El apoyo de Elon Musk a Ucrania, a través de sus empresas, se amplía cada vez más. Además de activar su servicio de internet satelital Starlink para ayudar a mantener la comunicación mientras el país lucha contra la invasión de Rusia, también anunció que sus trabajadores ucranianos de Europa, Medio Oriente y África que se unan al combate recibirán sus sueldos.
- Lea también: El reclamo de Elon Musk a Joe Biden por marginar a Tesla en su discurso
- Lea también: Elon Musk lleva Tesla a Xinjiang, pese al genocidio contra los uigures
A través de un correo electrónico, la empresa notificó que evaluará la situación de guerra en tres meses y determinaría si los empleados necesitan algo más de tiempo. No está claro si el beneficio se extiende a los ucranianos que viven en otras partes del mundo, divulgó Washington Examiner.
Este mensaje fue enviado por Axel Tangen, el director de Tesla para el norte de Europa y también en representación de Mariam Khalifa, directora de recursos humanos de la empresa para la región de Europa, Medio Oriente y África.
“Muchas personas han llegado a comprender cómo pueden contribuir, lo cual es increíble. Es importante que les mostremos cómo estamos ayudando como empresa, qué recursos tenemos disponibles y cómo también pueden apoyarse a sí mismos de manera proactiva”, se lee en el correo.
Tecnología en jaque
La decisión de Tesla es un contragolpe para Rusia por amenazar la producción de las baterías para autos eléctricos y el futuro de estos en el mercado, considerando que en este momento una compañía de Moscú es responsable del 20 % de la producción mundial de níquel de gran pureza clase 1. Este material es fundamental para la fabricación que ya aumentó 30 % ante el conflicto, según El Confidencial.
Al problema se agrega el incremento del precio del litio, un metal muy escaso que se extrae principalmente en Australia, Chile, Argentina y China, del que solo quedan reservas hasta 2040. A finales de 2021, la tonelada de carbonato de litio costaba ya 32600 dólares, lo que representó un incremento del 413 % en menos de un año.
Si bien ese aumento deriva además del drástico crecimiento en la demanda causada por el alza de la producción de los autos eléctricos de baterías que suponen el 9 % de todas las ventas mundiales, quienes apuestan al consumo de esta tecnología están en crisis, porque la subida del costo del litio y otras materias primas ya había motivado el incremento del precio de los autos.
Con una guerra el escenario se complica aún más. Al respecto, el ‘South China Morning Post’ reveló que Tesla aumentó el precio de su Model 3 un 18 % en los Estados Unidos. En este mercado, afirman, el precio medio de un vehículo eléctrico fue de 63.000 dólares comparado con la media industrial de 46.000 dólares.
Ahora, el aumento de los precios del níquel y el aluminio añadirá más presión sobre las cifras previas que, de por sí, están fuera del alcance de la mayoría, motivando una ralentización o estancamiento del mercado, lo que a su vez afectará a los objetivos de reducción de CO₂ de Occidente y China.
Según un estudio en 2021 de los analistas de OC&C Global Speedometer, solo un aumento de 500 dólares en el precio final haría que más la mitad de conductores no compren un vehículo eléctrico. Musk lo tiene claro.