A kilómetros de Bogotá, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, busca un triunfo político en Cuba que le permita contener el escándalo que detonaron los audios filtrados de su exembajador en Venezuela, Armando Benedetti, donde habla de financiamiento irregular para su campaña, y la salida de su jefa de gabinete, Laura Sarabia, tras el conflicto de esta con su exniñera, Marelbys Meza, por el supuesto robo de un maletín que contenía 7000 dólares, una prueba de polígrafo a la doméstica en el Palacio de Gobierno y escuchas telefónicas.
El mandatario aterrizó en Cuba para intentar sellar un acuerdo de cese al fuego bilateral con la cúpula del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Si lo logra, Petro tendría un hito histórico a su favor para desviar la atención sobre el escándalo que tiene a su administración en crisis.
- Lea también: Petro se hunde en su propio lodo: ¿Lo financió Maduro o el narcotráfico?
- Lea también: Embajador que envió Petro a Venezuela era un acérrimo antichavista
Y si no lo alcanza, al menos, habría salido a tomar aire para regresar a la capital colombiana a enfrentar el impacto de las pesquisas que adelanta la Fiscalía por presunto abuso de poder de Sarabia, su exmano derecha que habría utilizado el aparato de inteligencia estatal para esclarecer la desaparición de dinero en su casa.
De acuerdo con el ente investigador, la policía creó perfiles falsos vinculados a grupos narcotraficantes, como pretexto para que un juez local autorizara las interceptaciones a sus llamadas telefónicas, después de que desapareciera un maletín con dinero de la casa de Laura Sarabia, la jefa de gabinete. Todo a espaldas de la Fiscalía, según el Ministerio Público.
En una encrucijada
Petro necesita al ELN para dejar atrás el escándalo que tambalea a su gobierno. Junto a la delegación de paz de su administración y el equipo de la contraparte, espera la rúbrica de la salvación en la isla, luego de encuentros similares en Caracas y Ciudad de México que no arrojaron resultados.
No hay que olvidar que en diciembre de 2022 Petro anunció un supuesto cese al fuego que no había sido acordado y el grupo narcoguerrillero no tardó en desmentirlo. Así, su promesa de la “paz total” sigue siendo una asignatura pendiente que se ha convertido en obsesión para el mandatario, más en un momento en el que necesita mostrar algún trofeo.
Ahora, más que obsesión es desesperación, ya que un eventual acuerdo con el ELN le daría oxígeno para seguir adelante con el proceso para elegir al nuevo fiscal general, una designación prevista para el segundo semestre del año, cuando la terna debe ser enviada a la Corte Suprema para designar en febrero de 2024 al reemplazo de actual fiscal, Francisco Barbosa, con quien Petro no tiene buenas relaciones. Hay quienes le exigen distanciarse del proceso para garantizar transparencia.
El encuentro en Cuba es clave porque el gobierno de Petro confía en el ELN, cuando este grupo criminal no tiene una real voluntad de paz. Sobran hecho que lo comprueban. Sus ataques persisten y los encuentros en México y Venezuela no prosperaron.
Una isla cómplice
El aterrizaje de Petro en Cuba comienza a exponer su tendencia de huir a la isla en busca de apoyo del castrismo en tiempos difíciles como lo hizo Hugo Chávez y lo hace Nicolás Maduro. Es obvio. El régimen de Miguel Díaz-Canel orienta a la izquierda sobre cómo alargar su permanencia en el poder, mientras que con estas visitantes obtienen pedigrí comunista.
#Atención El presidente Gustavo Petro ya se encuentra en La Habana, Cuba, en donde se espera anuncie el cese el fuego entre el Gobierno y el ELN en el final del tercer ciclo de negociaciones de paz con esa guerrilla #VocesySonidos pic.twitter.com/Tyd0QKiCUR
— BluRadio Colombia (@BluRadioCo) June 9, 2023
La Habana es nicho seguro para el mandatario colombiano, cuando la isla figura como sede los diálogos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que condujeron al acuerdo de paz firmado en noviembre de 2016 con el gobierno de Juan Manuel Santos.
Además de los asuntos diplomáticos de Petro en Cuba, hay fuertes sospechas de una alianza entre Petro y el régimen castrista para implementar el modelo cubano en la fabricación y distribución de medicamentos en Colombia.
Desde febrero, actores del sector farmacéutico sostienen reuniones con el ministro de Comercio Exterior de Cuba, Rodrigo Malmierca, y representantes de BioCubaFarma, una empresa estatal cubana de biotecnología. Ser anfitriones tiene un precio. Petro lo asume.