La caída de un misil en una instalación de granos en la aldea polaca de Przewodow, ubicada a unas cuatro millas adentro de su frontera, dejó dos muertos y una gran incertidumbre. La confusión sobre el origen del ataque expone la delgada línea sobre la cual camina la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para evitar declarar una tercera guerra mundial en medio de la invasión rusa a Ucrania.
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Horas después de conocerse el hecho, la OTAN descartó un acto “deliberado” por parte de Rusia y desestimó que el Kremlin planee atacar territorio de sus países miembros. Es una conclusión inesperada pero objetiva del organismo, tras haber admitido que se trató de un desvío accidental de cohetes ucranianos extraviados.
La instancia invoca una “mayor cautela”. El momento lo requiere, considerando que si se hubiera determinado que el misil fue lanzado deliberadamente por Rusia a un objetivo dentro de Polonia, la OTAN estaría obligada a activar el artículo 5 de su estatuto, que haría que todos los países miembros consideraran la agresión como “un ataque contra todos ellos”, lo cual provocaría una escalada mayor.
También se activaría el artículo cuatro de la carta de la OTAN, que conduciría a consultas sobre la amenaza a la seguridad entre los 30 estados miembros, pero sin la obligación de responder con la fuerza que acompañaría la activación del artículo 5 en caso de un ataque ruso deliberado, aclara el Kyiv Post.
La responsabilidad de Rusia
Ninguna de las dos alternativas aplicó. Si bien el misil era “fabricado en Rusia”, Ucrania usa sistemas de defensa aérea S-300 de la era soviética. Por ello, la “última responsabilidad” la tiene Rusia, por haber iniciado la guerra contra Ucrania, y que Kiev “no es culpable”, sostuvo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
“El incidente fue probablemente causado por el misil de defensa aérea ucraniano disparado para defender el territorio de Ucrania contra los ataques de misiles de crucero rusos”, dijo Stoltenberg, quien llamó a mantener la “calma y evitar una escalada” y aseguró que no hay indicios de que Moscú esté planificando “acciones ofensivas” contra la Alianza.
La #OTAN reconoce que fue un misil de UCRANIA el que impactó y mató a 2 ciudadanos en Polonia… pic.twitter.com/ATuxs1B0Y3
— #MorenaSíChapulinesNO La Catrina #PlanC (@NortenaCatrina) November 16, 2022
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está de acuerdo con esta versión. Después de la reunión de emergencia de líderes mundiales que asistieron a la cumbre del G20 en Bali, Indonesia, el mandatario declaró como “poco probable” que el misil fuera lanzado desde Rusia.
De igual manera, el presidente polaco, Andrzej Duda, insistió en que “nada indica” que se tratara de un “ataque intencionado contra Polonia”, lo que apunta a la hipótesis del error, razón por la cual su país descartó invocar los mencionados artículos del estatuto de la OTAN.
En posición complicada
La posición de la OTAN matiza las declaraciones del presidente ucraniano Volodímir Zelenski, quien tras conocer la caída del misil en Polonia aseguró que “el terror no se limita a las fronteras de Ucrania” porque “cuanto más tiempo sienta Rusia la impunidad, más amenazas habrá para cualquiera que esté al alcance de los misiles rusos. ¡Disparar misiles al territorio de la OTAN! ¡Este es un ataque con misiles rusos contra la seguridad colectiva! Esta es una escalada muy significativa. Debemos actuar”.
Es cierto, pero esta vez no es así. Ahora, Moscú intenta capitalizar a su favor esta ventaja diplomática de la situación a través del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quien subrayó que “se debe prestar atención a la respuesta mesurada y más profesional del lado estadounidense”.
Esto no cambia la percepción de la OTAN ni de EE. UU. sobre las fuerzas militares dirigidas por Vladímir Putin. De hecho, la “máxima prioridad” de la OTAN “ahora es proporcionar más sistemas de defensa aérea para Ucrania” y los embajadores de los 30 aliados están de acuerdo porque la situación “demuestra los peligros conectados con la guerra en Ucrania”.
Por su parte, Kiev insiste en que hay un “rastro ruso” en la caída del misil en territorio polaco y dice estar lista para entregar las pruebas que así lo demuestran. Por tal motivo, el secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania, Oleksiy Danílov, solicitó “acceso inmediato” al lugar de los hechos para los representantes del Ministerio de Defensa y de la Guardia de Fronteras ucraniana iniciar una investigación.