El presidente de Chile, Gabriel Boric, está en medio de una partida política clave: negociará una nueva reforma tributaria a cambio de alianzas para la nueva constituyente, luego de enfrentar el rechazo a su primer plan fiscal en el Congreso que le permitiría recaudar 10.000 millones de dólares para financiar los programas sociales prometidos en campaña.
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La pretensión es ambiciosa pero sobre todo contradictoria. El mandatario intenta reagrupar a las fuerzas políticas que influyeron en el fracaso de la reforma tributaria en la Cámara después de vociferar que quienes votaron en contra lo hicieron para apoyar a los interesados en evadir impuestos.
Sin embargo, intentar conciliar ahora en pro de algún “acuerdo transversal” que representa una oportunidad para limar las asperezas que dejó su discurso, antes de la elección de los consejeros constituyentes el próximo 7 de mayo, donde están en juego 50 curules. El mandatario izquierdista busca una doble anotación, pero las probabilidades de éxito son bajas.
Encuentros con recelos
Boric necesita realinear sus apoyos políticos en el Congreso antes de ir a las urnas, considerando que Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático competirán por separado para obtener escaños en la nueva instancia que redactará un nuevo proyecto de constitución.
Esa división en dos listas y la estocada a la reforma tributaria del presidente Gabriel Boric que produjo la abstención de tres diputados de su sector en el parlamento lo obligan a negociar.
El primer gesto en esa dirección es abrir las puertas de La Moneda al presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Ricardo Mewes; y su vicepresidente, Susana Jiménez, junto a los titulares de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) y la Cámara Chilena de la Construcción para intentar mostrar amplitud en el debate, pero dentro de estas instancias hay recelo.
De hecho, la Cámara de Comercio de Santiago cuestiona que el impuesto a las utilidades de las empresas se aumente de 20 % a 27 %.
Presidente @GabrielBoric junto a ministros Mario Marcel y @nico_grau, recibe en audiencia al comité ejecutivo de la CPC para continuar los diálogos sobre la Reforma Tributaria. pic.twitter.com/EWpm8dHxUH
— Presidencia de Chile (@Presidencia_cl) March 14, 2023
Sin opciones
“No veo ninguna opción de que se vaya a llegar a ese acuerdo antes de las elecciones de mayo. Si el Gobierno no da señales de que quiere moderar la reforma tal como la estaba pensando, creo que también es muy difícil que esta se llegue a aprobar”, afirma el exsecretario general de la Presidencia, Jaime Bellolio, en declaraciones a El Líbero.
Su pronóstico se basa no sólo en los desatinos del mandatario para asumir la embestida parlamentaria que enfrentó su plan fiscal, tras lograr 73 votos a favor (se necesitaba un mínimo de 74), 71 en contra y tres abstenciones, sino al endoso “patético” de la derrota a la figura del expresidente Sebastián Piñera.
La tendencia de la votación fue clara. Faltó negociación y estrategia para garantizar una amplia mayoría en el hemiciclo y ello incluye atraer a diputados de la oposición. No sucedió así. El “pacto fiscal” tenía mucho de fiscal y poco de pacto, reprochó el medio chileno ExAnte.
Obligado a negociar
A Gabriel Boric le toca maniobrar para no sumar más reveses, tras haber sufrido dos duras derrotas en su primer año de gobierno: el de la reforma tributaria y el del plebiscito de septiembre. En sus planes destacan cuatro puntos para empujar nuevamente otra reforma tributaria: iniciar una ronda amplia de consultas a actores económicos, sociales y políticos, definir el destino de los recursos, mantener los principios de responsabilidad fiscal y no asumir compromisos de gasto sobre la base de ilusiones o cálculos a la carrera.
Es un giro a la sensatez y hasta a la astucia cuando el proyecto anterior establecía hasta un impuesto a los patrimonios que superen las 6.000 Unidades Tributarias (4,9 millones de dólares) para los residentes o domiciliados en Chile.
El “impuesto a los súper ricos” se percibió como un freno para la inversión y el ahorro porque el país ya cuenta con un sistema armónico de impuestos personales, impuesto al capital e impuesto a la herencia. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) lo advirtió y Boric lo ignoró.