
El arribo de Rodrigo Chaves a la Presidencia de Costa Rica comienza a marcar un antes y un después en las relaciones del país con el régimen cubano. El mandatario rompió “unilateralmente” un acuerdo educativo con La Habana porque “no hay beneficios en la formación de estudiantes”.
La decisión es un mensaje claro para el régimen de Miguel Díaz-Canel: la salida del centroizquierdista Carlos Alvarado del Ejecutivo costarricense representará un cambio en la política exterior con la isla.
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Con ello, Chaves cumple parte de sus promesas de campaña de revisar las cooperaciones que atentan contra los valores democráticos del país. Además, ataca de raíz los intentos del castrismo de colar su ideología comunista en el sistema educativo de Costa Rica como pretendió con la filtración de la novela El Rey de La Habana, escrita por el cubano Pedro Juan Gutiérrez, cargada de un lenguaje sexual explícito, la cual se incluyó en la revista del Ministerio de Educación Pública (MEP) Conexiones para capacitar a docentes y comunidades sobre las orientaciones sexuales. Aunque dicha edición se recogió, dejó la duda sobre los alcances del acuerdo en materia educativa entre San José y La Habana.
Nuevo presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, anuncia que rescindió un convenio de colaboración educativo con #Cuba, firmado en el 2019 porque lo considera un acuerdo que no beneficia a ese país. De: @crhoycom pic.twitter.com/mZwEMSyJU0
— Rolando Nápoles (@RNapoles) May 20, 2022
La polémica la desata la propia sinopsis que la describe como “la historia de un joven adolescente lanzado a las calles de La Habana de los años noventa. Una novela basada en hechos reales, escrita crudamente, sin aderezos ni adornos, en la mejor tradición del realismo sucio”, según reseñó en noviembre pasado Radio Televisión Martí.
Rodrigo Chaves parece dispuesto a no permitir más estos episodios, dejando sin efecto el acuerdo suscrito en abril de 2019 entre el ministro de Educación del gabinete de Alvarado, Édgar Mora Altamirano, y el embajador de Cuba en Costa Rica, Danilo Sánchez.
Sacando cuentas políticas
Chaves es economista. Esta decisión demuestra sus dotes para las cuentas políticas. Su meta es reposicionar a Costa Rica en el panorama internacional, pero con una perspectiva más estratégica, considerando que en 2021 entró al top 10 de los países más complejos del mundo para hacer negocios con una depreciación del colón que llega a 670 por dólar cuando en mayo de 2018 rondaba los 560 colones.
El nuevo mandatario también estaría buscando recuperar las posiciones privilegiadas que históricamente ha ocupado el país en el Índice de Libertad Económica que publica Heritage Foundation, tras haber caído 23 puestos. La cercanía que mantuvo Carlos Alvarado con la dictadura cubana no era un buen indicador. Por ello parece vital para la nueva administración alejarse de regímenes autoritarios.
Jugando doble play con Nicaragua y Venezuela
Sin embargo, hay que estar atentos porque Chaves tiende a jugar doble play con el centroderechismo del Partido Progreso Social Democrático. Su posición no ha sido firme con todas las dictaduras de la región. Su despacho está “evaluando” enviar un embajador a Nicaragua, donde manda el régimen sandinista de Daniel Ortega, afín a Cuba. Haber sacado a la Organización de Estados Americanos (OEA) de Managua le cambió “la ecuación”, admitió Chaves antes de su toma de posesión el 8 de mayo. Pero su canciller Arnoldo André Tinoco ya se reunió con el actual embajador de Nicaragua en San José, Duilio Hernández, como “signo de buena voluntad” y para “discutir temas bilaterales”.
La posición frente a la dictadura venezolana también complica la política exterior de Chaves. Poco antes de asumir el poder, su canciller dijo que se estaba evaluando la posibilidad de reconocer a Nicolás Maduro, considerando que “el periodo constitucional del señor (Juan) Guaidó ha vencido” y que “la dinámica mundial se mueve hacia ajustarse a las realidades de la política”.
¿”Enemigo” de la prensa?
Al hablar de Rodrigo Chaves tampoco se puede pasar por alto su agria relación con la prensa por haberle sacado en la campaña la sanción del Banco Mundial durante su paso por el organismo por escándalos de acoso sexual.
Medios locales revivieron el temor a la censura tras publicar esta semana la información de que el jefe de despacho de Chaves, Jorge Rodríguez, habría pedido a periodistas de ministerios e instituciones autónomas “limitar el acceso a la información” a la prensa comercial, a la que habría calificado como “el enemigo”. Chaves desmintió dicha información y aseguró que la prensa publica “rumores” y “mentiras”.