Si el rumbo de la política económica de Colombia llegara a depender del discurso del candidato presidencial de la extrema izquierda, Gustavo Petro, las contradicciones serán una constante. Su plan de recaudar 50 billones de pesos anuales con una nueva reforma tributaria cuando fustigó la propuesta por 23,4 billones de la administración de Iván Duque es el más reciente ejemplo de sus discordancias que podría acabar en una falsa ilusión comunista.
- Lea también: Petro vs. Petro: desmontando la falsa candidatura outsider de Rodolfo Hernández
- Lea también: Foro Madrid: “Gustavo Petro es una amenaza para Colombia y la región”
Esta propuesta lanzada en el debate organizado por El Tiempo y Semana, que se realizó este lunes, expone sus vaivenes. “Colombia Humana no avalará la reforma tributaria que acaba de presentar el Gobierno”, decía el año pasado durante el paro nacional Ricardo Bonilla, de su equipo económico. Un año después, Petro propone duplicar el monto, argumentando lo mismo que, en medio de las protestas callejeras, alegó Duque: la necesidad de equilibrar las cuentas del Estado para sostener los programas sociales tras el agujero que dejó la pandemia en las arcas públicas que provocó una caída de 6,8 % del producto interior bruto (PIB), empujó el desempleo a 15,9 % y llevó la pobreza monetaria a 42,5 %, según las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) correspondientes a 2020.
Petro incendió al País porque no estuvo de acuerdo con una reforma tributaría de 22 billones… pero hoy de su propia boca, le propone a Colombia una reforma tributaria de 50 billones anuales.
¿Así o más absurdo? pic.twitter.com/3VqXtCPO6x
— Joany González Wilch (@JoanyGonzalezW) May 24, 2022
Al quinto día de manifestaciones, el gobierno de Duque cedió a las demandas y retiró el polémico proyecto de reforma tributaria, pero Petro no cumplió con su parte. Lejos de llamar a la calma siguió incitando las protestas por motivos sobrevenidos que se fueron sumando hasta llegarse a extender el paro por más de dos meses, a pesar de que le había advertido públicamente al Ejecutivo que si no quería gente en las calles protestando retirara la propuesta.
Que no quieren aglomeraciones de gente protestando? Entonces, es fácil: retiren la reforma tributaria.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) April 26, 2021
El país siguió su rumbo, y sin reforma tributaria, logró en un año mejorar todos sus indicadores. El DANE reportó para el cierre de 2021 un crecimiento del PIB de 10,6 % y en el primer trimestre de 2022 superó las expectativas al registrar un alza de 8,5 % en comparación con el mismo trimestre del año anterior. La tasa de desempleó bajó a 12,1 % y la pobreza monetaria también descendió a 39,3 %, 3,2 puntos porcentuales menos a lo registrado en 2020, lo que significa que 1,4 millones de personas salieron de la condición de pobreza monetaria.
Una estrategia electoral
Sin embargo, Gustavo Petro, quien aprovechó el paro nacional para presentarse como la alternativa de cambio frente al gobierno para así catapultar su candidatura a la Presidencia –tal como hizo Gabriel Boric en Chile con el estallido de 2019– ahora propone una reforma tributaria por un monto que duplica la propuesta de Duque, omitiendo los resultados positivos en cuanto a crecimiento económico, desempleo y pobreza que ha registrado la nación en el último año. Esto demuestra que la oposición que hizo Petro a la reforma tributaria de Iván Duque solo obedecía a estrategias político-electorales.
Y si bien Petro asegura que su propuesta solo contempla gravar con más impuestos a “las 4000 personas más ricas del país”, ignora u omite que esto derivará en una natural fuga de capitales que solo terminará afectado a las cientos de miles de personas que estos empresarios tienen en sus nóminas cuando decidan abandonar el país.
De eso no queda duda. Venezuela sirve de espejo. Compañías como Empresas Polar, Farmatodo y Locatel, que migraron a Colombia cuando el chavismo las asfixió, tendrían un déjà vu. Al sector productivo que huiría del país en una primera oleada migratoria le seguirían después millones de colombianos que quedarían sin trabajo.
Cuentas que no cuadran
Ni las matemáticas del abanderado del Pacto Histórico cuadran. Sergio Fajardo, candidato de la coalición Centro Esperanza, le reprochó a Gustavo Petro en redes sociales que “sus cuentas” tienen fallas porque para cubrir seis de sus promesas de campaña requeriría 129 billones de pesos, pero con su reforma tributaria colectaría menos de la mitad.
.@petrogustavo son tus matemáticas las que no funcionan. Has sido tú quién ha señalado el costo de varias de las propuestas que citamos ayer. No más mentiras grandilocuentes. Acá el detalle de las cuentas que no te cuadran. Abro hilo 🧵 : pic.twitter.com/XPD2DiuSDN
— Sergio Fajardo (@sergio_fajardo) May 24, 2022
Fajardo frena la pretensión populista de Petro con la que busca convencer al país de que la construcción de una sólida estructura de protección social se logrará con solo aumentar los impuestos a 4000 ciudadanos cuando la población ronda los 50 millones de habitantes.
El exalcalde de Medellín, a pesar de las cercanías ideológicas con Petro, sabe –como muchos– que detrás de esa promesa está la imposición de una lucha de clases sociales entre ricos y pobres, que afectará a los dueños de empresas generadores de empleo.
No convence en las esferas progresistas
“Petro no es idóneo para mover al país a ese cambio social que es un elemento más pragmático. ¿Cómo nos movemos hacia un país más equitativo? No solo es la indignación. Hay que tener una propuesta factible de tránsito hacia un país más equitativo. Es preferible optar por un cambio gradual, factible y pragmático, remediando injusticias del entorno, que quedarse elucubrando por un estado de justicia ideal”, aseguró Roberto Angulo, socio fundador de Inclusión SAS, en entrevista con La Silla Vacía, un portal de línea progresista.
“Petro no tiene el pragmatismo. No veo el respeto por las instituciones y por el mercado, que juntos son los que pueden llegar a soluciones prácticas de injusticias remediables. Petro tiene el ímpetu reformista, pero no tiene el pragmatismo. Los otros candidatos no tienen el ímpetu reformista y de pronto sí tienen más pragmatismo”, concluyó Angulo.