
El brazo político del grupo terrorista Sendero Luminoso, conocido como el Movimiento por la Amnistía y los Derechos Fundamentales (Movadef), llegó al Palacio de Gobierno para reunirse con el presidente de Perú, Pedro Castillo. El peligro en estos encuentros radica en el modo cómo se llevaron a cabo: reportes revelaron que fingieron ser dirigentes sociales que gestionan soluciones para los peruanos más vulnerables.
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Existen registros de las visitas para las “reuniones de trabajo” que comenzaron en junio. Además, solo en el transcurso de agosto, el mandatario ha sostenido seis encuentros con la exdirigente Mery Coila, perteneciente al del Movadef; y otros cuatro adherentes identificados como Mónica Noñunca Cacya de Arequipa y los limeños Walter Velásquez, Hilso Ramos y Jorge Ramírez.
Según Perú 21, Coila fungió como secretaria de organización del Movadef en Tacna y presidió el Partido Magisterial de Castillo. Con ella, ya acumula 10 reuniones de al menos dos horas.
Mónica Noñunca, además de visitar al presidente, también pasó por el despacho del congresista Guillermo Bermejo, quien enfrentó un juicio por el delito de terrorismo. Mientras tanto, Hilso Ramos Cosme, incluyó encuentros con el exministro de Trabajo, Iber Maraví, en sus ingresos al Palacio. Este último funcionario es cuestionado por presuntos nexos con Movadef y Sendero Luminoso.
Con motivos
La admisión en las instancias ejecutivas de los rostros asociados al Movafed es amplía. Esto tiende a ser algo preocupante debido a que esta fue una organización creada en 2009 para demandar la liberación de civiles, policías y militares implicados en la guerra interna desatada en el país por el grupo de ideología “marxista-leninista-maoísta” Sendero Luminoso, que dejó 69000 muertos y desaparecidos.
En el reporte se señala que han estado en las oficinas del viceministro de Trabajo, Edilberto Ríos; el congresista de Perú Libre, Segundo Quiroz; así como en el ministerio de Comercio Exterior y Turismo, en el viceministerio de Políticas y Evaluación Social, llegando incluso hasta el actual ministro de Justicia, Félix Chero.
Sus andanzas se atribuyen a que “el primer año de sobrevivencia ha envalentonado a Castillo, quien cercado por investigaciones fiscales, despliega la lógica del cuoteo a escala social. No empodera organizaciones para reivindicar derechos postergados, sino dicta políticas públicas enfocadas a beneficiarlas a cambio de confrontación anti-establishment”, afirma el politólogo Carlos Meléndez en su columna de El Comercio.
Los Consejos de Ministros Descentralizados sirven como “artilugios de promesa y confrontación” donde pululan “dirigentes sociales dispuestos cara a cara a un Gabinete para despotricar de las élites”. Hay intenciones. “Ya no se trata del presidente omnipresente en el Perú profundo, sino el Perú profundo en Palacio de Gobierno”.
La congresista Patricia Chirinos subraya en Twitter que “reunirse con personajes vinculados a Sendero Luminoso es una afrenta contra el país”. En su opinión, “Castillo intenta crear violencia”.
Palacio es la sede del Gobierno del Perú y merece respeto. Reunirse allí con personajes vinculados al Movadef y Sendero Luminoso es una afrenta contra el país y nuestras #FFAA @CCFFAA_PERU y la @PoliciaPeru. Castillo intenta crear violencia pero no lo logrará #TerrorismoNuncaMás https://t.co/hMhrbpucQZ pic.twitter.com/griojunush
— Patty Chirinos (@PattyChirinosVe) August 24, 2022
Sospechas con Humala libre
Las reuniones de Pedro Castillo con figuras vinculadas a Sendero Luminoso levantan sospechas sobre una alianza con sectores radicales. Los encuentros se producen en medio de la inestabilidad e ingobernabilidad que enfrenta con el cambio de un ministro semanal, así como las investigaciones en su contra por presunta corrupción.
Una de las acciones que también detona las conjeturas sobre los nexos de Castillo es la liberación de Antauro Humala, hermano del expresidente Ollanta Humala y líder del llamado movimiento Etnocacerista, el cual promueve el reconocimiento de la “raza cobriza” en las instancias de poder, para reafirmar la identidad andina y la nacionalización de la industria peruana.
Hace una semana Humala volvió a las calles sin arrepentimiento por haber encabezado el ‘Andahuaylazo’ que dejó cuatro policías muertos en Ancón II tras tomar la comisaria de la zona. Las víctimas fueron identificadas como Carlos Cahuana Pacheco, Luis Chávez Vásquez, Ricardo Rivera Fernández y Abelardo Cerrón Carbajal.
“Estamos nuevamente afuera y les puedo decir que nos sentimos todos muy orgullosos de lo que hicimos en Andahuaylas. Las banderas de Andahuaylas y Locumba siguen vigentes”, dijo al salir de prisión que calificó como un “cauteverio”. En su agenda está viajar a Andahuaylas, para así agradecer el apoyo de la población en el ataque de 2005.
¿Busca resurgir como un político influyente? Es probable. ¿Le conviene a Castillo? Sí. Para la politóloga Macarena Costa su liberación impulsa “la sensación de que desde Palacio se está diseñando, gestando, algo que podría ser muy instrumental al momento actual”, en medio de la estrategia de confrontación discursiva y social-populista implementada por Castillo en el último trimestre.
“Se libera a Antauro; para, posiblemente, tener a reservistas de su lado y sumar aliados en este momento social tan complejo” cree Costa. A su juicio, “parece haber un presidente que enfrenta el peso de la justicia y da claras señales de que usa el sistema para su benefició”.
Una jugada clave
El Instituto Nacional Penitenciario de Perú (INPE) asegura que Humala, condenado a 19 años de pena, alcanzó su libertad luego de 17 años y cinco meses, porque el “cómputo de redención de 7 días de trabajo o educación por 1 día de libertad” se puede aplicar para sentenciados por secuestro. En su caso cumplió 3667 días de trabajo y estudio, lo que equivale una redención de pena de 1 año y 7 meses.
El momento es crucial. Ocurre cuando Castillo aplica la “receta del asambleísmo” que incluye convocar a actores sociales informales como anti-establishment, a instancias de aparente deliberación pública del más alto nivel.
Los efectos de este asambleísmo “de los de abajo” son rentables, destaca Meléndez. Permite meterse a la izquierda incauta al bolsillo, ganar popularidad entre los seguidores y miedo entre los opositores. “La victimización no otorga puntos de aprobación si no se tocan las fibras sensibles del revanchismo social. No es casual que Castillo aumentara 11 puntos de aprobación en el Norte, región rondera por excelencia”.
Cree que la táctica de Castillo es “elemental y no obedece al metaverso chavista”. Incluso, descarta que obedezca a la aplicación de una fórmula comunista planificada desde el Caribe o al libreto bolivariano, sino a un “sindicalista básico” de cuoteo silvestre, socializado políticamente en el magisterio rural, las rondas campesinas y el conservadurismo andino. El problema es su enquistamiento en el centro neurálgico del poder nacional y la disposición de recursos para potenciarse.