Los chilenos volverán el próximo 7 de mayo a las urnas para la elección de los 50 nuevos consejeros constituyentes que se encargarán de redactar en cinco meses otro proyecto de Carta Magna. La contienda presiona directamente al gobierno del presidente, Gabriel Boric, quien volverá a medir su fuerza política en medio de una crisis de seguridad pública.
“El Chile en el que Boric ganó las elecciones no es el mismo que está gobernando”, aseguró José Francisco Lagos en entrevista con PanAm Post, quien funge como director del Instituto Res Publica, centro de estudios y formación que promueve el interés por los problemas sociales, culturales y políticos del país.
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La nación austral cambió. A un año del mandatario arribar el poder y a sólo seis meses del rotundo rechazo a la anterior propuesta constitucional con 62 % de los votos en contra, Lagos destaca que “hay un clima de desinterés por el proceso constitucional”. Lo atribuye a la crisis de seguridad pública que enfrenta el país por los últimos delitos de connotación nacional, entre ellos, el asesinato de tres carabineros en menos de un mes.
Para Lagos “el tema de la seguridad ha monopolizado el tema de la agenda pública porque es tan esencial que las personas prefieren que se resuelva eso antes que otro tipo de discusiones”.
En escrutinio constante
La tensión que detona la elección de los constituyentes en el Ejecutivo, espcialmente cuando la desaprobación de Boric ronda el 60 %, complica los pronósticos para sus aliados. De hecho, Lagos, quien es profesor de los “Problemas políticos y sociales del Chile actual” en la Universidad del Desarrollo, cree que la nueva jornada comicial para armar el Consejo Constituyente “es un escenario complejo, porque las coaliciones de gobierno decidieron ir separadas”.
Además, las fricciones y divisiones internas ocurren cuando “a este gobierno le va a tocar la particularidad que durante todo su periodo le va a tocar una elección o plebiscito”.
El año pasado fue el plebiscito constitucional que perdi. Ahora, este año enfrentará la elección de los próximos consejeros constituyentes y el plebiscito ratificatorio en diciembre. El calendario es largo, considerando que en 2024 tendrán lugar las elecciones municipales, meitnras que en 2025 será la elección del Congreso y la elección presidencial.
“Boric va estar sujeto siempre a una contingencia electoral y va a estar expuesto al estrado por la ciudadanía independientemente de que sea evaluaciones directa o indirecta hacia el gobierno”, indica. el experto No habrá respiro ni tregua para el mandatario que llegó con 4,6 millones de votos, pero a quien tres de cada cinco electores que lo respaldó no lo eligió como su primera opción en la primera vuelta presidencial. “Tiene un voto de menos compromiso que el que pueden no haber tenido otros presidentes u otros candidatos y eso hace que tenga herramientas más precarias para enfrentar la magnitud de la crisis que está enfrentando”.
Participación crucial
“La elección del próximo 7 de mayo será inédita porque tiene los mismos criterios de la elección del Senado”, recalca también Lagos, tras recordar que será la primera vez después del plebiscito de septiembre que se adopta un sistema electoral con inscripción automática y voto obligatorio.
“El primer gran factor será la participación, cuántos van a van a concurrir a las urnas y cuántos van a concurrir al proceso electoral”. Sin embargo, estima que “la división en las coaliciones de gobierno será muy relevante porque los escaños que obtengan permitirán de nuevo saber dónde tiene más o menos votos y cómo va a replicar eso en el propio funcionamiento del gobierno.
¿Y si los resultados son adversos a Boric? “Si el socialismo democrático tuviera un buen resultado el gobierno tiene que acercarse aún más esas posiciones y nombrar personas en el gabinete más cercano al mundo del socialismo democrático” responde.
Una espiral de ingobernabilidad
Sin un rumbo claro en la víspera de la elección de los constituyentes, la administración de Boric estará inmersa en una espiral de ingobernabilidad que seguirá mientras demore la ejecución de una transición, a través de un nuevo cambio de gabinete, la incorporación de nuevas ideas o la renuncia a su proyecto refundacional.
¿Es posible otro estallido? “El tema más peligroso es el abandono de la Seguridad Pública, si siguen asesinando a carabineros eso sí puede despertar un estallido o manifestación, porque es lo más básico que las personas le exige a un Estado y si un Estado es incapaz de hacer eso, entonces será incapaz de hacer las cosas más complejas”, responde Lagos.
A su juicio, el mayor problema es que “el gobierno de Boric está pegado con chicle, no está pegado con una amalgama firme. Es una situación inestable, poco fuerte y eso muchas veces termina pasando la cuenta. El gobierno promueve una cosa, presenta proyectos de ley e intenta tener una mayor flexibilidad para llegar al 50 + 1 y por otro lado los parlamentarios hacen lo que quieren y así es difícil que actúen como coalición”.