
La resistencia de Ucrania a la invasión de las fuerzas rusas no estaba los planes de Vladimir Putin. Sus misiles —hasta ahora— no doblegan a Kiev y los países occidentales tampoco parecen acobardados y divididos para aceptar el reclamo este territorio que, según él, históricamente es parte de Rusia.
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Algo pasa. Ucrania se mantiene resistiendo, la economía del Kremlin se cae a pedazos mientras Estados Unidos y la Unión Europea consolidan sus sanciones. Mientras tanto, China, su “socio estratégico”, se mantiene ambiguo pero con preocupación.
Putin falló y falla. El breve plazo de preparación y la subestimación de la voluntad ucraniana de luchar parecen haber contribuido a una planificación de campaña inconexa y poco realista. Las operaciones de información rusas, diseñadas para oscurecer sus verdaderas intenciones y crear incertidumbre dentro de Ucrania, al igual que entre la comunidad internacional mientras reforzaban el apoyo interno, tuvieron más éxito en engañar a sus propias fuerzas que al enemigo.
Como consecuencia, el ejército convencional ruso no se preparó operativa, logística y psicológicamente para la guerra, aseguró The Royal United Services Institute (RUSI). Errores de percepción, sostenimiento de la fuerza y táctico-militares son las tres pifias que complican su intento de invadir a Ucrania, según ABC. A una semana del comienzo del bombardeo los análisis ya abundan. El Comercio lo endosa a que “solo habló con unos pocos asesores que le dijeron lo que quería escuchar. Ahora tendrá que buscar nuevas opciones, porque siempre se ha negado a dar marcha atrás cuando es repelido”.
Un aparato sin efecto
El complejo panorama de Putin con cada día y hora que transcurre también revela el fracaso de su aparato de propaganda que ejerce rígido control sobre radio, televisión y prensa, además de restricciones extendidas al uso de redes sociales.
Ursula von der Leyen, presidente de la Comisión Europea, propuso un veto a las emisiones de Russia Today (RT) y la agencia Sputnik en territorio comunitario para evitar la desinformación sobre lo que ocurre en terreno.
La directora de RT, Maria Simonyan, figura entre los sancionados junto a Maria Zakharova, exsecretaria de prensa para la misión de Rusia ante las Naciones Unidas y jefa de prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso.
Un informe de la Casa Blanca indicó que ambos medios “utilizan la apariencia de medios de comunicación internacionales convencionales para proporcionar desinformación y apoyo propagandístico a los objetivos de política exterior del Kremlin”.
Errático en crisis
Es probable que Putin actúe más fuerza, y tiene las armas para hacerlo. La embajadora de Ucrania en Estados Unidos, Oksana Markarova , afirma que las fuerzas rusas ya han utilizado un arma termobárica, también conocidas como “bomba de vacío”, que absorbe oxígeno para generar una explosión de alta temperatura.
Las fotografías también muestran que posibles bombas de racimo ya se detonaron contra civiles en Járkiv. Estas desatan lluvias de las llamadas “minibombas”, que infligen horribles heridas de metralla a cualquiera que se encuentre en el área. Una convención internacional las prohibió en 2008, pero Rusia no ha firmado ese acuerdo alegando que utiliza bombas de racimo de acuerdo con el derecho internacional humanitario.
Según el investigador de The Royal United Services Institute (RUSI), Ed Arnold, desde este martes “Rusia cambió su táctica hacia acciones más brutales”.
El investigador en seguridad europea de RUSI, Ed Arnold, dijo que hubo un cambio de táctica de Rusia el martes hacia acciones más brutales (inglés) #Ucrania pic.twitter.com/Rydstow47e
— Reuters Latam (@ReutersLatam) March 2, 2022
Un déjà vu
Volodímir Zelenski utiliza todas las habilidades de comunicación que aprendió como intérprete de comedia para convertir una sola frase en una cita inspiradora. “Además de su palabra, su presencia física ha sido clave aparecer en los medios de comunicación”, indicó Bloomberg.
Colgar el traje ejecutivo para vestir uno de caza es un poderoso cambio simbólico y un enfoque eficaz, aunque la agencia advierte que “debe tener cuidado de equilibrar la recompensa en términos de moral”. Se estima que con sus maniobras hay 4000 rusos caídos en combate. La cifra espanta si se compara con la guerra de dos décadas en Afganistán que reportó la mitad.
Si los ucranianos pueden seguir infligiendo bajas a las tropas de Moscú a un alto nivel quizá haya un cese al fuego y se instale una verdadera mesa de negociaciones. De lo contrario, Putin podría ser la nueva versión del ataque de Stalin a Finlandia. El dictador soviético quedó postrado un año para ver el final de la llamada Guerra de Invierno. En aquel entonces, Finlandia perdía territorio, pero permanecía como un país independiente.
Existe al menos la posibilidad de que la guerra en Ucrania termine de manera similar. Si Ucrania sobrevive los próximos días, semanas y meses, la asistencia internacional inevitablemente tendrá que pasar de las preocupaciones inmediatas sobre la capacidad técnica a las ineficiencias y fricciones institucionales una vez más. El desafío va más allá de la esfera militar y no debe subestimarse.
El conflicto recién empezó pero la resistencia de Ucrania de estos días tampoco significa que pueda contrarrestar todo el poder de Rusia por mucho tiempo, cuando la nación sigue atrapada en el laberinto teológico-político de Constantinopla. Lleva siglos viendo su propia historia como historia sagrada.