El veloz y frenético aumento de los precios en Venezuela como consecuencia de la hiperinflación que se mantiene descontrolada por parte del régimen de Nicolás Maduro está provocando que el dólar pierda su valor para adquirir bienes y servicios.
Los bolsillos de quienes reciben remesas ya resienten este impacto, asegura Primer Informe, tras revelar que quienes manejan la moneda extranjera han disminuido el consumo hasta 75 % porque ahora “un dólar compra menos que antes”.
Según el medio, en este momento se requieren hasta cinco dólares más para comprar lo mismo que se compraba hace un año y el explosivo escenario se produce porque los negocios e industrias tienen costos que aumentan a un ritmo más rápido que la devaluación del bolívar, causando así el incremento de los precios.
Tarjeta paliativa
Desde el régimen apuran salidas. El Banco del Tesoro simplificó los pagos en moneda nacional y divisas a través de la Tarjeta de Débito Plus. Así lo vociferó la ministro del Poder Popular para el Comercio Nacional, Eneida Laya, a través de su cuenta de la red social Twitter, donde destacó que estas acciones son “instruidas” por Maduro.
Con la tarjeta se activará el pago de productos en dólares y será compatible con cualquier punto de venta en el país pero para acceder a una, se debe tener una cuenta asociada en divisas. De esa manera la funcionaria de la institución dependiente del chavismo promete a sus afiliados que no “sufrirán más por los cambios”.
#21Ene Estamos fortaleciendo los mecanismos hacia una economía digital, acción instruida por nuestro presidente @NicolasMaduro. A través del BT simplificamos los pagos en moneda nacional y divisas con nuestros productos.¡Simplificando las transacciones!#VenezuelaUnidaYEnPaz pic.twitter.com/VfwBsfIrbI
— Eneida Laya Lugo (@EneidaLayaPsuv) January 21, 2021
Fenómeno perverso
Aunque Venezuela entró en hiperinflación en noviembre de 2017 cuando registró un alza de precios que superó el 2700 % según la Consultora IG, los precios comenzaron a subir “fuerza” desde 2014, cuando el país vio recortado su flujo de caja por el desplome de la cotización del petróleo y comenzaron a caer las importaciones, un hecho que dio paso a una severa escasez de alimentos básicos y medicinas, precisa Portafolio.
Pero lo que “prende fuego a la hiperinflación” es el enorme gasto público a través del Banco Central que dio paso, a juicio de Portafolio, a un “fenómeno perverso” que permite convertir a la instancia bancaria en “máquina de hacer dinero” o “dinero inorgánico”, para impulsar la expansión de la masa monetaria sin que haya activos o servicios que respalden la emisión de este nuevo circulante, que ni siquiera llega a imprimirse.
De esa manera, la hiperinflación redujo al “mínimo” los ingresos reales de los trabajadores llevándolo a un dólar que sólo sirve para comprar menos del 1 % de la canasta alimentaria indica el portal.
Un abismo sin salida
La situación de Venezuela es “catastrófica”, sentencia El País y la sitúa entre las naciones con una de las “crisis más duraderas de la historia económica moderna”, considerando que en noviembre cumplió 36 meses de hiperinflación, un periodo que sólo es antecedido por los 63 meses de hiperinflación en Nicaragua entre 1986 y 1991 y los 44 meses de hiperinflación que sufrió Grecia después de la segunda Guerra Mundial, según Portafolio.
Esta caída del poder adquisitivo con la divisa americana además implica otra pérdida dramática como es el valor del trabajo y la profesión, cuyas remuneraciones no escapan a las continuas depreciaciones.
Una explicación para el escenario apunta a que Venezuela atraviesa una “transición económica sin cambio político”, es decir, se permite que la economía se reduzca a su mínima expresión, sin motores de producción, donde se ven ciertos movimientos y transacciones para vender productos finales que se importan directamente de un Costco [una gran superficie] hasta Caracas pero eso sólo ocasiona “una economía que deja muy poco al país”, indica el medio español.
Al cierre de 2020, Venezuela reportó una economía un 67,6 % menor a la de 1999, según cálculos de la firma Ecoanalítica, una inflación del 6500 % y una tasa de desempleo del 54 %, de acuerdo con las proyecciones de octubre del Fondo Monetario Internacional citados por El País. Y para el medio, Maduro pisó el “acelerador”.