Un folleto repleto de imágenes que enseñan paso a paso a masturbarse a los niños desde los tres años forma parte del plan escolar en Cataluña, donde gobierna la Esquerra Republicana (Izquierda Republicana).
- Lea también: Promueven libros sobre transexualidad para preescolares de California
- Lea también: La ley de familias y los 16 modelos: el delirante proyecto de Podemos
Los planteles están obligados a dictar el “taller de sensaciones” a los alumnos de segundo ciclo de Educación Infantil (de 3 a 5 años), así como a los estudiantes de tercer y cuarto curso de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), cuyas edades oscilan entre los 12 y 16 años. En las guías se recomienda que haya “música tranquila” y permitir la utilización de objetos del aula, como plumas, telas o cepillos, para «acariciar o masajear a algún otro niño del grupo».
Com podem portar la coeducació a l'aula i al centre en el seu conjunt? A l'escola Sant Jeroni (Sant Pere de Riudebitlles), ens ho expliquen @sirarita, la Glòria i la Sara. Posar les cures al centre i transformar les relacions entre nenes i nens, entre docents i famílies #Coeducat pic.twitter.com/tepVAndc1I
— Coeduca't (@coeduca_t) September 24, 2022
De esa forma, el programa CoEduca’t’ de la administración autonómica de Pere Aragonès pretende que los escolares experimenten “sensaciones agradables y deseables a través del propio cuerpo” que sólo comprueban el afán de la izquierda independentista catalana por multiplicar su visión progre sobre la sexualidad.
El asunto está fuera de control, considerando que en agosto se organizaron yincanas sexuales para escolares, con el apoyo del ayuntamiento de la ciudad costera Vilassar de Mar de Barcelona. Allí los participantes con edades entre los 12 y 30 años debían colocar un preservativo con la boca en un plátano, untarlo con miel, lamerlo, imitar las posturas sexuales e incluso, modelar penes y vulvas con plastilina.
El “kit de placer”
Ahora este programa sexual que promueve la masturbación en escuelas entre niños de tres años, el consumo de pornografía entre niños de ocho años, el sexo oral entre adolescentes de 12 años y juegos que intentan desvincular la asignación de género de los genitales ya está en un millar de centros educativos, según ABC.
El contenido que incita a la prácticas está recopilado en una guía donde aparecen imágenes extraídas de la página ‘kit del placer’, de la asociación Sidaestudi, organización que recibe anualmente más de 300.000 euros de subvenciones del gobierno, de modo que se puedan multiplicar las ediciones.
El caso levanta no sólo críticas, sino además la solicitud de renuncia del Consejero de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, quien es considerado como el responsable del programa educativo e ideológico impuesto por el separatismo y la izquierda.
Un atentado ante la justicia
Ya la asociación Abogados Cristianos rebate este programa que incentiva a la masturbación infantil en escuelas ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), al solicitar medidas cautelares en la sala de lo Contencioso-Administrativo. La mencionada organización tiene como objetivo lograr que el gobierno cancele el plan afectivo-sexual del departamento de Educación.
Para el gremio esta iniciativa, que rige desde 2019, se basa en la falsa idea de que ayuda a los centros educativos a potenciar y visibilizar la perspectiva de género, la coeducación y la educación afectivo sexual, cuando realmente “viola varios derechos fundamentales recogidos en la Constitución como son el derecho a la protección de la juventud y la infancia, y el derecho de los padres a decidir sobre la educación de sus hijos conforme a sus convicciones religiosas o morales”.
Tienen razón. Las leyes son claras. El artículo 16.1 de la Carta Magna, garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos, y el 103.1, establece que la Administración Pública debe servir con objetividad a los intereses generales.
Con este sustento en mano, Polonia Castellanos, vocera de los Abogados Cristianos, considera al programa un adoctrinamiento impuesto que refleja un concepto más que discutible de la sexualidad y de la identidad de género. Incluso, lo califica como un “atentado” contra el derecho de los niños a que no se les imponga una determinada concepción, discutida y más que discutible, de la sexualidad.