
Con la promesa de cambio y transformación llegó hace tres años Nayib Bukele a la Presidencia de El Salvador, pero a esos compromisos le faltan hoy hechos. Sus ofrecimientos de campaña están en el limbo, así como también la información sobre sus itinerarios de viaje desde que asumió el poder.
En la isla La Pirraya, ubicada en la bahía de Jiquilisco, en el departamento de Usulután, todavía esperan por las tres lanchas de emergencia que prometió el mandatario. “Dijo que las había comprado y que hasta había sobrado dinero”, destaca La Prensa Gráfica.
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Bukele también ha incumplido con la promesa de luchar contra la corrupción al romper el acuerdo con la Organización de los Estados Americanos (OEA) que mantenía activa a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en El Salvador (CICIES).
El medio revela que “como candidato, Nayib Bukele prometió subir el Fondo para el Desarrollo Económico y Social de los Municipios (FODES) pero una vez en el poder, protestó cuando la Asamblea anterior lo subió a 10 % y, en plena pandemia, su gobierno dejó de entregarlo a las comunas. Y al tener control del parlamento, creó la Dirección Nacional de Obras Municipales (DOOM) para concentrar los recursos de obras y redujo el FODES a 1,5 %”.
Incluso, el Aeropuerto del Pacífico (incluido en el Plan Cuscatlán) sigue sin concretarse, al igual que la reforma de pensiones, el Hospital Rosales –aunque heredó 170 millones de dólares de la gestión anterior para construirlo en la zona norte de El Salvador– y la extradición del expresidente Mauricio Funes, investigado y actualmente asilado en Nicaragua, que ejecutaría en sus primeros 100 días de gobierno.
Vuelos sin información
La transparencia de la administración pública es otra deuda de Bukele con el país. A esta promesa también ha fallado. Su despacho acaba de declarar “inexistente” la información sobre sus viajes y los de su esposa, Gabriela Rodríguez, desde que ostentan el Ejecutivo. La data con las salidas oficiales, los costos, financiamiento y resultados de las misiones donde la pareja presidencial ha participado es nula.
Nadie sabe quiénes conforman las comitivas que los acompaña ni cuántos fondos públicos se destinan para la compra de boletos aéreos o viáticos. En el portal de transparencia de la Presidencia no hay reportes, cuando el artículo 10 de la Ley de Acceso a la Información establece que las instituciones públicas deben divulgar los gastos de los viajes de los funcionarios de manera obligatoria y oficiosa.
Con la omisión desacatan la resolución del amparo 713-2015 emitido por la Sala de lo Constitucional en 2017, en la que quedó claro que “deben señalarse que todos los viajes internacionales –ya sean de carácter oficial o privado– realizados por la persona que ocupa el cargo de presidente de la República, así como los realizados por su cónyuge, porque existe interés público, en la medida que resulta necesario, en el contexto de un Estado Constitucional de Derecho como el salvadoreño, el escrutinio ciudadano sobre el control de los viajes que realizan las instituciones públicas, entre otros aspectos”.
Un engaño macro
Nayib Bukele maniobra frente al incumplimiento de sus promesas con los datos de unas encuestas que arrojan 87 % de apoyo a su gestión tras declarar un Estado de Excepción desde finales de marzo para combatir a las pandillas criminales, entre ellas, la Mara Salvatrucha (MS13). Sus estadísticas registran 32000 supuestos pandilleros y aliados capturados desde entonces y los homicidios están en cero. Bukele presume en Twitter de su aparente logro en seguridad y orden público.
0 homicidios.
Seguimos…#GuerraContraPandillas https://t.co/Yryz3Hrgaw
— Nayib Bukele (@nayibbukele) May 31, 2022
Sin embargo, el exfiscal de la Unidad Anticorrupción, German Arriaza, asegura que recopiló “evidencia documental y fotográfica de que el gobierno de Bukele llegó a un acuerdo con las pandillas Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18 en 2019 para reducir las tasas de asesinatos y ayudar al partido Nuevas Ideas a ganar las elecciones legislativas en febrero”.
En una entrevista con la agencia Reuters afirmó que emitió un informe de 129 páginas donde están las escuchas telefónicas, imágenes de cámaras de seguridad, fotografías, documentos incautados y discos duros que demostrarían cómo el viceministro de Justicia, Osiris Luna, y el director de Reconstrucción del Tejido Social de El Salvador, Carlos Marroquín, ingresaron a las cárceles para negociar una tregua encubierta con las pandillas.
“Populismo arcaico”
Para el exministro de Bolivia, Ronald MacLean-Abaroa, Bukele transformó el adagio de que “toda la política es local” en que “toda la política es personal” porque es “un populista arcaico con uso de tecnología moderna para concentrar el poder y resolver los problemas ‘desde arriba’, basado en los impulsos instantáneos de respuesta selectiva, si no casual, a los problemas locales o nacionales; como si se tuviera disponible recursos y ministros ilimitados, y un presidente en Facebook o Twitter, permanentemente”.
En cadena de radio y televisión, este miércoles 1 de junio a las 8:00 de la noche (hora local de El Salvador) Bukele le hablará al país. ¿De qué? Sobre los logros de su gestión, pero claro está, a su estilo.
Ni siquiera la adopción del bitcoin como moneda de curso legal junto al dólar tiene resultados positivos. El experimento es un fracaso que conduce a El Salvador hacia un default. El pago de un bono de 800 millones de dólares para comienzos de 2023 está a la vuelta y las probabilidades de que no pueda cumplir son altas.