
El gabinete del presidente de Chile, Gabriel Boric, ya abrió el capítulo de renuncias de sus miembros a sólo cinco meses de haber ascendido al palacio de La Moneda. Una llamada de la ministra de Desarrollo Social, Jeanette Vega, al dirigente mapuche radical de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Héctor Llaitul –acusado de hurto de madera, usurpación violenta, atentado contra la autoridad y llamados a la desestabilización– precipitó la salida de la funcionaria, con altas probabilidades de desatar un efecto cascada en el tren Ejecutivo.
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La tensión en la cúpula de Boric es grande. Un informe reservado de la Policía de Investigaciones (PDI) registró el contacto telefónico entre la asesora de la exministra Vega, Tania Santis, y Llaitul, donde manifiesta que su jefe le pidió gestionar un acercamiento para “tener una conversación”. La fecha de la llamada (11 de mayo) coincide con la convocatoria del dirigente mapuche a “organizar la resistencia armada” frente al estado “intermedio” de seguridad, decretado por Boric en la Macrozona Sur, donde opera la CAM. Días después, Vega vociferó que en Chile existían presos políticos mapuches, pero luego se retractó.
¿Habló la ministra finalmente con el mapuche?, ¿recibió instrucciones presidenciales? o ¿actuó por iniciativa propia? ¿Quién más sabía de sus gestiones? El senador del Partido por la Democracia (PPD), Jaime Quintana, asegura que detrás de la maniobra de Vega estaba su intención de “cumplir el mandato del Ejecutivo en cuanto a dialogar con todos los actores, en momentos en que el planteamiento del gobierno era que no se podían enjuiciar las ideas”.
Una “crisis interna” a días del plebiscito
Si es así, significa que otros integrantes del gabinete estarían igual de comprometidos que la ahora exministra. A sólo días del plebiscito del 4 de septiembre en el que Chile decidirá si adopta o no una nueva constitución, el asunto es una tragedia para la administración de Boric, considerando que la opción del “Apruebo” sigue en clara desventaja.
“Está claro que se trata de una ministra sectorial. Es difícil creer que actuó de forma autónoma y tenía las redes de contacto propias sin ninguna información del resto del Gobierno. Alguien le tuvo que haber pasado o establecido el contacto para hacer esa comunicación”, asegura el politólogo e historiador de la Universidad Católica de Chile, Patricio Gajardo, en conversación con PanAm Post.
Para el especialista en Estudios Políticos Latinoamericanos, “lo que ocurre equivale a una granada. El gobierno está muy descolocado, le acepta la renuncia a Vega porque sabe que no es el momento de generar un cambio en el gabinete porque evidenciaría su crisis interna generalizada en un momento donde necesita impulsar los votos del ‘Apruebo'”.
Además, destaca que “el presidente está enfocado casi en forma descarada en ser el líder de la campaña del ‘Apruebo’, pero con la obligatoriedad del voto en esta elección que no sucedía desde 2012, hay un porcentaje de electores sobre los que no se sabe cuál será su comportamiento y eso agudiza la tensión”.
Trilogía en la mira
Los reflectores opositores en medio del “error político” de Vega –como lo califica La Tercera– están sobre la ministra de Interior, Izkia Siches; la vocera del gobierno, la comunista Camila Vallejo; y el secretario de la Presidencia, Giorgio Jackson. A la trilogía de aliados de Boric y hasta al mandatario se les atribuye responsabilidad en el hecho, considerando que hace tres años, en su condición de diputado, refutaba en el parlamento “la represión” contra los dirigentes mapuches, dejando a un lado que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) entrenaron como paramilitares a miembros de la CAM, liderada por Héctor Llaitul, tras la supuesta mediación que Manuel Olate, un dirigente del Partido Comunista chileno, efectuó ante la guerrilla colombiana no sólo a través de correos electrónicos intercambiados con Raúl Reyes, sino con visitas presenciales al campamento del fallecido insurgente.
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El jefe de bancada de diputados de Renovación Nacional (RN), Andrés Longton, afirma que “la renuncia de Vega no clarifica los nexos que tiene esta ministra u otros ministros con grupos terroristas, radicalizados, y que han sembrado el terror en la Macrozona Sur debido a los actos violentos que vienen cometiendo”, mientras el abogado Gabriel Alamparte sostiene en Twitter que se “traspasaron todos los límites”.
Una ministra de Estado con línea directa con un terrorista prófugo de la Justicia. Traspasaron todos los límites. Más aún una ministra que dijo que en Chile habían presos políticos y se retractó.
— Gabriel Alemparte (@jgalemparte) August 25, 2022
El Congreso se inmiscuirá y designará una comisión para hacer una investigación y una evaluación. Hasta ahora, el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, quien se trasladó al sur del país para seguir la detención de Héctor Llaitul, ha evitado profundizar sobre la polémica, alegando que su cartera debía indagar al respecto, pero cuando el grifo de renuncias se abrió en la administración del presidente izquierdista de Perú, Pedro Castillo, cerrarlo ha sido imposible.