Los cálculos de las fuerzas políticas chilenas comienzan con incertidumbre por la reñida competencia electoral que existe para los comicios de este 21 de noviembre en los que se renovará no sólo el cargo del presidente sino también los de senadores, diputados y consejeros regionales. En estas matemáticas partidistas, el Partido Republicano del candidato a La Moneda José Antonio Kast, arroja escenarios positivos para irrumpir en el Congreso, arrebatando escaños a la coalición del actual primer mandatario, Sebastián Piñera.
El Partido Republicano es “uno de los más optimistas para lo que serán sus primeros comicios parlamentarios”, considerando que la tolda política de Kast duplicó sus expectativas. De proyectar inicialmente entre cinco y ocho parlamentarios pasó a manejar que tiene altas probabilidades de ganar una docena de escaños, según dijo a Bío Bío el candidato al senado y coordinador político del comando del Frente Social Cristiano, José Rojo Edwards.
Si estos números se cumplen, el Partido Republicano se estrenaría con una bancada nutrida, en comparación con los comicios de 2017, cuando organizaciones políticas con historial parlamentario como Evópoli, el Partido Demócrata Cristiano, el Partido por la Democracia, el Partido Radical Socialdemócrata e incluso el Partido Comunista alcanzaron en promedio entre seis y ocho puestos cada uno.
Kast hace planes. Anticipa que usará los poderes del veto para bloquear las leyes a las que se opone si gana las elecciones en Chile.
Con prudencia
En la coalición de Chile Vamos, que agrupa a los partidos piñeristas (Renovación Nacional (RN), la Unión Demócrata Independiente (UDI) y Evópoli), miran con prudencia la eventual irrupción de parlamentarios del Partido Republicano.
“La UDI mira con alerta el efecto JAK en la parlamentaria. En las últimas elecciones consiguieron 30 diputados y hoy un tercio de esos cupos podrían perderse”, revela Pauta.
Desde Evópoli avizoran que serían el único partido de la coalición que no bajaría su votación y, al contrario, crecería. En el partido que lidera Andrés Molina esperan obtener seis diputados –lo que sería mantener su fuerza–, pero diversificando su participación a lo largo del país y creciendo en el Senado, donde hoy solo cuentan con la representación de Felipe Kast (originalmente eran dos, pero la senadora Carmen Gloria Aravena renunció al partido).
En tanto, desde la Democracia Cristiana, aspiran a mantener su posición en el Congreso con al menos ocho curules, indica la diputada y vicepresidente del partido, Joanna Pérez.
Nuevo gobierno obligado a la negociación
Pero también hay predicciones de que “van a llegar independientes que van a generar nuevas posiciones políticas, tendencias y alianzas inesperadas”, afirma a PanAm Post el académico de la Universidad de Valparaíso y director de Analytyka, Guillermo Holzmann, quien además estima que “un ciudadano que vota por una opción presidencial, lo más probable es que vote cruzado por senadores y diputados”.
A su juicio, ocurrirá una “fragmentación de los partidos muy pragmática e ideológica” que obligará al próximo gobierno chileno a desplegar al máximo su capacidad de negociación con “eficiencia y metodología ante el ciclo nacional que tiene correlato internacional”.
Todo es posible
En el panorama general hay 1256 candidatos para ocupar las 155 curules en la Cámara de Diputados y 173 competidores para conseguir los 27 escaños que están en juego en el Senado. Todo esto sumado en 12 listas y unos pocos independientes. Varios están claros en que se juegan su existencia legal en la jornada del próximo domingo.
En 2017, Chile Vamos llegó a la Cámara con 72 diputados que representan 46 % de los escaños, pero el ambiente que pesa en sus filas indica que no hay por dónde mantener esos números, menos si por el ala derecha está compitiendo el Partido Republicano. De hecho, la meta es llegar al tercio. Como explica un dirigente de Chile Podemos Más, es probable que en medio de la división por los apoyos a José Antonio Kast y Sebastián Sichel, los republicanos saquen algunos diputados en detrimento de los candidatos oficialistas.
Los inversionistas temen que los resultados de este domingo sean similares a los de las elecciones de mayo, cuando la coalición gobernante sufrió una sorpresiva y contundente derrota en los escaños de la Convención Constitucional, dejando la redacción de la nueva Carta Magna en manos de la izquierda e independientes. En consecuencia, los activos locales se desplomaron.
Para La Tercera la “composición de la legislatura” sería determinante para el mercado de renta fija, ya que esta “podría aumentar o reducir la probabilidad de ejecución de políticas por parte del Ejecutivo”, según un reporte de analistas de Morgan Stanley, entre ellos Gilberto Hernández-Gómez.
Sin embargo, si la distribución política en el Congreso termina siendo equilibrada, el resultado más importante sería la diferencia de votos entre los candidatos presidenciales de la izquierda y los de la derecha.