Declarase “el emperador de El Salvador” no parece solo un acto de ironía del presidente Nayib Bukele para banalizar las críticas a su gestión gubernamental, principalmente por su tendencia autoritaria ante la aprobación de un decreto que prohíbe ejercer el derecho a la protesta en la nación centroamericana, al menos hasta el próximo 8 de diciembre.
La bancada de su partido Nuevo Ideas — facción que concentra la mayoría en el Congreso— aprobó la medida sin discusión en una comisión, ni mayor debate en el hemiciclo, después que Ernesto Castro, exsecretario privado del mandatario y presidente del parlamento, presentara junto a la diputada Suecy Callejas esta disposición. En concreto, la medida impide las concentraciones públicas y privadas que no sean deportivas o culturales, reveló Divergentes.
Contrariar saldrá caro. El decreto establece que la Fiscalía estará facultada para investigar de oficio su incumplimiento. Asimismo, aquellas personas que convoquen o promuevan las concentraciones prohibidas enfrentarán una multa de hasta 36000 dólares y serán acusadas penalmente por desobediencia. También se faculta al Ministerio de Salud y a la Policía Nacional Civil (PNC) para suspender los eventos.
Para el abogado constitucionalista, Enrique Anaya, se instaura “un régimen de excepción o estado de sitio en el país» que se une a los ataques a la prensa independiente, la coaptación del poder judicial y legislativo y las pretensiones de Bukele reelegirse en 2024 y obstrucción a las investigaciones contra militares responsables de crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad que desde septiembre tiene a los salvadoreños manifestando en las calles esta tendencia autoritaria.
Y ahora la AL va a ordenar la suspensión del derecho a la protesta y manifestación, estableciendo de hecho un régimen de excepción o estado de sitio en el país.
Y todo para evitar las marchas contra la confiscación de los ahorros previsionales— S. Enrique Anaya (@enrique_anayasv) October 20, 2021
Por todos lados
La lista de motivos que encienden las protestas son amplios en El Salvador. Bukele fue el único mandatario de Centroamérica que no acudió a la Asamblea General de las Naciones Unidas el mes pasado y que tampoco designó a un representante de su gabinete para participar en las reuniones diplomáticas de Centroamérica y México con el secretario de Estado, Antony Blinken en Nueva York.
Esas acciones y la adopción del bitcoin como moneda de curso legal – que generó la pérdida de 5000 millones de dólares en fondos públicos- la falta de transparencia del Ejecutivo y supuestos acuerdos con las bandas criminales para disminuir la criminalidad potencian el panorama donde las cabezas visibles de las manifestaciones son organizaciones de la sociedad civil que van desde organismos de derechos humanos, colectivos que agrupan a minorías como LGBT, organizaciones de combate a la corrupción y transparencia asegura Voz de América.
Junto a ellos están los grupos de profesionales, excombatientes del Ejército y la guerrilla que participaron en la guerra civil (1980-1992), que reclaman derechos de veteranos; jueces organizados por las reformas recientes que depusieron a 150 operadores de justicia de sus cargos, jóvenes universitarios y emprendedores descontentos.
Gira de excusas
Félix Ulloa, el vicepresidente de Bukele intenta calmar a la Europa inquieta por el escenario con “la narrativa que corresponde a la realidad de El Salvador”.
Sobre los reclamos en las calles vocifera que «son medias verdades» y hasta «leyendas urbanas” mientras que para Bukele todo deriva de las interpretaciones que hacen los “periodistas farsantes” de las disposiciones que llevan su nombre. Así lo publicó en su cuenta de Twitter.
JAJAJA a estos “periodistas” ya no les importa nada.
Ayer me comprometí con los artistas a excluirlos del decreto YA APROBADO, que prohibía aglomeraciones por la pandemia.
Además envíe la observación de reducirlo de 90 a 45 días.
¿Cuándo hemos prohibido una marcha, farsantes? https://t.co/925QjRuDds
— Nayib Bukele 🇸🇻 (@nayibbukele) October 21, 2021