a sus simpatizantes a hacerlo.
Como Lacalle Pou
Delgado está en la misma posición que Lacalle Pou enfrentó hace cinco años cuando el Frente Amplió ganó la primera vuelta pero él logró triunfar en el balotaje después de que Partido Colorado, Cabildo Abierto, Partido Independiente y Partido Constitucional Ambientalista formalizaran una alianza conservadora –denominada coalición republicana o multicolor– con la cual la izquierda dejó el poder después de Tabaré Vázquez y José Mujica tenerlo por 15 años.
Lo cierto es que Uruguay está dividido en dos mitades frente a una elección que podría definirse defina por menos de 50.000 votos. Ya pasó en 2019 cuando se saldó por apenas 37.000.
Quien gane el balotaje en Uruguay está obligado a negociar en el Congreso. Aunque el Frente Amplio contará con la mayoría en el próximo Senado, tras obtener 16 de los 30 curules, ningún partido o coalición controlará la Cámara de Diputados considerando que el oficialismo alcanzó 49 de sus 99 bancas.