Todo tiene un origen y las protestas en Cuba no son la excepción. La salida masiva de manifestantes en la ciudad de San Antonio de los Baños, al suroeste de La Habana, es el resultado de la convocatoria en redes sociales de tres usuarios, dos de ellos con identidades falsas conocidos como “Danilo Roque y “Lázaro González” y Alexander Pérez Rodríguez, pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, exmiembro del grupo Somos + y simpatizante de Oswaldo Payá.
De los dos primeros nadie conoce su rostro, su verdadero nombre ni edad, revela el portal Cubanet. El único que no se esconde es Rodríguez porque desde hace años vive fuera de la isla. A ellos tres se les adjudica la convocatoria que el 11 del julio mostró “la otra Cuba”.
Las funciones de cada uno sí están claras. “Mientras Danilo Roque convoca, Lázaro González se dedica a la logística del grupo y Alexander pone cara y voz, informa, genera debates, propone, dialoga”, indica el medio.
Todo ello a través del grupo “La Villa del Humor” en Facebook, donde el 22 de junio se compartió el mensaje que propició la movilización del descontento popular en la isla en contra del régimen castrocomunista con seis décadas en el poder.
“¿Qué les parece si convocamos a una protesta en el Parque de la Iglesia para mostrar nuestro descontento con lo que está sucediendo? Contra un pueblo nadie puede… dejen recomendaciones y hagamos algo. No podemos permitir que sigan burlándose de nosotros”, publicó en aquel momento Danilo Roque (nombre falso).
Ese es el primer antecedente directo de las protestas que se esparcieron como polvorín porque además de los precursores hay otros 23 miembros que se mantienen en el anonimato y cuyas edades, excepto la de Alexander, oscilan entre los 18 y los 30 años.
Una idea planeada
“La idea de una protesta venía desarrollándose desde hace mucho tiempo”, extrae la revista El Estornudo de la entrevista que realizó a Roque. En ese contacto difundido, el organizador desconocido atribuye a la inauguración de las tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC) como el primer incentivo para tomar las calles y luego se sumó la pandemia del COVID-19 y la falta de medicamentos.
Esperaron –confiesa– “la ocasión oportuna para que el pueblo saliera a expresar su sentir; los apagones fue(ron) un momento decisivo, en medio de una pandemia y en medio del verano. Decidimos mi equipo y yo que era el momento de dar el golpe, ya que el Gobierno estaba concentrado en el COVID. Sabíamos que iba a ser efectivo, pero no esperábamos una repercusión tal como la tuvo”, admite.
“El 11 de julio nació una nueva Cuba. Sin nadie saber quién era, disfrutaba del sabor de mi convocatoria. Veía cómo poco a poco se me unía el pueblo, hasta que logramos miles de personas exigiendo un cambio. Y así se nos fue uniendo toda Cuba. Todo se organizó entre cubanos que deseábamos lo mismo”, agrega el usuario en Facebook, cuyo perfil es la cabeza de Miguel Díaz-Canel ensangrentada y un letrero que dice: «Ojo por ojo, diente por diente».
Por su parte, el pastor adventista asegura que “gracias a Dios apareció el momento. No se había dado antes porque quizás no estaba tan molesta la gente, pero ya es demasiado: muertos, falta de medicinas, hambre, colas, falta de agua”.
El Palenque, El Pinareño, Aguacate, la Punta Rosa, y también los pueblos como San Paul y La Ceiba atendieron el llamado.
Ni Danilo Roque ni Lázaro González fueron reprimidos ni llevados presos por haber participado en la manifestación, como sí lo han sido otros miembros de su equipo y algunos que nada tienen que ver con ellos.
Un grupo con debate
Hace casi cuatro años, varios residentes de San Antonio de los Baños crearon el grupo «La Villa del Humor» para abrir un canal de interacción que facilitara el reencuentro entre quienes aún residen en el municipio y aquellos que migraron.
Antes del 11 de julio, el grupo registraba casi 4000 miembros y ahora la cifra se multiplicó hasta alcanzar a más de 9000.
El grupo ha servido para todo: para compartir nostalgias, vender cafeteras y refrigeradores de dos puertas, avisar cuándo sacan aceite en el mercado, promocionar un negocio de tatuajes o anunciar el robo de una moto eléctrica.
Pero además, en el grupo hay debate. Uno de ellos, por la huelga de hambre ocurrida en la sede del Movimiento San Isidro para exigir la libertad de los artistas Luis Manuel Otero y Maykel Osorbo cuando el régimen los detuvo, y se ha compartido incluso un meme sobre la tumba de Fidel Castro derritiéndose como un helado en el cementerio de Santa Ifigenia.
En el grupo también se ha debatido sobre la Constitución de 1940, sobre el concepto de nación; se ha hablado del surgimiento de la República de 1902; han dialogado sobre derechos y sobre civismo. Últimamente, los recurrentes apagones, el aumento de casos de coronavirus en el país y la escasez de todo tipo desatan las conversaciones impregnadas de indignación.
El grupo, que mantiene estrictas medidas de seguridad para comunicarse, organiza nuevas marchas. Convocó a una para el lunes 26 de julio, el mismo día que eligió Fidel Castro para atacar en 1953 el Cuartel Moncada, y aunque han tenido que suspenderla porque el municipio está bajo vigilancia de los militares, las ansias de expresión se mantienen intactas.