Chile entró en la escala de cuatro niveles de alertas para viajeros del Departamento de Estado de Estados Unidos que van desde “ejercer precauciones normales”, “ejercer mayor precaución”, “reconsiderar viaje”, hasta aconsejar al pasajero que “no viaje”. La nación austral figuró en la categoría dos, detrás de Argentina, país que está en el primer sitio de la lista y a un paso de Perú, que ocupa el tercer eslabón en la escala de advertencias.
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Su irrupción en esta fatídica escala conllevó a Estados Unidos a solicitar a sus ciudadanos la inscripción en el Programa de Inscripción de Viajero Inteligente (STEP) para recibir alertas, así como también seguir a la Embajada de Estados Unidos en Chile en redes sociales, revisar el Informe de Seguridad País de Chile e incluso preparar un plan de contingencia para situaciones de emergencia.
En el informe, la Oficina de Asuntos Consulares del Departamento de Estado establece que los viajeros deben “tener mayor precaución en Chile, debido a los disturbios civiles”, porque “periódicamente ocurren manifestaciones a gran escala en Santiago y otras ciudades con poco o ningún aviso y, a menudo, provocan interrupciones en el transporte, incluido el servicio en los autobuses públicos y el Metro de Santiago”.
Delincuencia en el itinerario
El documento de las alertas sobre Chile incluye además recomendaciones como mantener los bolsos cerca, tomar precauciones al usar sus tarjetas de crédito, al igual que durante el abordaje de autobuses hacia el norte.
El aumento de la inseguridad en la nación austral, que se calcula en 30 % homicidios más este año, genera desconfianza en Estados Unidos. Si bien señala que “el entorno de seguridad es generalmente seguro, la delincuencia callejera, los robos de vehículos, las estafas telefónicas y los allanamientos de morada son comunes, especialmente en Santiago, Valparaíso, Viña del Mar, Antofagasta, Calama e Iquique”.
Ni las cercanías del cerro Santa Lucía, el cerro San Cristóbal, el Mercado Central, la Plaza de Armas, Bellavista y el Barrio Lastarria, conocidas por ser zonas emblemáticas de la Región Metropolitana, sumado otros sitios turísticos populares, deberían ser parte de los itinerarios, ante las operaciones de “carteristas y atracos que ocurren con frecuencia”.
Destacan que “se han sustraído bolsas y bolsos pequeños en vestíbulos de hoteles, lugares turísticos concurridos, el metro de Santiago, taxis y respaldos de sillas y pisos en bares, restaurantes y cafés. Los robos de vehículos son un grave problema en Valparaíso y el norte de Chile (desde Iquique hasta Arica). Los ladrones han pinchado los neumáticos de los coches de alquiler para distraer a los extranjeros y robarles sus pertenencias”.
Preocupación por ataques
La colocación de artefactos explosivos en zonas comerciales y públicas de Chile también preocupa a Estados Unidos. Al respecto, puntualizan que “grupos anarquistas” dejan explosivos en cajeros automáticos, estaciones de metro e instalaciones gubernamentales.
Entre las solicitudes a sus nacionales figuran “permanecer alerta y evitar paquetes sospechosos o desatendidos”. Se les pide también estimar el conflicto mapuche en La Araucanía, región en actual Estado de excepción, a causa de los constantes atentados incendiarios atribuidos a las comunidades indígenas radicales en la zona. Los focos de violencia incluyen quema de iglesias, casas y pastizales, ataques a camiones, autobuses y maquinaria agrícola/madera, causando destrucción de propiedades, lesiones y muertes.
El Departamento de Estado califica al “conflicto en La Araucanía” como una situación donde “algunas personas, o grupos que alegan afiliación con la comunidad indígena mapuche, han buscado reparación”.
Turismo con pocas esperanzas
Esta descripción de Chile para los viajeros empaña el posicionamiento durante los últimos seis años de la nación como mejor destino de turismo aventura del mundo en los World Travel Awards (wta) considerados los “Oscar del turismo”. En la última edición, el país austral ganó la categoría del mejor destino romántico, atribuido al Desierto de Atacama, superando a destinos como Australia, Islas Azores, Canadá, Ecuador, Jamaica, Japón, Nueva Zelanda y Sri Lanka.
La campaña “Go for Chile” o “Vamos por Chile” en cinco idiomas, para captar a visitantes de Brasil, Argentina, Colombia, Perú, Estados Unidos, Europa y Canadá, tendrá que redoblar sus esfuerzo para levantar la reputación que hunde la inseguridad.
Sin embargo, las expectativas son bajas cuando Chile solo recibió en 2020, el 25 % de los turistas de 2019. La caída está en sintonía con las cifras globales publicadas por la Organización Mundial del Turismo (OMT). El registro oficial del Barómetro de Turismo de Chile indica que arribaron al país 1.122.858 visitantes internacionales, 3.395.104 turistas menos que en 2019 y la expectativa es cerrar este año con al menos 1.800 000 de turistas. No luce fácil.