La libertad tiene un precio. En este momento, Naman Wakil, un sirio-venezolano que fue arrestado en Miami por presuntamente acumular una fortuna de 400 millones de dólares en negocios con el chavismo, lo sabe. No solo eso, se aprovecha de ello y trata de comprar el beneficio. Por eso, ofreció una fianza de 21.248.434,25 dólares a menos de dos semanas de su detención.
Desde una cuenta suiza transfirió los fondos que le permitirían esperar el juicio fuera de la cárcel, reveló en Twitter el periodista Joshua Goodman de la agencia Associated Press. El desembolso rompe el récord de las garantías en efectivo propuestas para esperar en libertad un proceso legal. Los abogados de la localidad reconocen que “nunca habían visto una garantía en efectivo tan grande”.
Is this a record? Venezuelan businessman Naman Wakil wires $21 million from a Swiss account to secure a bond releasing him from jail. Wakil is charged with bribing officials to obtain lucrative food contracts. Miami attorneys tell me they've never seen such a large cash guarantee pic.twitter.com/1XP7kFyUKW
— Joshua Goodman (@APjoshgoodman) August 19, 2021
Con ella, Wakil asume el compromiso de presentarse en las audiencias cuando sea requerido y al final de estas, el dinero vuelve a sus arcas sin importar si resulta culpable o no de conspiración para cometer delitos contra los Estados Unidos. Entre sus acusaciones figuran: conspiración para violar la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero —por sobornos a funcionarios de la Corporación de Abastecimientos y Servicios Agrícolas (CASA) y Petróleos de Venezuela (Pdvsa)—; conspiración para lavar dinero; lavado internacional de instrumentos monetarios y participación en transacciones de propiedades derivadas del delito.
Así funciona. Es una promesa. Ahora, Wakil perdería su millonaria suma si incumple el convenio con el tribunal. Esto se debe a que todo aquel que está en libertad bajo fianza y se ausenta de su juicio o huye estando bajo fianza, además de perder la garantía, tendrá un orden de arresto emitida en su contra. Asimismo, puede ser acusado del delito adicional de la falta de comparecencia.
Carne como negocio
La venta de carne en descomposición al chavismo mediante empresas de maletín llevó tras las rejas a Wakil después que la Unidad Investigaciones de Seguridad Nacional del Buró Federal de Investigaciones (FBI, en inglés) descubriera que forma parte de un «vasto caso de conspiración de lavado de dinero con contratos de alimento”. Las ganancias que surgieron de estas operaciones se volvieron activos inmobiliarios en Brickell Avenue, en el centro de Miami y en el Porsche Design Tower en Sunny Isles Beach.
De hecho, este empresario pasó de vivir en Petare —un sector pobre de Caracas— a un lujoso apartamento de Coconut Grove de 3,5 millones de dólares con vista a la Bahía de Biscayne, según Miami Herald.
Todo ello lo logró con negocios a través del sistema de subastas donde Naman Wakil, como representante de legítimas compañías de Brasil y por medio de información privilegiada, obtuvo millonarios contratos que le permitieron tener acceso a dólares preferenciales para venderlos en el mercado negro y facturar lucrativas ganancias.
Sin vacilar comercializó productos cárnicos a punto de caducar o de ínfima calidad, rechazados por otros países. Adquirió un frigorífico en Brasil para reempacar y reetiquetar la mercancía como de primera calidad antes de su envío a Venezuela. Allá llegaban los productos en estado de descomposición.
Preso una vida y otra
A una pena de 75 años de encarcelamiento y la confiscación de propiedades inmobiliarias y dinero de cuentas bancarias arriesga el empresario por sus transacciones hechas mediante una compañía fantasma registrada en Florida con un nombre peculiar: Capital Sins LLC., que traducido al español significa Pecados Capitales.
La información de la organización Transparencia Venezuela revela que, irónicamente, evadió los siete en la lista de Santo Tomás de Aquino. Y es que Wakil facilitó a altos funcionarios del régimen, entre ellos, el exministro de alimentación Carlos Osorio, la compra e importación de alimentos para organismos públicos a cambio de comisiones que ascendieron a seis millones de dólares.
La operación se hizo a través de las cuentas de dos cuñados, «lo cual da indicios de la estrecha y evidente relación entre el privilegiado proveedor del régimen y el ciudadano Carlos Osorio quien ha controlado la importación de alimentos por más de una década», según Transparencia Venezuela, basándose en la existencia de una empresa de maletín registrada en Panamá cuyos beneficiarios finales son Jesús Tomás Marquina Parra y Néstor Enrique Marquina Parra, cuñados del exministro.
La suma corresponde a la comisión por facilitar la compra de 40000 toneladas de carne de Brasil con sobreprecio y en mal estado por parte de CASA cuando Osorio era ministro de Alimentación.
Naman Wakil en el año 2012 compró esta cantidad de carne con un descuento, ya que estaba alcanzando su fecha de caducidad. Sin embargo, facturó al régimen a precios regulares. Esto le permitió embolsarse una diferencia 76 millones de dólares.