El rechazo que provoca la llegada, por tercera vez, de Luiz Inácio Lula da Silva a la presidencia de Brasil detonó manifestaciones en su contra frente a las sedes del Congreso, el Palacio del Planalto (sede de Gobierno) y el Supremo Tribunal de Federal (STF), que ya reportan 1200 detenidos.
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La Policía Federal junto al Ejército en Brasilia está a cargo de los operativos de seguridad que incluyen el despliegue de la tropa de choque, así como el lanzamiento de gases lacrimógenos desde helicópteros para reprimir las protestas contra Lula.
Hasta ahora, está confirmada la suspensión del gobernador del Distrito Federal de Brasilia, Ibaneis Rocha, por 90 días. Asimismo, se ha ordenado el traslado de quienes han sido apresados en medio de las protestas, luego de que el Supremo Tribunal Federal ordenara el despeje de Brasilia en un plazo de 24 horas, para evitar nuevas concentraciones en las inmediaciones de los edificios estatales.
En investigación
El gobierno de Brasil anunció que desplegará investigaciones para identificar a los responsables de la convocatoria de las protestas contra Lula da Silva. Para ello, decretó la intervención federal por un mes de la seguridad de Brasilia.
Con esta disposición, referente del Partido de los Trabajadores reconoce que el país que gobernará no es el mismo que recibió en 2003 ni el que dejó en 2011. La polarización está en cada rincón de este territorio. También, tener solo 139 de los 513 escaños en la Cámara Baja es una diferencia que lo obliga a manejar con cautela la crispación social de las calles.
Entre las primeras pesquisas conocidas, el ministro de la Secretaría de Comunicación Social de Brasil, Paulo Pimenta, reveló el presunto robo de armas de fuego de la sala del Gabinete de Seguridad Institucional del Palacio del Planalto.
“Cada uno de esos maletines tiene armas, armas letales y armas no letales que se han llevado”, denunció Pimenta en un vídeo publicado en sus redes sociales en el que se puede ver esos maletines vacíos.
Assim ficou a Sala de Armas do GSI após a invasão dos terroristas ao Palácio do Planalto. Todos devem ser identificados, responsabilizados e punidos com o rigor da lei para que a democracia não volte a sofrer este tipo de violência. Tolerância zero ao terrorismo! pic.twitter.com/S4PpBPmtOZ
— Paulo Pimenta (@DeputadoFederal) January 9, 2023
Gobierno en ebullición
Hay motivos para la convulsión que generan las protestas contra Lula en la nación. El mandatario, quien asumió el poder el 1 de enero, descartó la privatización de los principales complejos portuarios de Brasil, una de las políticas destacadas en el área que llevó adelante el gobierno de Jair Bolsonaro, que preveía inversiones por más de 5700 millones de dólares en una concesión por 35 años.
Lula desempolvó a la Secretaría Especial de Puertos creada en su anterior gestión y que dependía directamente de Presidencia para reorganizar la estructura administrativa. A su vez, creó el Ministerio de Puertos y Aeropuertos, que quedó a cargo del paulista Márcio França.
Además, desde su elección, la Bolsa brasileña registra una caída del 5% y una pérdida de 300.000 millones de reales, es decir 58000 millones de dólares en valor de mercado. Un panorama donde además se suma la denuncia de Transparencia Internacional por el “el silencio de Lula sobre la lucha contra la corrupción” y el nombramiento de Waldez Góes, del partido Unión Brasil (UB), como ministro de Integración cuando fue condenado por malversación de fondos durante su gestión como gobernador del estado de Amapá en 2019 por el Superior Tribunal de Justina (STJ).
Rusia y China defienden a Lula en la crisis e intentan contenerla. Desde el Kremlin condenan “rotundamente” las acciones de “los instigadores de los desórdenes en Brasil”, mientras que Pekín apoya a “las medidas tomadas” por Lula da Silva para “restaurar el orden y la estabilidad”.
Para, el presidente colombiano, Gustavo Petro “es hora urgente de una reunión de la Organización de Estados Americanos, si quiere seguir viva como institución y aplicar la carta democrática”.
Toda mi solidaridad a @LulaOficial y al pueblo del Brasil. El fascismo decide dar un golpe.
Las derechas no han podido mantener el pacto de la no violencia.
Es hora urgente de reunion de la OEA si quiere seguir viva como institución y aplicar la carta democrática.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) January 8, 2023
Preocupación en el Vaticano
Las protestas en Brasil representan un “debilitamiento de la democracia” dijo en discurso anual de Año Nuevo a los embajadores el papa Francisco argumentando que “en muchas áreas, un signo del debilitamiento de la democracia es el aumento de la polarización política y social, que no ayuda a resolver los problemas urgentes de los ciudadanos”.
Según el pontífice en “varios países de América donde las crisis políticas están cargadas de tensiones y formas de violencia que exacerban los conflictos sociales”. Ejemplos sobran.