La ministra de educación del gobierno español, Pilar Alegría, compartirá su tiempo en el cargo de la administración de Pedro Sánchez con el rol de portavoz del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). De esta forma, la funcionaria podrá catapultarse como posible sustituta del mandatario en las elecciones del próximo año.
- Lea también: Sánchez usa guerra en Ucrania para apagar a España
- Lea también: El kirchnerismo usa niños para hacer política con falsa rebelión contra España
Alegría «es una plataforma» para el futuro del PSOE, sobre todo cuando las encuestas arrojan el crecimiento del Partido Popular entre las tendencias de voto. Sánchez puede disimular el motivo, pero actúa con estrategia al entregar a la titular de la cartera educativa la vocería de la tolda sin tener que tomar decisiones de alto nivel que puedan provocar aversión entre los militantes.
La idea de Sánchez es mantenerla al margen de otros puestos más conflictivos, como la vicesecretaría -cargo que ocupa María Jesús Montero- o la secretaría de la organización, donde sigue Santos Cerdán. Fuentes de OkDiario afirman que “Montero y Cerdán serán los responsables de dar la cara ante los medios cuando las cosas no vayan bien”, porque “los dos están más quemados”.
Sin embargo, el plan de Sánchez luce absurdo. Y es que solo un 25% de españoles —lo que equivale a uno de cada cuatro— sabe, conoce o tiene idea del rostro de Alegría. De hecho, ella es la quinta ministra más desconocida para los ciudadanos, de un Gobierno que tiene 23. Así lo reflejó un barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Su poca popularidad contrasta con la de sus pares del Ejecutivo al 91,6 % de los españoles reconocer a Yolanda Díaz, ministra de Trabajo; 91,5 %, a Irene Montero (Igualdad), 86,4 %, a Alberto Garzón (Consumo); 82,5 %, a Margarita Robles, de Defensa.
En desespero
El ascenso de Pilar Alegría dentro de la cúpula del PSOE es una prueba del desespero de Sánchez cuando ella carece en su historia política de la etiqueta de “sanchista”, después de rechazar la petición de ser su compañera de bancada en el Congreso.
La diputada por Zaragoza es leal dependiendo de la conveniencia. Se nota desde 2017 cuando durante las primarias del partido, Alegría apoyó a Susana Díaz convirtiéndose en su cara visible en Aragón. Sin embargo, luego de que esta perdiera buscó alinearse con Sánchez, quien la convirtió en la candidata a la alcaldía de Zaragoza en las últimas elecciones municipales de 2019.
Ahora, Sánchez intenta ganar tiempo al tiempo con la designación Alegría. Así tiene como meta evitar derrotas electorales a manos del Partido Popular, considerando que las estimaciones proyectan la caída del PSOE en seis autonomías -Baleares, Comunidad Valenciana y La Rioja, Aragón, Castilla-La Mancha y Navarra.
Ese pronóstico revelado por El Mundo adelantó los planes del mandatario, quien pretendía convertir a Alegría en el relevo de Javier Lambán, presidente socialista de Aragón. Sin embargo, la renuncia de Adriana Lastra por la pérdida de confianza de Sánchez detonó la designación de la ministra de Educación como la voz de la organización.
El nombramiento apaga las aspiraciones del ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños. Este militante figuraba como pieza clave en la transición para reemplazar a Sánchez en la secretaría general del PSOE.
Incluso, de acuerdo con OK Diario, la relación entre el presidente y el ministro de la Presidencia está especialmente deteriorada en las últimas semanas, debido a su gestión en las votaciones del Congreso de los Diputados, donde sumar respaldos ha “pendido de un hilo hasta el último minuto”.
Primarias en la mesa
Los próximos meses serán agitados para Sánchez y el PSOE con las tempestades internas que provocará el proceso de primarias donde se elegirán a los candidatos socialistas que concurrirán a las elecciones municipales y autonómicas previstas en 2023. El plazo de presentación de candidaturas será entre el 19 y 20 de septiembre y la a primera votación está pautada para el 9 de octubre.
Para el 11 de diciembre estarían elegidos todos los candidatos de localidades de más de 20.000 habitantes. Mientras tanto, el 28 de enero del 2023, el Congreso del partido deberá ratificarlos.
En este momento, el PSOE tiene en su poder a nueve gobiernos autonómicos (Aragón, Asturias, Balears, Canarias, Castilla-La Mancha, Extremadura, La Rioja, Navarra y País Valencià), cogobierna en dos (Cantabria y Euskadi) como segunda fuerza, y tiene seis plazas pendientes: Madrid, Andalucía, Castilla y Léon, Murcia, Catalunya y Galicia. Así, la tarea de Alegría será más que hablar y sonreír, si pretende ayudar a su jefe a alcanzar la reelección que la conduciría a su anhelo: la secretaría de Estado.