La justicia de Estados Unidos está alcanzando a todo aquel que ha hecho negocios con el régimen de Nicolás Maduro a pesar de las sanciones impuestas al chavismo. Las autoridades norteamericanas reportan dos detenciones en menos de dos semanas. Primero cayó el sirio Naman Wakil en Miami por presuntamente acumular una fortuna de 400 millones de dólares con la venta de carne en descomposición, y ahora el empresario Jorge Nóbrega por adquirir un contrato para brindar servicios a los aviones de combate rusos Sukhoi comprados por la Fuerza Aérea venezolana al servicio de Maduro.
Lavado de dinero. Ese es el cargo que pesa contra el nuevo imputado, luego de que una pesquisa iniciada por la Oficina de Investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional (HSI, en inglés), revelara que el empresario suministraba servicios de mantenimiento a la flota Sukhoi-30 (SU-30) de Maduro, mediante su compañía Achabal, que cuenta con filial del mismo nombre en Venezuela.
Según el Nuevo Herald, Nóbrega recibió instrucciones en Caracas del ministro de Defensa del régimen, Vladimir Padrino López, para que aplicara espuma de poliuretano supresora de explosiones (ESF, por sus siglas en inglés) en las alas de los aviones de combate, cuya técnica permitió prolongar la vida útil de los tanques de combustible de los SU-30.
Procedimiento similar
Con el procedimiento, el chavismo se ahorró los costos de desmantelar las alas de las aeronaves –donde se encuentran los tanques– para enviarlas a Rusia donde serían tratadas. Jorge Nóbrega accedió a brindar los servicios sin obtener las debidas licencias de las autoridades estadounidenses, señala la acusación divulgada por el medio.
Una situación similar expuso a Naman Wakil, quien de acuerdo con la organización Transparencia Venezuela, facilitó a altos funcionarios del régimen, entre ellos, el exministro de alimentación Carlos Osorio, la compra e importación de alimentos para organismos públicos como la Corporación de Abastecimientos y Servicios Agrícolas (CASA), la Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos (PDVAL) y BARIVEN, filial de Petróleos de Venezuela.
El dinero que obtuvo por estas operaciones se encuentra en cuentas bancarias suizas, y las compañías que lo gestionaron son empresas fantasmas que controlaban cuentas en paraísos fiscales por parte de clientes adinerados del bufete de abogados panameño, Mossack Fonseca, para ocultar dinero, realizar inversiones extranjeras y evadir impuestos.
La Unidad de Investigaciones de Seguridad Nacional del Buró Federal de Investigaciones (FBI) ejecutó su arresto en un lujoso apartamento de Coconut Grove, de 3,5 millones de dólares con vista a la Bahía de Biscayne, en Miami, luego de haber vivido en Petare —uno de los barrios más peligrosos de Caracas— donde trabajaba vendiendo mercancía en la calle.
Ocultando la evidencia
En el caso de Jorge Nóbrega, sus negocios con el chavismo datan de agosto de 2018. Para entonces, evaluaba la necesidad de esconder el origen de los múltiples pagos que esperaba recibir del régimen por el mantenimiento de la flota aérea a través de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Su esfuerzo por ocultar la evidencia quedó frustrado al registrar múltiples transferencias realizadas desde el Ejecutivo dirigido por Nicolás Maduro en una cuenta en un banco portugués abierta a nombre de su compañía en Miami, Achabal, ubicada en el 4769 de la avenida 72, Noroeste.
El empresario ya compareció el lunes ante un juez y este miércoles tendrá una nueva audiencia, donde la Fiscalía tiene previsto argumentar que Nóbrega debería permanecer bajo arresto porque podría fugarse.