Pablo Iglesias no estará más en La Moncloa pero sentirá que aún pertenece a ella. Dos años más disfrutará de la seguridad estatal del gobierno de Pedro Sánchez, pese al abandono de su cargo como vicepresidente segundo, así como a su retiro de la política después de perder los comicios de Madrid.
Nueve guardaespaldas custodiarán al líder izquierdista de Podemos convertido ahora en un “ex alto cargo” que amerita escoltas policiales a cargo de las arcas del Estado, divulga OKDIARIO.
A ninguna hora le faltará protección a su delgada figura, porque desde el momento que salga de su vivienda lo hará en un vehículo oficial conducido por un funcionario policial del Ministerio del Interior. Ese vehículo será, a su vez, custodiado por otro denominado “S1” con otros tres agentes más.
Estos policías asignados a Iglesias tendrán dos turnos de trabajo para relevarse, cuatro agentes en cada uno más un quinto que servirá de puente entre ambos.
Además de ello, su casa de Galapagar que comparte con su pareja sentimental, la ministra de Igualdad, Irene Montero, contará con otros 12 agentes de la Guardia Civil.
Complacencia institucional
La decisión de resguardar a Iglesias emana de la Secretaría de Estado de Seguridad, dependiente del Ministerio del Interior y estará coordinada por la Unidad Central de Protección, a pesar de que “pocos personajes han sido tan dañinos para la convivencia entre españoles en la España nacida de la Transición como Pablo Iglesias”, analiza el diario El Español.
Su balance político “no podría ser más escaso. No es exagerado decir que la existencia de Podemos, un partido que difícilmente sobrevivirá a su líder, no ha mejorado la vida de un solo español. Pero sí ha polarizado y enconado el debate político hasta extremos inéditos en democracia”.
Una visión que Sánchez opta por ocultar cuando su excompañero ministerial “se va sin estilo, sin felicitar a la ganadora, diciendo que es una tragedia que haya ganado la derecha trumpista y la ultraderecha y decir esto desde una posición ideológica leninista, que Iglesias ha admitido más de una vez que defiende, es no tener ni idea ni de economía ni de historia, disciplinas ambas estrictamente basadas en datos”, cuestiona Expansión.
En estado de alerta
Los cuatro agentes que seguirán a Iglesias día y noche más el policía de refuerzo están en “estado de alerta” por lo reciente de las elecciones de Madrid, pero con el paso de las semanas esa alerta disminuirá y lo más probable es que el dispositivo se reduzca, sin que ello suponga una brecha para la seguridad de Iglesias.
Fuentes consultadas por OkDiario aseguran que los cambios en la seguridad de personalidades o ex altos cargos no solo depende de que hayan dejado de ejercer una labor en concreto en un momento determinado, sino del clima social del momento.
Y para Iglesias los pronósticos son desfavorables, considerando que sale de la política más que doblado en escaños y votos por su eterno rival Íñigo Errejón de Más Madrid y con la conciencia de haber perecido carbonizado por el incendio que él mismo provocó, con su irresponsabilidad habitual, durante la campaña más crispada que se recuerda en la capital española.
Sin tregua
Esa agitación tardará en apaciguarse porque la presidente de la Comunidad de Madrid aplastó a la izquierda en los 21 distritos de Madrid, incluidos aquellos que Iglesias consideraba suyos como el de Vallecas. Un plato difícil de tragar para quien se apropió en exclusiva la representación de los de abajo y, en especial, del cinturón rojo.
No será fácil aceptar para el líder de Podemos que ha sido precisamente Isabel Díaz Ayuso —su némesis política y personal— la ejecutora de su jubilación forzosa que obligará en 2023 a una primera evaluación de seguridad y necesidad de escoltas dependiendo de la coyuntura y, sobre todo, de su presencia en la sociedad y cómo sea percibida, se decidirá ampliar o no esa protección.