El discurso sobre la igualdad de género , así como el supuesto respeto a la diversidad sexual, que vocifera el izquierdista Pablo Iglesias es desechable. Así lo demuestran sus expresiones contra la Policía de Madrid por la detención de su compañera de Podemos, Isa Serra, tras ser condenada a un año y siete meses de prisión por un delito de atentado, lesiones y daños cometidos en los altercados del barrio de Lavapiés, durante el desahucio de enero de 2014.
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Si bien la dirigente del partido de Iglesias evitó estar privada de libertad, al pagar la multa y comprometerse a respetar durante tres años a mantener buena conducta, el exvicepresidente segundo del gobierno español atacó el honor del ente de seguridad de la capital.
«Con cinco tías como Isa Serra a caballo veríamos correr a toda la Policía Municipal de Madrid. No les serviría además de nada. Isa me traería las cabelleras de todos ellos y Pablo Echenique y yo las quemaríamos en una hoguera», afirmó Iglesias en su programa de radio.
El podemita incluso fue más allá y dijo que: “A estas alturas, les voy a contar la verdad, porque yo también estaba en aquel desahucio y lo vi todo. Isa Serra insultó a una policía municipal, la llamó zorra, le tiró del pelo, arrojó también varias piedras contra los agentes y quemó dos o tres contenedores de basura. ¿Cómo fue posible que no la detuvieran? Pues básicamente porque los policías municipales de Madrid no valen ni para eso”.
Sin impunidad
La arremetida del líder de Podemos, a través de los micrófonos, contra la Policía de Madrid no quedará impune. La Unidad de Coordinación Judicial presentó una demanda para «defender la dignidad» de los funcionarios de las “injurias graves con publicidad” de Iglesias.
Para la delegada de Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, Inmaculada Sanz, los señalamientos son «barbaridades» que constatan los «exabruptos» de Iglesias. Sus «infames palabras» para cuestionar «la condena firme contra Isa Serra» después de «proferir algunas lindezas» contra policías como ‘mala madre’ o ‘cocainómana’ son inaceptables. Por ello, el Grupo Municipal Popular presentará al Pleno de Cibeles las expresiones «machistas» de Iglesias para impulsar un rechazo general.
Otra raya
Quizá le toque hacer otro mea culpa para esquivar la polémica. Al parecer, esa es su estrategia. “Me di cuenta de que en mi forma de hacer política han surgido tics enormemente machistas”, asveró Iglesias.
Sin embargo, en su historial arrastra ofensas hacia mujeres con una postura ideológica distinta. Allí destacan la calificación como “Menina” infantil, a Soraya Sáenz de Santamaría, del Partido Popular; al igual que el reconocimiento de que azotaría hasta que sangrase a la periodista Mariló Montero.
Y ni hablar del caso Dina, que involucra a asistente de Iglesiasm, Dina Bousselham, a quien le robaron el teléfono móvil en 2015. Éste guardaba contenido político e íntimo, evidentemente, que el líder de Unidas Podemos recibió en copia a principios de 2016. Entonces, lejos de entregarle la información que estaba en la memoria de su dispositivo, se la guardó para sí mismo. ¿El motivo? “No someter a más presión” a Bousselham.