El candidato presidencial de Perú Libre, Pedro Castillo, estancó sus propuestas de gobierno en un precipicio ideológico, durante el último debate de dos horas y media que libró frente a su contendora de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, en el aula magna Simón Bolívar de la Universidad Nacional San Agustín (UNSA), ubicada en Arequipa. El evento fue organizado por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE).
Antes de medirse en las urnas este domingo 6 de junio, para definir en el balotaje quien ocupará la silla de la Casa de Pizarro, el abanderado de la izquierda se “quedó en lugares comunes”, porque “no esclareció una serie de incertidumbres”, sino que por el contrario apeló “al populismo y mucha retórica que no contribuye a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos”, afirma el ex ministro de economía, Luis Miguel Castilla, en entrevista con Perú21.
El vacío en sus respuestas se mantuvo en los seis bloques temáticos para dirimir sobre el estado de la nación a 200 años de la independencia —que se cumplen el 28 de julio—, así como con tópicos como la salud y el manejo de la pandemia, al igual que la economía en conjunto con la promoción del empleo, la educación, ciencia e innovación, la lucha contra la corrupción e integridad pública y los derechos humanos sobre políticas sociales y atención a poblaciones vulnerables.
“Soy un hombre de fe. Me he forjado trabajando. Yo sé que es rascar la olla y barrer una escuela donde no hay servicio. Nosotros, los del campo, sabemos muy bien que el abono de la tierra es el sudor del hombre. Mentira es que cerraremos tu banco, te quitaremos el pan y cerraremos tu tienda. No más pobres en un país rico”, repitió una y otra vez para convertir a su historia personal en trampolín electoral.
Emoción sin plan
El docente izquierdista que aspira a la presidencia apostó por “un estilo más retórico en el que recitaba los problemas de la nación con emoción, pero sin profundizar en las medidas que tomaría para solucionarlos. Esto es algo que ha sido característico de su campaña”, analiza El Comercio.
Así eligió reiterar sus frases de campaña como “no más pobres en un país rico”, sin aclarar todas las dudas que ha dejado en sus apariciones públicas desde el 11 de abril. Tampoco ofreció mayor detalle sobre cómo lucirá el nuevo sistema de pensiones que promete, ni estableció distancias claras y convincentes con personajes o organizaciones cuestionables, como Vladimir Cerrón, el secretario de su partido que defiende el socialismo y el Movadef, el brazo político de Sendero Luminoso. Lo peligroso de esta alianza que no comentó es que en este padrón figuran 249 militantes de Perú Libre.
La tibieza de la participación de Castillo incumple las metas de los debates: concretar argumentos sobre aquello que se pretende hacer de llegar al poder al reducir el espacio para evasivas y forzándolos a aterrizar propuestas y enfrentar a promesas y ataques de su rival, permitiéndole a la ciudadanía verlos actuar bajo presión.
“Castillo optó por la improvisación quedando en un nivel muy general. Ha confundido principios económicos básicos y no ha ahondado mucho en las dudas que teníamos los ciudadanos. Cree que con una Constituyente por arte de magia se va a mejorar el accionar público”, indica Castilla.
Más aplomo
El balance para Keiko Fujimori es distinto. “Más preparada y acertada en tratar de explicar que buscará incrementar las regalías mineras y que estas financien programas de irrigación para la agricultura”. Esto se volvió su punto de mayor lucidez en el debate.
Ella polarizó y prometió construir con las “piedras” que le han tirado un “mejor país”.
🔴 Ahora | Palabras de cierre de la candidata Keiko Fujimori en el bloque “Derechos humanos, políticas sociales y atención a poblaciones en situación de vulnerabilidad“. Sigue la exposición aquí: https://t.co/8kSPhYcOz0 #DebatePresidencialJNE #EleccionesBicentenario pic.twitter.com/fcQLX82Qqq
— TVPerú Noticias (@noticias_tvperu) May 31, 2021
En ese punto hay coincidencias. El editorial de El Comercio señala que aunque la representante de Fuerza Popular enfocaría su presentación en las propuestas y no los ataques incurrió en estos últimos en más de una oportunidad, pero hizo evidente que tenía un plan de acción para enfrentar los problemas que le diagnostica al país.
Pese a que “se pueda cuestionar la pertinencia de algunas de las medidas descritas –como aquella que busca entregarles 10000 soles a los deudos de los fallecidos por COVID-19–”, se mostró clara y supo dirigir algunos de sus mensajes a bolsones electorales claves”.
Aterrizar las propuestas –independientemente de cuán efectivas terminen siendo- marcó la diferencia con Castillo, quien insistió con los mismos abismos que terminarán de inclinar la balanza en una segunda vuelta que las tres encuestas (Datum, IPSOS, IEP) vaticinan como complicada, al tener a una semana de la contienda a 21 % de los electores indecisos y los aspirantes en un empate técnico.