La izquierda en la región sigue tensando el camino a la Cumbre de las Américas que organiza Estados Unidos. En esta oportunidad, la dirigencia que cuenta con impulsores desde Chile, México y otros países, no ha claudicado en sus exigencias de inlcuir a las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela en las invitaciones al encuentro que se desarrollará entre el 6 y 10 de junio en Los Ángeles, California.
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El ejemplo del presidente chileno Gabriel Boric es uno de los más resaltantes. El mandatario dejó atrás a las promesas de campaña, cuando descartó relaciones con el chavismo, sandinismo y castrismo. Ahora, su canciller, Antonia Urrejola, admitió que está favor de la convocatoria de los tres regímenes. Su argumento para defender esta postura es que “la exclusión no ha dado resultados en materia de derechos humanos”.
La funcionaria confunde con su discurso. Dice que “todo el mundo sabe cuál es la posición del presidente respecto de la situación de derechos humanos en esos países, pero hemos estado insistiendo en las conversaciones bilaterales por una cumbre lo más amplia posible”, en una entrevista con La Tercera.
“La región está superfragmentada, se ha polarizado y, de alguna manera, bajo el liderazgo del presidente (de Estados Unidos) Biden sería importante poder conversar más allá de las diferencias”, así lo cree la ministra de Exteriores de Boric.
Un complot izquierdista
La sorpresiva posición de Chile a tres semanas de la Cumbre de las Américas no es exclusiva. Además de la petición de la canciller de Boric resalta la amenaza del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien desistirá de la reunión si la trilogía de dictadores —Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Miguel Díaz-Canel— no es convocada. Sin embargo, tiene “la esperanza de que se invite a todos”.
Asimismo, informó que una comisión de Estados Unidos acudirá el próximo miércoles a México para abordar la participación de todos los países de la región en este evento, debido a que la otrora vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, en su momento señaló que la administración Biden aún no determina qué países intervendrán en la Cumbre de las Américas, pues no se han girado las invitaciones.
López Obrador consideró que sería “algo extraordinario” inaugurar una nueva etapa en los países de América. El mandatario tabasqueño es astuto. Usó su narrativa que disfraza de tono conciliador para tratar de hacerle un espacio a regímenes que están bajo el ojo de la comunidad internacional por sus repetidas violaciones a los derechos humanos, así como también sus prácticas opacas que perjudican a la ciudadanía y los ha hecho objetivo de sanciones por parte de Estados Unidos en múltiples ocasiones.
En la #mañanera, el presidente @lopezobrador_ reconoció que hay "una actitud responsable" por parte del gobierno de EU, porque aún no se ha negado a la posibilidad de incluir a todos los países de la región en la Cumbre de las Américas. pic.twitter.com/V7VeSvxr7s
— El Financiero TV (@ElFinancieroTv) May 16, 2022
Desde Bolivia y Honduras lo respaldan. El expresidente Evo Morales, quien es de las mentes que catapultó al izquierdista Luis Arce a la presidencia de dicho país, sostiene en Twitter que “EE.UU. confirma que países que ‘no respetan la democracia’ no pueden participar de la Cumbre de las Américas y excluye a Cuba, Nicaragua y Venezuela, que tienen la particularidad de ser libres, con las democracias más avanzadas de A. Latina en elección de representantes de bases”.
A ello se suman las declaraciones de Alberto Fernández, quien pidió a Estados Unidos que invite a “todos los países de América Latina” a este encuentro, luego de acentuar, en una entrevista con el canal DW en español, sus intenciones de asistir.
Por su parte, los líderes de la Comunidad del Caribe (Caricom) anunciaron que si Washington extiende una invitación al opositor Juan Guaidó tampoco llegarán a Los Ángeles.
“Si Guaidó va a representar a Venezuela, si los estadounidenses hicieran eso, sería un acto de locura y creo que es poco probable que los gobiernos del Caribe vayan”, aseguró el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves.
EE.UU confirma que países que "no respetan la democracia" no pueden participar de la Cumbre de las Américas y excluye a Cuba, Nicaragua y Venezuela, que tienen la particularidad de ser libres, con las democracias más avanzadas de A. Latina en elección de representantes de bases.
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) May 15, 2022
Biden indeciso
El encuentro de los líderes del hemisferio occidental en suelo norteamericano es clave para la administración de Joe Biden. Una reunión de este calibre confirmaría la influencia de Estados Unidos en la región, después de la entrada de China y Rusia como socios comerciales en varios países.
Sin embargo, la cita a este foro diplomático del continente americano corre el riesgo de convertirse de una “debacle de las relaciones públicas” pronostican Anatoly Kurmanaev y Jack Nicas The New York Times. Los expertos argumentan que “la disminución de la influencia de Estados Unidos para lograr que su agenda avance en la región” quedaría expuesta en el evento.
Es posible. La víspera despierta dudas del éxito. Sobre todo porque el memorando de 900 palabras remitido por el Departamento de Estado al Congreso para notificar sobre el evento carecía de objetivos específicos, así como los temas a abordar. La migración está por fuera de los asuntos a tocar y se desconoce si la inflación, la crisis económica y el deterioro de las instituciones económicas serán aspectos incluidos en el contenido de la programación del cónclave.
Biden aún no tiene una “decisión final” sobre a quienes girará las invitaciones. La guerra de Rusia contra Ucrania incide. El conflicto lo obliga a repensar. El mandatario tiene en puertas una reunión con una delegación de Maduro en Trinidad y Tobago para negociar sanciones con petróleo ante las restricciones para seguir abasteciéndose de Moscú. La presión es tremenda.