El régimen de Nicolás Maduro está cerrando nuevos tratos con el gobierno del socialista Luis Arce para que Venezuela dirija la Planta de Urea y Amoniaco de Bulo Bulo, (PAU) en Bolivia. El objetivo de estas negociaciones es ceder el manejo de producción y comercialización de productos de dicha empresa, para que el chavismo tenga cómo maniobrar algún activo agroindustrial en el exterior, debido a que en la actualidad la empresa más representativa de la estatal Petroquímica de Venezuela (Pequiven) en tierras foráneas, es decir, Monómeros, está en manos del opositor Juan Guaidó.
Las conversaciones entre el despacho del presidente socialista, Luis Arce y Miraflores para que la gestión de la compañía ubicada en el municipio Entre Ríos de la provincia Carrasco, en el trópico de Cochabamba, quede a discreción de Caracas, están en proceso desde el año pasado.
Según Cabildeo Digital, el hijo mayor del mandatario, Luis Arce Mosqueira, arribó a Venezuela en el vuelo privado 3503, acompañado por un iraquí, dos venezolanos y Nicolás Vincenti, hijo del exministro de hidrocarburos, Luis Fernando Vincenti; quien es directivo en las seis subsidiarias de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) a tramitar el acuerdo.
El epicentro del viaje registrado por el Servicio de Navegación Aérea de Venezuela (SNA) en abril de 2021 sería la adjudicación de la planta de Bolivia que genera 400 empleos directos y 3000 indirectos.
Esta acción, en teoría, compensaría la pérdida de Monómeros, ante la extensión del interinato de Guaidó por un año más. Con esta propuesta sobre la mesa, Maduro, sin acceso a los nueve millones de dólares de utilidades que dejó la compañía aún intervenida por el gobierno colombiano por presunta corrupción, amplia sus vínculos con La Paz.
Irregularidades desde el principio
Sin embargo, el negocio dista de ser redondo. Pequiven está al borde la paralización por la falta de gas natural y su producción ronda el 5 %. Además, la compañía tiene una directiva ad hoc nombrada por Guaidó, integrada por Jon Bilbao, Enrique Torres, Fernando Asenio, Iván Ángel Ivanoff Socorro y Rogelio Lozada. Si Arce la desconoce se arriesga a sanciones por parte de Estados Unidos.
Además, las irregularidades acechan a la planta que Bolivia ofrece a Maduro desde su construcción. Esto se debe al pago de 110 millones de dólares en sobreprecio que hizo el gobierno socialista de Evo Morales a la empresa surcoreana Samsung Engineering Co. Ltd, con el fin de ejecutar el proyecto.
El costo de la obra de industrialización pasó de 843 millones de dólares a 953 millones de dólares. Hasta la fecha no hay evidencia de fiscalización del desembolso de los recursos, como tampoco del retraso en la entrega de Bulo Bulo, cuya inauguración se planificó para 2016 pero ocurrió un año después. Sus operaciones comerciales apenas comenzaron en 2018. De aquello sólo está el desafile de Evo Morales rumbo a la planta para su inauguración.
Gastos sin penalidades
Carlos Ayllón, exfuncionario de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), asegura que no existe información sobre algún cobro de penalidad a la empresa constructora, por lo ocurrido a pesar de que 110 millones de dólares cubrirían el levantamiento de dos hospitales de tercer nivel, cada uno con 500 camas y 30 especialidades.
Mientras tanto, El Deber divulga que el sueldo del Jefe de Planta de Amoniaco y Urea asciende a 73882 dólares mensuales. Al año acumula más de 800.000 dólares. Así, duplica al sueldo del presidente de los Estado Unidos, Joe Biden que sería de 400.000 dólares. El sueldo del presidente de Bolivia, el cual se estipula en 42000 dólares al año, apenas representa un 5 % frente al empleado de la estatal. Por debajo del Jefe de Planta figuran coordinadores que ganan 36000 dólares por mes.
Operaciones a medias
Si bien diseño original de Bulo Bulo estimó producir 2100 toneladas (t) por día, hoy llega a solo 1600. Hay varias explicaciones para este déficit. Una de ellas que la planta de urea se encuentra en una pésima ubicación, porque debía estar en las adyacencias del Puerto Suárez por su cercanía con el Brasil, el mayor consumidor de urea.
Con este desempeño es el ejemplo más significativo entre otros nueve proyectos estatales concebidos e inaugurados con altas expectativas de rentabilidad, pero que con el paso del tiempo pasaron a ser deficitarios. Solo en las gestiones 2018 y 2019 —cuando Bulo Bulo operó entre el 10 % y 30 % de su capacidad— las pérdidas ascienden a 10 y 13 millones de dólares, respectivamente según la consultora Gas Energy Latin America (GELA).
En esa dirección están Boliviana de Aviación (BoA), Quipus, Empresa Azucarera San Buenaventura (Easba), Línea de Transmisión Juana Azurduy de Padilla, Planta Separadora de Líquidos Gran Chaco, Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), Empresa Pública Nacional Estratégica Textil (Enatex), Empresa Pública Productiva Envases de Vidrio de Bolivia (Envibol) y, de alguna manera, la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel).
Un socialista ambicioso
Arce tiene planes para torcer la realidad. La PAU superó los 50 millones de dólares en la venta de urea en el último trimestre de 2021. Desde la página de la presidencia aseguran que “en el régimen de facto, encabezado por Jeanine Añez, se paralizó la Planta en noviembre de 2019, ocasionando un daño económico de más de 450 millones de dólares, el despido de más de 240 profesionales altamente especializados en el área y la pérdida de mercados consolidados”.
Por eso, vocifera que los ingresos por la venta de urea en los mercados interno y externo para la gestión 2022 alcanzarán los 290 millones de dólares porque esperan una cotización de 800 dólares por tonelada, el mejor precio en los últimos 15 años.
Es un caudal abundante y atractivo para Maduro ávido de liquidez. Más cuando este año la PAU estima operar en una tasa promedio del 85%, con lo cual garantiza una producción de aproximadamente 590.000 toneladas métricas de urea. De ese volumen, cerca al 8% está destinado a la demanda del mercado interno (46.000 toneladas) y el excedente (544.000 toneladas) será destinado a a Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Perú. Si Maduro acepta, ese sería su nueva fuente de dinero.
El gobierno de Arce hará cambios para maniobrar el sector. Su despacho anunció reformas en las leyes de hidrocarburos porque “cumplieron su ciclo”. A través del ministro de la cartera, Franklin Molina, buscará “nuevas normas acorde a la Constitución Política del Estado de 2009” para regular, actualizar y modernizar. Con ese enfoque tiene en agenda la Primera Cumbre Nacional Hidrocarburífera, Energética y Petroquímica de Bolivia 2022. El chavismo estará presente.
Nota de Prensa | 𝐌𝐚𝐲𝐨𝐫 𝐩𝐫𝐨𝐝𝐮𝐜𝐜𝐢ó𝐧 𝐝𝐞 𝐠𝐚𝐬, 𝐮𝐫𝐞𝐚 𝐲 𝐚𝐯𝐚𝐧𝐳𝐚𝐫 𝐞𝐧 𝐛𝐢𝐨𝐜𝐨𝐦𝐛𝐮𝐬𝐭𝐢𝐛𝐥𝐞𝐬 𝐬𝐨𝐧 𝐥𝐨𝐬 𝐫𝐞𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐘𝐏𝐅𝐁 𝐞 𝐇𝐢𝐝𝐫𝐨𝐜𝐚𝐫𝐛𝐮𝐫𝐨𝐬 𝐞𝐧 𝟐𝟎𝟐𝟐
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— YPFB Corp. (@YPFB_corp) January 28, 2022