El alto mando de las Fuerzas Armadas Revolucionarias cubanas (FAR) protagoniza una ola de muertes este último mes. Cinco generales que formaron parte del alzamiento contra Fulgencio Batista hace seis décadas están bajo una lápida ahora. Esto, sin lugar a dudas, despierta suspicacias sobre una posible mutación del castrismo, ya cuando esta generación no esté. Es inevitable preguntarse sobre el futuro de la isla en el caso del deceso de Raúl Castro, un escenario no tan inesperado, debido a que tiene 93 años, y alimentado recientemente por rumores en las redes sociales.
El fallecimiento del general de Cuerpo de Ejército y viceministro primero de las FAR, Ramón Espinosa Martín, reportado este martes, ha reavivado el debate sobre el futuro de la isla. Su muerte se suma a la de otros altos mandos, como el General de División de la reserva Romárico Vidal; el general sancionado por Estados Unidos, Juan Antonio Hernández, quien está implicado en la violación de DD. HH. durante las protestas del 11 de julio; y el exjefe de artillería del Ejército Oriental, Jorge Luis Guerrero; así como el jefe de la dirección de tanques y transporte del MINFAR, Juan Israel Cervantes.
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A los aliados y altos compañeros en los cuarteles que han perecido en septiembre los antecedió la muerte, en el mes de mayo, del general de División de la Reserva, Leonardo Ramón Andollo, divulga Cibercuba. Juntos ya sumarían seis generales cubanos.
Una muerte en agenda
Si hay un militar sobre el cual ahora hay atención pero sobre todo expectativa en medio de la ola de muertes de generales cubanos es Raúl Castro, el eslabón más representativo del régimen. ¿Será su nombre el que se sume a las actas de defunción? A su edad es cada vez más posible.
El hermano de Fidel Castro tiene encima las secuelas de un tratamiento contra cáncer de esófago y de recto, que le provocó en 2021 graves diarreas e incluso, lo obligó a usar una bolsa de colostomía. A ello, hay que sumar el diagnóstico de cirrosis hepática crónica causada por adicción al alcohol en el pasado. Según El Debate, el líder del clan castrista asiste con frecuencia al Centro de Investigación Médico Quirúrgica (Cimeq) adscrito al Ministerio del Interior.
A la sede de la calle 216 de la localidad de Siboney, municipio Playa arriba, para revisar sus condiciones de salud, que de acuerdo con fuentes del medio es “delicado. Lo ha sido durante los últimos meses, y dada su edad y sus dolencias crónicas, podría sufrir un desenlace fatal en cualquier momento, pero lo mismo puede ser dentro de dos días que dentro de dos meses”.
Cuando suceda será inevitable. En ese momento surgirá una nueva realidad en La Habana: ninguno de los jefes de la “revolución” estará vivo. Mientras tanto, estos quebrantos de salud de Raúl Castro no han impedido, hasta la fecha, que las decisiones de mayor relevancia política, ideológica o económica les fueran consultadas.
El futuro incierto de la isla
¿Cuál será el futuro del país? Es complejo proyectar alguna respuesta, cuando hay factores y actores con poder para influir en el rumbo que seguirá la nación de la que han huido al menos 738.680 cubanos, tan solo en el periodo que va desde octubre de 2021 a abril de 2024.
De la misma forma, el letargo de organismos regionales e internacionales para acordar una resolución sobre los atentados contra los derechos humanos y las libertades de los regímenes de Nicaragua y Venezuela impulsa el renacimiento de antiguas alianzas internacionales con Rusia y China, en la lucha contra Occidente y “el eterno enemigo” Estados Unidos.
Los reflectores estarán sobre el actual mandatario Miguel Díaz-Canel. También los ojos se posarán sobre el comandante, Ramiro Valdés, quien tiene 92 años, el general Guillermo García Frías, de 96 años, Alejandro Castro, hijo de Raúl, y el buró del Partido Comunista Cubano.
De sus pasos y decisiones dependerá la imposición del continuismo o el inicio de reformas que conduzcan a la libertad y democracia que clama la población hundida en miseria.